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Internacional

22 de junio del 2003

McVeigh: ¿terrorista solitario?

Roberto Garza Iturbide
La Jornada Semanal
El 11 de junio de 2001, en la prisión federal de Terre Haute, Indiana, el gobierno de Estados Unidos consumó la ejecución por inyección letal del ex soldado Timothy McVeigh, autor confeso del atentado terrorista que acabó con la vida de 168 personas en el edificio gubernamental Alfred P. Murrah de la ciudad de Oklahoma, el 19 de abril de 1995.

Un mes antes de la ejecución, el 11 de mayo de 2001, tras conocerse que la Oficina Federal de Investigaciones (fbi) había mantenido "accidentalmente ocultos" más de 4 mil documentos relativos al caso, el fiscal general John Ashcroft se vio obligado a posponer la muerte de McVeigh. Pese a la inexplicada conducta de la fbi, un tribunal federal del estado de Colorado rechazó el aplazamiento solicitado por los abogados del condenado y fijó la fecha para el 11 de junio.

El gobierno concluyó que McVeigh y su cómplice Terry Nichols fueron los únicos conspiradores detrás del bombazo en Oklahoma. Según la versión oficial, es decir, la que difundió el gobierno a través de sus tentáculos en los medios masivos, McVeigh era un desequilibrado mental (para algunos, perturbado por la idea de la "superioridad racial" de la ultraderecha cristiana) que decidió vengar por cuenta propia la muerte de 127 davidianos, incluidos veintisiete menores, durante una intervención de la fbi el 19 de abril de 1993 en Waco, Texas, y por el asesinato, por parte de un francotirador de la misma agencia federal, de la esposa y el hijo de Randy Weaver (un veterano de Vietnam que vivía con su familia en un cabaña que él mismo construyó en el bosque, sin energía eléctrica ni teléfono) en Ruby Ridge, Idaho, en 1992. Randy Weaver era sospechoso de haber vendido un arma que fue utilizada para matar a un agente federal. Tras el asesinato de su esposa e hijo, Weaver se entregó pacíficamente. ¡Sorpresa!: resultó inocente ("disculpe usted la confusión, señor Weaver, no teníamos la intención de matar a su familia, pero nuestros agentes se sintieron agredidos por su esposa que cargaba a un niño de meses").

Pese a que McVeigh declaró haber planeado él solo el atentado y aseguró hasta el cansancio que el bombazo en el edificio federal Alfred P. Murrah fue un "contraataque personal" al gobierno por lo sucedido en Waco y Ruby Ridge, permanece abierta otra hipótesis: Timothy McVeigh no pudo haber actuado solo. ¿Conspiración, autoataque, o se trata otro "crimen perfecto", como el de Lee Harvey Oswald, supuesto asesino solitario de Kennedy?

A dos años de la ejecución -ocho del atentado-, diversos investigadores sostienen que la tesis del "terrorista solitario" carece de toda lógica, e incluso algunos, como Joel Dyer (autor del libro Harvest of rage: Why Oklahoma City is Only the Beginning), el periodista Richard A. Serrano (autor de One of Ours: Timothy McVeigh and the Oklahoma City Bombing) y el destacado novelista, guionista y ensayista Gore Vidal, han presentado una serie de pruebas que, según dicen, confirman las anomalías del proceso judicial que concluyó que McVeigh y Nichols actuaron solos.

Los autores coinciden en que la fbi ocultó deliberadamente la información que vincula -en lo relativo al atentado en Oklahoma- a McVeigh y Nichols con células radicales de grupos "antigobierno" que operan en territorio de Estados Unidos, como la Milicia de Michigan (Michigan Militia), los Patriotas de Arizona (Arizona Patriots) y los neonazis de la Alianza Nacional (National Alliance). Recordemos que McVeigh se inspiró en un pasaje del libro The Turner Diaries, escrito por el fundador de la Alianza Nacional, William L. Pierce -quien murió de cáncer un mes después de la ejecución de McVeigh- en el que el personaje Ed Turner ejecuta un atentado con bomba en el edificio central de la fbi en Washington dc. McVeigh utilizó una camioneta pick-up cargada con fertilizante de nitrato de amonio como explosivo, sistema de destrucción descrito con precisión en el libro.

