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Internacional

5 de octubre del 2003

EE.UU: Las mentiras multimillonarias

Marcos Domich
Rebelión
La imagen predominante del gobierno de Bush, es la imagen de un mentiroso irresponsable. El jefe de los inspectores norteamericanos en Irak acaba de presentar un informe, después de seis meses de trabajo, según el cual no han encontrado armas de destrucción masiva. La investigación desplegada por unos 1200 expertos ha costado al contribuyente estadounidense 300 millones de dólares. El informe habla apenas de indicios que señalan que algún momento se preparaban para producir algunas substancias altamente tóxicas, armas químicas.

La administración Bush y también el propio Tony Blair, manipulando los informes, quiso darle a este "descubrimiento" un valor superlativo, afirmando que refrendaba sus afirmaciones acerca del peligro que significaba Hussein y que justificaba la guerra de rapiña que desataron contra Irak. Hans Blix, el famoso investigador sueco que presidió las pesquisas de los inspectores de la ONU, inconclusas por la invasión de las tropas de EUA e Inglaterra, ya ha tirado por los suelos la simulada euforia de los iniciadores de la guerra; dijo que esos mismos hallazgos los realizaron sus inspectores, que en ello no había ninguna sorpresa y que, de todas maneras, eso no aportaba ni un gramo de certeza sobre la posesión, por parte de Hussein, de armas de destrucción masiva.

Como los 300 millones de dólares no fueron suficientes, la Casa Blanca ha solicitado al Congreso la aprobación de 600 millones más y un plazo de 6 meses para elaborar otro informe, pues tienen la "certeza" de que encontraran las escurridizas armas, que desaparecieron como en un cuento de "Las mil y una noches".

El sociólogo Marcos Roitman acaba de desnudar el mecanismo de este turbio asunto y ha dicho que en la politología es un apotegma que: "cuando se construye una mentira, hay que sostenerla hasta que se convierta en verdad". Eso es lo que intenta la administración, pero las cosas le salen de mal en peor, pues poco días antes estalló con mayúsculo escándalo. Funcionarios de la Casa Blanca revelaron el nombre de un agente secreto de la CIA, Valerie Palme, esposa del Embajador de EUA en Gabón. Esto es un delito y puede poner a Bush en una situación similar a la de Nixon en 1974, es decir al borde de la defenestración.

* Primer secretario del Partido Comunista de Bolivia