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Internacional


21 de octubre de 2003

California dreaming

Wu Ming 6
Cádiz Rebelde
Y vino Arnold y mandó parar. California, sexta economía del mundo y con un PIB superior al de Italia, que paga el espejismo de la quiebra del nasdaq, la cada vez más escasa cosecha artificial del valle de silicona –pero mantiene los enormes pechos de su industria porno- ya tiene su gobernador. El suceso electoral, criticado y alabado por editorialistas y opinadores, no es nuevo; más bien tiene connotaciones precursoras. Eastwood fue alcalde de un pueblo californiano, Carmel, durante dos años allá por 1980 y quizá alguien de Nicaragua o en El Salvador recuerde a ese mediocre actor de westerns que llegó a la Casa Blanca. El análisis de los expertos afirma que los electores han castigado a urnazos a los políticos profesionales. Pronto tendremos a un encargado de efectos especiales como ministro de Interior. Desde muy joven, Arnie se dedicó en cuerpo -y menos alma- al fisioculturismo para que su autre corporal no cupiera en espejos y fuera una masa de proteínas y sobresaturadas fibras. Después de misterolimpias y demás anabolizantes premios emigró a Norte América en busca del sueño americano. Se hizo actor, frecuentó secuencias explosivas y finales consabidos matando malos. Gracias a batidos liberales y las barritas energéticas, ejerció el press banca de la política y levantó su ambición por encima de sus músculos. George Bush (padre) lo nombró director del Consejo del Centro Físico y Deportes. Invirtió en negocios de bienes raíces en Santa Monica, California, y en Denver, Colorado. Compró acciones en centros comerciales de San Diego y Ohio. Pero no todas sus inversiones han sido exitosas: fracasó su cadena de restaurantes Planet Hollywood y perdió dinero en la compra de una aerolínea. Schwarzenegger se considera todo un vendedor. Se casó con una Kennedy (revisad América de Ellroy) y batió records en taquilla. Sueño americano tan distinto de ese que cada día viven los prisioneros de Guantánamo. Como la segunda generación de políticos españoles hijosde (que se perpetúa en apellidos y supuestos hábitos democráticos), Arnold ha limpiado y adecentado su apellido con barnices liberales. En las biografías oficiales no aparecen ciertos datos como la pertenencia de su padre al partido nazi en Austria en 1938, siendo luego Jefe de Policía de la ciudad donde nació, ni que su mamá tras quedarse viuda, se casó con el Presidente del Parlamento austriaco, un antiguo coronel de las SS; tampoco es reseñada, por supuesto, las abigarradas y abiertas admiraciones por Kurt Waldheim, exoficial de la SS. Las acusaciones sobre antiguos abusos de machote a varias mujeres, sus orgías y fumadas de marihuana aumentaron el escándalo. Untando de dinero a diestro y siniestro entre colaboracionistas y demás asociaciones, poniendo en marcha la máquina de hacer sueños y esconder trapos sucios, calmó los tumultos y denuncias. Su mujer salió al estrado con una sonrisa y aseguró que Arnie era un marido ideal. La campaña ha sido vista como un circo con la inscripción de candidatos como Gary Coleman, Mary Carey, una voluptuosa actriz porno y el magnate de la industria del erotismo Larry Flynt. El sistema electoral norteamericano que cualquier liberal de turno justificará con una pirueta garantista y que a Tod Browning le parecería inquietante. Otros, más lúcidos afirman que el régimen electoral estadounidense ha sido antidemocrático desde su nacimiento, debido a la necesidad de cumplir con dos funciones básicas: a) Permitir el robo de tierras y el etnocidio, cometidos contra los pueblos indígenas. b) Garantizar la dominación de la nueva elite blanca en las trece colonias, arrancadas al colonialismo inglés por, esencialmente, el poder francés. El sistema electoral como instrumento de dominación de la elite blanca refleja el "ADN" racista y excluyente de esa nueva clase dominante. Pues eso. Las reacciones de la alta prensa europea : Libération critica el sistema político de California, The Guardian también habla de las elecciones de California comparándolas con el circo romano. Joerg Haider brinda por el triunfo de su compatriota y espeta que supone "una distinción y una revaluación de Austria" en Estados Unidos. Instó a los presentes a seguir su anabólico ejemplo como político del pueblo para continuar cosechando éxitos. El Hollywood demócrata y el reducto republicano más recalcitrante no saben lo qué decir. Se presenta el gobernador, cada vez que tiene oportunidad, como un inmigrante que ha tenido éxito, la vieja historia con final feliz en la tierra de las oportunidades tan optimista e irreal como ese anuncio de INI en el que aseguran que un inmigrante puede ser, con las ayudas del estado, un pequeño empresario. Decía una inmigrante mexicana que Norte América era la tierra de las oportunidades porque éstas habían sido expoliadas, robadas y continuamente limpiadas del mapa a base de Monedazos, Cia y demás historia del intervensionismo norteamericano y llevadas hasta allí. Réquiem por un sueño, miles de espaldas mojadas, de racismo como base de estructura social, esa América en la que Michael Moore obtiene un arma al abrir una cuenta en un banco. La máquina de hacer sueños a producido un largo plano secuencia donde los electores-público ha quedado maravillados. El espectáculo ha regurgitado. Nos preguntamos por la política de Arnold Schwarzenegger ¿Bajará las cuotas de los gimnasios? ¿Introducirá en el sistema educativo californiano la exégesis de sus films más enrevesados? ¿será dieta obligatoria la ingestión de esteroides para los niños y niñas del futuro? ¿Por qué no una fotografía de Arnold en el desfile de las fuerzas armadas junto a la bandera de las fuerza de ocupación de Irak? ¿Se convertirá el sueño americano de los presos de Guantánamo en una pesadilla practicable para nuestras adormiladas vidas? Como decía Zack de la Rocha en algún disco por ahí: Compromise, conformity, assimilation, submission, Ignorance, hypocrisy, brutality, the elite All of which are American dreams