En agosto de 2001, Gore Vidal envió una carta al director de la fbi, Robert S. Mueller -quien apenas llevaba un mes en el cargo- con una lista de diecinueve reportes oficiales, elaborados por dicha agencia cuando la dirigía Louis Freeh, mismos que evidencian una serie de hechos que fueron ignorados/ocultos durante el proceso judicial del caso McVeigh. La misiva, con el número de catalogación de cada uno de los diecinueve reportes "302" de la fbi, fue publicada recientemente en el libro Perpetual War for Perpetual Peace, de Gore Vidal.

Los primeros reportes están relacionados con quien es, hasta donde se sabe, el único testigo ocular del momento en que fue cargada la camioneta pick-up con los explosivos. El testigo vio cuando un grupo de hombres -entre ellos, según Vidal, uno identificado por la fbi- pasó el fertilizante de una camioneta de carga a la pick-up dos días antes del atentado.

El segundo paquete hace referencia a un hombre a quien, semanas antes del bombazo, se le escuchó decir en más de una ocasión: "Alguien se va a fumar unos Okies (trabajadores inmigrantes)... esperen a que Timmy haga su trabajo." Vidal enfatiza que, según la propia fbi, este individuo ha estado involucrado en diversos actos terroristas menores, tanto antes como después del atentado en Oklahoma.

El tercer grupo de reportes trata sobre un hombre al que se le identifica como un "peligroso radical que odia al gobierno de Estados Unidos", quien realizó varias explosiones con fertilizante de nitrato de amonio en una granja de su propiedad en Kansas antes de que McVeigh hiciera lo propio en Oklahoma. En el texto, Vidal le sugiere a Mueller que no se moleste en revisar el expediente (W924376484) asignado por la fbi a esta persona, porque fue misteriosamente reasignado a un caso en Nueva Jersey que nada tiene que ver con el atentado.

El último paquete de reportes contiene información recabada por la policía de Kansas, que describe a otro "radical antigobierno" que vivía en el mismo poblado, de 636 habitantes, que Terry Nichols, el supuesto único co-conspirador de McVeigh. Incluso, dice Vidal, este hombre aparece en un video grabado por la fbi en la granja del hermano de Nichols en Michigan. En el video se constata la relación de este individuo con el líder de un grupo radical, cuyo número telefónico apareció en la cartera de Terry Nichols en el momento de su arresto. Además, estos reportes confirman la relación de este personaje con la Milicia de Michigan y los Patriotas de Arizona, organizaciones a las que McVeigh se había afiliado antes de los atentados.

Ahora viene lo interesante: según Gore Vidal, ninguno de los individuos mencionados fue interrogado por la fbi, ni siquiera con el obligado "¿en dónde estuvo el 19 de abril?" De hecho, agrega, no fueron investigados en ningún momento ni por los federales, ni por la policía, ni por nadie. Nunca se registraron sus vehículos, ni sus casas, nada. Ni siquiera el hecho comprobado de que, en el momento del atentado, todos pertenecían a la misma facción de radicales antigobierno, fue un motivo para que la fbi los investigara.

La pregunta es obligada: ¿por qué la fbi no investigó lo suficiente y ocultó información relevante en el caso McVeigh? Y otra: ¿por qué el fiscal general John Ashcroft permitió que se consumara la ejecución de McVeigh cuando se supo que la fbi había ocultado "accidentalmente" información?

En Estados Unidos existen, hoy día, más de doscientas organizaciones radicales de las más diversas corrientes (neonazis, racistas, skinheads, suprematistas blancos, suprematistas cristianos, fanáticos de las armas, antiinmigrantes) que se declaran abiertamente como enemigos del gobierno federal, no obstante muchos de sus miembros estén metidos, desde hace varios años, hasta en la cocina de la Casa Blanca, el Capitolio, la policía, el Departamento de Justicia o las fuerzas armadas. Timothy McVeigh era uno de ellos, un auténtico terrorista americano.