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La vieja Europa

 


27 de agosto del 2003

Las luchas en las prisiones de Turquía



www.presos.com
Hay más que diez mil prisioneros políticos en Turquía, una cifra que sólo resume la importancia de su lucha y sobre todo el peso que representan para un Estado determinado a mantener su modo de gobierno dictatorial y su política de opresión generalizada.

En Turquía, el combate político por la libertad, la justicia y la democracia en el país es una lucha de larga historia y pasa inevitablemente por el frente de las prisiones, donde, lejos de detenerse la lucha se centra ante los muros y toma una dimensión ejemplar. El Estados turco lo ha comprendido y ha continuado su opresión hasta en estos lugares, intentando por todos los medios romper la resistencia de los prisioneros políticos al esforzarse en mantener un sistema penitenciario basado sobre el aislamiento como metodología regulatoria de la conducta..

Los últimos acontecimientos acaecidos en Turquía son una trágica ilustración y llaman a todos aquellos que participan de los principios fundamentales de los derechos de la humanidad a informarse sobre las condiciones de detención de los prisionero políticos y a condenar el estado degradante de Turquía.

Desde dos décadas, estos prisioneros políticos han sido la punta del combate por la democracia en este país y es un combate que el estado turco quiere ganar. La historia de las prisiones de Turquía es una larga lista de tragedias donde el horror y la barbarie son una expresión de salvajismo humano. Alemdag, Aydin, Ümraniye, Diyarbakir, Metris, Ulucanlar y otras, son más que prisiones, son lugares de muerte donde se pudren los seres humanos. Son lugares donde reina la arbitrariedad, la tortura y el homicidio pero donde los prisionero políticos han sabido conservar un mínimo de identidad y vida.

En efecto, las estructuras penitenciarias actuales están compuestas de dormitorios colectivos que acomodan a numerosas decenas de prisioneros, lo que les permite desarrollar un estilo de vida solidaria y comunitaria que preserva un mínimo de humanidad y dignidad en el seno a un universo despiadado. Agrupados, son menos vulnerables y pueden defender su palabra; dos aspectos que son inadmisibles para la dictadura que ve una traba a su poder. Los prisionero políticos sólo tienen su vida para oponer y desde hace veinte años esta lucha está sembrada de motines, huelgas del hambre y protestas a las que han contestado represiones y matanzas. Estos últimos años han sido señalados por dos acontecimientos importantes directamente ligados a la política carcelera de Turquía.

En el verano 1996, por ejemplo, una larga huelga del hambre arrastró a la muerte a 12 prisioneros políticos y ha perjudicado la vida a numerosos más, pero ese sacrificio hizo retroceder a las autoridades. En el septiembre de 1999, una operación de las fuerzas especiales turcas, contra los prisioneros de la prisión de Ulucanlar a Ankara, los que ocuparon un dormitorio, tuvo como resultado, después de la ingerencia paramilitar del gobierno, la matanza de diez prisioneros y de otros gravemente heridos, pero el horror suscitado todavía no fue suficiente para hacer desistir a los prisioneros y provocó la retirada de las autoridades.

Estos dos tipos de acontecimientos se han encontrado asociados. Al final de septiembre de 2000, un centenar de prisioneros inicia una huelga del hambre ilimitada, la que califican de "ayuno a muerte", para oponerse a otra reforma carcelera. El 19 de diciembre del 2000, el gobierno turco realizó una operación combinada de la policía y el ejército, en 20 prisiones, allí realizó una arriada y concluyó la acción estatal con decenas de prsos políticos muertos y centenares de heridos.

El estado turco intenta modificar sin embargo ya las estructuras de este último bastión resistente a su política carcelera. Así ha madurado y ha nacido el proyecto de prisiones de Tipo F contra los que se han batido y muchos prisioneros políticos ya han muerto.