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La vieja Europa

6 de septiembre del 2003

Las autoridades españolas ordenan levantar un campamento humanitario para inmigrantes organizado por Médicos sin Fronteras
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado denuncia las condiciones de vida indignas de los extranjeros recluidos en la ciudad de Ceuta

Rebelión

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) considera que la orden de levantar el campamento humanitario construido por Médicos Sin Fronteras en Ceuta para atender a los más de cuatrocientos inmigrantes y solicitantes de asilo que no caben en las instalaciones del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), sin dar ninguna alternativa a los residentes en dicho campamento, constituye una irresponsabilidad por parte de la Delegación de Gobierno en Ceuta y una grave actuación desde el punto de vista humanitario..
Hay que recordar que las instalaciones del CETI llevan meses saturadas, lo que obliga a los inmigrantes y solicitantes de asilo llegados en último lugar a malvivir en la calle, expuestos a agresiones, al hambre y a las enfermedades. La dimensión de la gravedad de esta situación se pone de manifiesto si se compara la forma de abordar el problema del desbordamiento de los CETI en Ceuta y en Melilla. Hace cuatro años, cuando la saturación del CETI de Melilla obligó a cientos de inmigrantes y solicitantes de asilo a permanecer en la calle, fue la propia Delegación del Gobierno melillense la que construyó un campamento provisional anexo al CETI con tiendas de campaña del ejército y se ocupó de dispensar los servicios mínimos para mantener un trato humanitario tanto a los inmigrantes como a las personas que están esperando saber si el Gobierno admite a trámite su solicitud de asilo y pueden pasar a la península..
En Ceuta, las organizaciones no gubernamentales como Médicos Sin Fronteras, Cruz Blanca o CEAR están simplemente cubriendo necesidades básicas que corresponde a la delegación del Gobierno en esta ciudad abordar. Es responsabilidad del delegado de Gobierno de Ceuta garantizar que los inmigrantes y solicitantes de asilo reciban atención sanitaria, tengan un alojamiento digno y manutención garantizada, al margen de que existan plazas libres o no en el CETI y toda vez que no pueden abandonar la ciudad de Ceuta por expresas órdenes de éste..
Además de abandonar a inmigrantes y solicitantes de asilo a su suerte, en una actitud claramente negligente, la delegación de Gobierno se permite el lujo de amenazar y hostigar a las organizaciones humanitarias, en una actuación que rozaría el cinismo en caso de confirmarse que ha exigido a los voluntarios de Médicos Sin Fronteras que repongan las toneladas de basura que tuvieron que desalojar del terreno para instalar las tiendas de campaña..
CEAR no duda que la ubicación del campamento en una zona militar próxima a polvorines del ejército pueda resultar peligrosa atendiendo a que los acogidos en estas instalaciones se ven obligados a encender fuego para cocinar, motivo que sería suficiente para trasladar ese campamento de ubicación, aunque nunca para desmantelarlo sin dar una alternativa de residencia a los acogidos en él. Tampoco es aceptable que el Delegado del Gobierno impida que orzanizaciones no gubernamentales, en este caso MSF, ante la inactividad y dejación de responsabilidades de la propia Delegación del Gobierno, preste una asistencia humanitaria básica y urgente que correspondería prestar a dicha Delegación. No hay que olvidar que parte importante de la situación de hacinamiento de extranjeros existente en Ceuta es responsabilidad de la Delegación del Gobierno, que además de negarse a que abandonen esta ciudad inmigrantes en situación extrema de vulnerabilidad social, sistemáticamente retrasa el paso a la península de solicitantes de asilo admitidos a trámite y que cuentan con plaza de residencia en centros de acogida de refugiados de la península, todo ello en perjuicio de los propios extranjeros afectados y de la totalidad de la población de Ceuta que se ve obligada a soportar una situación socialmente explosiva..
Pareciera que la única estrategia oficial para afrontar la acumulación de solicitantes de asilo y de inmigrantes en situación irregular que se da en las ciudades de Ceuta y Melilla -como consecuencia de las continuas llegadas masivas de extranjeros y del cierre de todos los mecanismos para su regularización previstos en la ley- es que la situación se desborde, sin importar lo más mínimo el bienestar de la población y el cumplimiento de los derechos humanos..
El delegado del Gobierno de Ceuta amenaza a Médicos Sin Fronteras con el desalojo de un campamento humanitario, del mismo modo que hace unos meses criminalizaba y amenazaba a la orden de las Carmelitas de Vedruna por informar a los solicitantes de asilo de sus derechos..
Una vez más, parece que el delegado del Gobierno prefiere amedrentar a las ONGs que suplen altruistamente sus funciones antes que plantearse empezar a resolver problemas de su exclusiva competencia.