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La vieja Europa

25 de agosto del 2003

La incontinencia verbal del jefe de las tropas españolas de invasión
El General Cardona asegura que el ataque sufrido les "ha encorajinado y eso hasta es bueno"


Rebelión
Desde su llegada a Iraq, las declaraciones de este general no dejan de sorprender.

Hace unos días, en una entrevista concedida a la agencia EFE (10/08/03), Cardona afirmó que su "objetivo es ayudar en la reconstrucción y siempre que la seguridad lo permita, nos gustaría mantener un trato más cercano con la población".

Trataba de mostrar la cara amable de la invasión. Aún así, el militar español dijo en aquella entrevista que en caso de ataque "se responderá aplicando el derecho a la legítima defensa", pero siempre "identificando al agresor y tratando de evitar daños colaterales a la población". La puerta quedaba abierta a múltiples interpretaciones. En un alarde de diplomacia, el general comunicó al gobierno títere de la región que ellos "eran neutrales".

Dos días después, en declaraciones a la Cadena Ser, el jefe del batallón afirmó que le resultaba extraño que las armas de destrucción masiva "hayan desaparecido" sin dejar rastro alguno en un país como Iraq, en el que "es muy normal que estuviera este material". Y luego salió el ministro de la guerra, Federico Trillo, diciendo que ellos no habían aleccionado a los militares.

Con la llegada anteayer del último convoy español, se cerraba el despliegue de los 1.340 mercenarios llegados hasta Iraq. Uno de esos hombres, el cabo Hernández, contaba a un periodista que: «Hay que dar la impresión de que somos buenos y a la vez de que estamos listos para matar». De nuevo aparecía recogido el "espíritu" de la cruzada española. Y el ministro seguía insistiendo.

En una entrevista concedida a El Mundo (24/08/03), el general considera que el ataque sufrido con granadas de mortero el pasado miércoles es una "acción terrorista" y que era una "de las amenazas potenciales" con la que ya contaban. Pero el militar no se deja impresionar fácilmente y pese al ataque, afirmó que se continúa "con el plan [previsto] y no se han alterado ni el despliegue ni las misiones". Además, contó con "satisfacción" que "ese ataque no ha hecho mella en la gente. Incluso diría que ha provocado cierto coraje; sí, nos ha encorajinado y eso hasta es bueno". Al fin y al cabo son legionarios y ya se sabe quien es su novia.

Para el general, la resistencia iraquí deben de ser cuatro gatos que sólo actúan por molestar y se mostró confiado en que "los terroristas seguirán intentando cometer atentados, aunque se restablezca el servicio de agua, funcione a la perfección el suministro eléctrico y se dejen las cosas mucho mejor de lo que han estado nunca".

Con "gobernantes" como éste, seguro que los iraquíes no tardarán en echar en falta a Sadam Hussein.