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La vieja Europa

2 de julio del 2003

Tras la Cumbre de Salónica
El elogio del humanicidio y la "sabiduría de Europa"

Antonio Maira
Cádiz Rebelde
La "Cumbre Constitucional" de Europa, celebrada en Salónica, fue en realidad una completa impostura y un acto de vasallaje.

Los mismos jefes de estado y de gobierno que peleaban "ferozmente" ante sus audiencias nacionales por el reparto de cuotas de poder en las instituciones europeas, entregaban silenciosamente la política exterior y de seguridad común (PESC) al "amigo americano".

El momento formal de esa infidelidad a la idea de una Europa reunificada e independiente, y de la traición a sus propios ciudadanos -que ignoran por completo este acto de lesa soberanía- ha sido la aprobación unánime del documento denominado: "Una Europa segura en un mundo mejor". Fue presentado por Solana, uno de los indiscutibles agentes de Washington en una UE completamente devaluada y avasallada por los Estados Unidos.

Uncidos al carro del vencedor

Pese a que su contenido parece muy general y a la vacuidad retórica de buena parte de sus párrafos, este texto doctrinal, que se ha presentado como un proyecto avanzado de definición de una Estrategia de Seguridad Común para Europa, no es un discurso vacío sino tramposo. La trampa fundamental es precisamente su proclamado "carácter" europeo.

Se trata principalmente de la aclamación de las prácticas internacionales de los EEUU inmediatamente después de la terrible guerra de destrucción y conquista de Irak que ha violado todos los tratados y normas internacionales. Europa celebra solemnemente ese acto de saqueo gigantesco de un pueblo casi indefenso, que se ha convertido en la aplicación de un método general para la relación "civilizada" con los pueblos del tercer mundo. Además la Unión Europea ratifica, asumiéndola como propia, la doctrina de la superioridad que lo hace posible.

En Salónica se ha proclamado y codificado una alianza incondicional con esos Estados Unidos militaristas y despóticos que culminan con Bush una concepción imperialista del mundo. En la barbarie que supone la disposición de Washington para imponerse por la fuerza en una guerra de conquista y sujeción que proclaman interminable, la Unión Europea dice incorporar su "vieja sabiduría". La peor Europa posible también está dispuesta a aceptar esas prácticas feroces y a asumirlas de manera subordinada, como mero mercenariado del Imperio. Solana -simple portavoz ridículo de la Cosa Nostra que es hoy el comité de gobernantes de Europa- ha importado, presentándolas como nueva doctrina común europea, lo que en realidad tiene un ámbito mucho más amplio: la estrategia de seguridad y el plan de establecimiento militar del Imperio.

Europa se reagrupa bajo la bandera de las barras y las estrellas y pide el lugar del aliado en la estrategia del Imperio.

En Salónica ha triunfado plenamente, sobre la cultura humanitaria y liberadora de Europa, la tradición colonial, racista y violenta. Además de vasallaje e impostura, la Cumbre de Salónica significa el retorno a la barbarie.

Modelo estamental, ideología colonial

La nueva doctrina europea para la estructuración de las "relaciones internacionales" comienza institucionalizando el mundo de los desiguales. Europa asume la implantación inmediata y violenta de un sistema dual que distribuye por separado derechos y deberes internacionales. Lo sorprendente es la velocidad con la que se ha producido esta complicidad total con el proyecto imperial de los Estados Unidos. En realidad no hay ya ningún forcejeo en defensa del "multilateralismo" sino la expresión realista y descarada de un poder arbitrario y despótico. La "comunidad internacional" que forman los EEUU y sus incondicionales ha barrido la idea de las soberanías nacionales y las relaciones jurídicas entre estados.

Se consagra en las relaciones internacionales la existencia de un mundo económicamente estratificado y radicalmente desigualitario. Los países pobres y periféricos son mirados con desconfianza y sometidos a estrictas prohibiciones. El modelo es el de un superestado en el que el mundo occidental -en realidad los Estados Unidos- se reservan el monopolio de la violencia.

