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La vieja Europa

27 de agosto del 2003

Otro imprescindible

Cyntia Marín
Cádiz Rebelde
El compañero empezó en esto de la Justicia Social con todo su empeño y buena voluntad.

Las lecturas comprometidas junto a su tono sosegado, lo hicieron destacar en la fábrica.

CCOO y El Partido fueron sus instrumentos, pero en el primero decidió centrar su trabajo militante.

Abrazó con entusiasmo, la idea de cobrar por trabajar donde le gustaba: en el sindicato; incluso interpretó la legislación como una gran conquista obrera.

Pronto olvidó ir a su antigua fábrica, pero era lógico, porque en el sindicato había mucho que hacer, su contribución intelectual era imprescindible.

Cuando no hubo tanto que hacer tampoco fue, al fin al cabo, era un responsable general de áreas que no estaba para perder el tiempo en minucias.

Su ascenso no fue muy vertiginoso pero sí constante, su lealtad era retribuida, y ganas de volver a la fábrica tenía pocas, además la salud no terminaba de ayudar y no era plan de deshacer el camino.

En esta etapa de la vida empezó a ver amigos y enemigos con suma nitidez, los que estaban en el sindicato, o en el hermano de UGT, eran trabajadores con conciencia de clase, fuera sólo había residuales y gentes que le recordaban al neolítico, cuando en este país los trabajadores, sin sus sindicatos arriba citados, vivían mal, sin coche ni segunda vivienda.

En el Partido aparecía poco, sólo cuando lo llamaban a resolver conflictos internos, entonces llegaba él, fumaba pensativo en la reunión y decía un par de sentencias ideológico-organizativas, que resultaban muy lúcidas a sus oídos, luego no volvía hasta el próximo conflicto. No preguntaba al resto que le había parecido su intervención, quizá por miedo a que algún asistente le dijera la verdad.

Manifestaciones sindicales convocadas por los dos sindicatos representativos, no se perdía una, él pensaba en las horas pares que era su obligación como trabajador con conciencia obrera, y en las impares que no era plan que no lo vieran, ahora que las cosas estaban poniéndose raras en la cúspide sindical, con luchas intestinas que él tiene muy entendidas.

Triunfador se sentía, cuando al salir de una negociación que iba a afectar al conjunto de los trabajadores, musitaba "esa empresa iba mal pero se le ha arrancado al menos que el 31% de los trabajadores cobre una pre-jubilación, y el 46% restante cobrarán el paro, menos mal que el sindicato ha estado otra vez a la altura, en la negociación".

Y así, por el hecho de vivir en la capital europea del paro, fueron acumulándose los expedientes de regulación de empleo, a los que había que enfrentar no las luchas en la calle, que como las gentes de bien sabe, enturbian la negociación, sino con una táctica y estrategia inteligente que lleven a la firma de más y más pre- jubilaciones.

Ahora, a punto de prejubilarse él mismo, camina con el cigarro cogido a lo Carrillo, contento, feliz y satisfecho al comprobar que buena parte de la gente que se cruza son también pre-jubilados, gentes que tienen una pensión digna gracias a sus buenos oficios en un sindicato de clase.

Si alguien en su paseo, le osa recordar lo de la pérdida de los puestos de trabajo y de la emigración de miles de jóvenes, siempre dice que es por las políticas neoliberales, que el sindicato hizo lo que pudo. Pero si la conversación se calienta, dice que su interlocutor le hace el juego al PP o al terrorismo, y así ya se queda otra vez tranquilo.

Además a las 20:00 hs. tiene una reunión, la entrega de carnet en el Partido, y es una cita, como el año pasado, con la historia y los jefes, que no puede perderse, porque la unidad de la izquierda necesita de su aportación imprescindible en estas horas cruciales.