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Internacional

EU: hacia un estado policíaco

La Jornada

El subsecretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Asa Hutchinson, anunció ayer la próxima implementación de un complejo sistema de control de extranjeros que incluye el fichaje policial -mediante la toma de fotos y huellas digitales- de todo individuo que pretenda internarse en territorio del país vecino. El sistema, denominado US-Visit, cotejará los datos del extranjero con los registros de una base de información de presuntos terroristas, delincuentes comunes o simples infractores del reglamento de visas, y permitirá a las autoridades de Migración dar seguimiento de las entradas y salidas de los millones de no estadunidenses que ingresan al país, permanecen en él o lo abandonan.
El programa -que se iniciará el primero de enero del año entrante y en una primera etapa sólo con ciudadanos de países con los cuales no hay tratados bilaterales de exención de visas, como es el caso de México- requerirá de una inversión de 380 millones de dólares en el año fiscal en curso y, adicionalmente, impondrá requisitos aún más estrictos que los vigentes para la expedición de visas a los extranjeros.
Es razonable suponer que las medidas anunciadas incrementarán la indefensión de los migrantes que, documentadamente o no, acuden a Estados Unidos en busca de empleo; también aumentará el margen para los abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes migratorios y representará un nuevo impulso al proceso de acotamiento de los derechos y garantías individuales que tiene lugar en la nación vecina desde el 11 de septiembre del año antepasado y que, lejos de preservar las libertades, está convirtiéndola en un Estado policiaco.
Resulta improbable, en cambio, que el sistema US-Visit contribuya a reducir en forma significativa la amenaza real o imaginaria de nuevos atentados terroristas en territorio estadunidense, la cual se ha convertido en punto casi único de la agenda interna del gobierno de George W. Bush. El propio Hutchinson, al presentar el programa, dijo que si éste hubiese estado en funcionamiento antes de los atentados terroristas de septiembre de 2001 las autoridades habrían podido detener sólo a dos de los 19 autores materiales de los ataques. Si esas son las medidas de protección antiterrorista del actual equipo que gobierna en Washington, y si los riesgos de atentados son reales y no un mero recurso de retórica oficial, entonces los estadunidenses están sujetos a que casi 80 por ciento de los atentados planeados se lleven a cabo. .
Para finalizar, al margen del ominoso, inconsistente y disparatado anuncio realizado ayer por el subsecretario de Seguridad Interior, éste formuló una apreciación ofensiva e inadmisible sobre los 18 mexicanos y latinoamericanos que murieron asfixiados en un tráiler en las inmediaciones de Victoria, Texas, la semana pasada. Hutchinson afirmó que la tragedia es un recordatorio de "que hay gente que aún pone en riesgo su vida por la libertad y la oportunidad que ofrece Estados Unidos". La obscenidad de capitalizar esas muertes -ocurridas justamente por la falta de libertades y oportunidades y por la hipocresía de la política migratoria del país vecino- para fortalecer la demagogia oficial de Washington es un insulto a la memoria de las víctimas y constituye un nuevo e innecesario agravio a sus naciones de origen, México entre ellas. .
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De ahora en adelante la bienvenida de los agentes migratorios estadunidenses será: "entren con las manos en alto". .