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Internacional

6 de agosto del 2003

La lucha por el poder en Washington
¿Renunciará Colin Powell?

Lisandro Otero
Organización Editorial Mexicana
La bomba noticiosa estalló en Washington a inicios de semana: Colin Powell había filtrado la noticia de que no serviría en la próxima administración Bush en caso de que éste resultara reelecto. La información parecía confirmar lo que mucho se ha dicho en torno a la gestión del Secretario de Estado, que mantiene fuertes discrepancias con los halcones más agresivos como Cheney, Rumsfeld y Wolfowitz, que no existen buenas relaciones con Condoleezza, que no está de acuerdo con el plan de dominación mundial de los ultraderechistas en el poder. Obviamente el rumor causa un grave daño a Bush pues revela las turbulencias dentro de su reinado y muestra que la ambición hegemónica no es homogéneamente compartida.

Desde luego, el ruido en el sistema fue de inmediato desmentido. Se dijo que Powell se apartaría del gabinete por una promesa que hizo a su esposa, no por discrepancias; se dijo que iría al rancho de Crawford para consultas con el estúpido mandamás. Las especulaciones sobre el sucesor afloraron de inmediato. Se dijo que el nuevo hombre sería Wolfowitz con lo cual le otorgaban la victoria total al pterodáctilo Rumsfeld. Otros dijeron que la siniestra lady Macbeth, la inefable Condoleezza, sería la nueva Secretaria. de Estado y Wolfowitz sería el siguiente Asesor de Seguridad Nacional.

En diversas ocasiones Powell se ha desvinculado de los más notables errores del equipo del totalitarismo tejano. Su más reciente desavenencia se refiere a la fabricación de armas químicas en Cuba. Sin importarle lo ordenado por el gángster terrorista Otto Reich, Powell ignoró la mentira oficial y ofreció su propia versión, ajena a la calumnia.

Considerado por muchos como el verdadero héroe de la primera guerra de Irak, fue el primer negro, en la historia de los Estados Unidos, en ser Jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas. Aunque se jubiló, el aura de vencedor de la guerra del desierto le siguió en su retiro civil, por ello muchos le instaron que intentase ser candidato presidencial en las elecciones del 96. Powell vaciló, no sabía si presentarse como independiente o por el partido republicano. Una encuesta publicada entonces por la revista Time mostraba que el 53 por ciento de los estadounidenses habrían votado por él si las elecciones hubiesen sido efectuadas en aquellos días.

Powell se mostraba en sus primeras declaraciones más liberal que conservador. Se opuso a las medidas discriminativas contra los inmigrantes ilegales que tanto impulsó el xenófobo gobernador de California, Pete Wilson. Hijo de un inmigrante jamaicano, Powell se ha negado, por supuesto, a respaldar a quienes proponen eliminar los derechos a la salud y la educación a gran parte de las comunidades hispanas y negras.

Existen tendencias dentro del republicanismo que desearían verse representados por figuras más atractivas que los políticos que siguen el paso de dinosaurio de Bush y sus caducos profascistas. En la captura de las simpatías del centro favoreció a Powell la publicación de su libro de memorias que lo mostraba más progresista que conservador.

El conservadurismo de Powell pertenece a lo que en Estados Unidos se ha dado en llamar "republicanismo Rockefelleriano" que contiene preocupaciones sociales, no es tan cortante ni ríspido como el clan Bush, es partidario de reducir el papel del Ejecutivo federal y no se muestra favorable a la reducción fiscal.

Powell es partidario de una política de restricción de la acometividad, adepto de un curso de cautela y prudencia. Desearía un apoyo condicionado a Israel y un mayor acercamiento con Egipto y Aabia Saudita. Se sabe que es un diestro exponente de sus ideas y ha demostrado sus dotes de orador. En los círculos diplomáticos de Washington se comenta que su presencia en el Departamento de Estado inspira una sensación de sosiego y seguridad en los círculos aliados del hegemonismo estadounidense.

La partida de Powell del gabinete, el mero hecho de que haya dejado filtrar su intención, constituye un duro golpe para las ambiciones reeleccionistas del más tonto e inculto presidente que jamás haya ocupado la Casa Blanca.

gotli2002@yahoo.com