El brutal sistema se racionaliza con la presentación de un mundo modélico y triunfante, que se dice amenazado, y un submundo amenazante y fracasado. La sociedad global de la globalización capitalista recurre a los mecanismos de las sociedades estamentales y a una ideología descaradamente colonial. Los Estados Unidos asumen el derecho de conquistar o coaccionar a los países para incorporarlos a su sistema de explotación, el de apropiarse de las riquezas mundiales, el de establecer gobiernos subordinados, y el de definir el cuadro de privilegios y servidumbres.

El control fundamental de la información y del "sentimiento público" hace posible la rapidísima implantación de un sistema jurídico basado en los "actos de imperio", bajo la cobertura y la coartada de la existencia de una supuesta democracia universal proclamada por el "consenso de Washington".

En la Cumbre de Salónica la UE asume la dualidad primordial Bien-Mal que definen los EEUU y todas sus consecuencias: "derecho" de los Estados Unidos a mantener su superioridad militar y a utilizar sus armas -siempre de destrucción masiva- sin límite alguno, complementado con la prohibición de que los demás países puedan defenderse; "derecho" a señalar como terroristas y a perseguir a determinados grupos, utilizando simultáneamente todos los modelos y grados de guerra sucia o encubierta, directa o interpuesta; "derecho" a definir "ejes del mal" y países vigilados, amenazados y castigados.

Esta dualidad asumida en el documento sobre "un mundo mejor" explica la complicidad europea con la impunidad por los crímenes más terribles de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, que tienen los funcionarios civiles y militares del Imperio. Tal impunidad ha sido "negociada", arma en mano, durante el último año por los Estados Unidos. Ellos han impuesto que sus agentes no pueden ser alcanzados por la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional.

El documento sobre la Estrategia de Seguridad común para Europa consagra la preeminencia absoluta de una "comunidad internacional" reducida, tal como fue definida en la guerra de Yugoslavia y en la contemporánea Cumbre de la OTAN de Washington. Desde ese concepto de una "humanidad" circunscrita al mundo occidental se explican algunas de las contradicciones más escandalosas. La doctrina europea dice ahora que la colaboración con EEUU y con la OTAN para mantener la seguridad mundial es la vía más adecuada para el multilateralismo.

"Multilateralismo" jerarquizado y parcial sobre el cadáver de las Naciones Unidas.

Bajo esas premisas de la jerarquización, la exclusión de medio mundo, y el vasallaje de Europa, todas las afirmaciones adquieren una significación plena. "La relación trasatlantica es insustituible como elemento clave del sistema internacional". "Pocos son los problemas a los que podamos hacer frente solos, las amenazas son comunes".

La legitimidad indiscutible de la globalización capitalista

El modelo socioeconómico de la "Europa segura" y el "Mundo mejor" se establece sin contemplaciones, manu militari si es preciso.

Esta tajante determinación presoberana que los pueblos deben aceptar si no quieren convertirse en enemigos y blancos para los bombardeos del Imperio, acabará denominándose "cláusula Democracia" o "cláusula Libertad" dentro del léxico deformado de las grandes instituciones internacionales controladas por los Estados Unidos.

El sistema capitalista neoliberal -la "globalización para las multinacionales"- es la única opción legítima. Elegir otra distinta sitúa al país en cuestión entre los "países parias". En palabras del documento: "una serie de países se han situado al margen de la sociedad internacional", "Algunos han buscado el aislamiento. Otros vulneran persistentemente las normas internacionales. Es conveniente que estos países puedan unirse a la comunidad internacional. Aquellos que no desean hacerlo deberán comprender que han de pagar un precio, incluso en sus relaciones con Europa".

Además de esa advertencia de que la cólera de los cielos puede desatarse para los que se empecinen en quedar fuera o elegir otro camino, el documento reproduce la desconfianza de los élites de los EEUU y Europa ante la pobreza: "varios países y regiones corren el riesgo de resultar atrapados en una espiral de conflicto, inseguridad y pobreza.

El cinismo con el que se rubrica ese "imperativo democrático" y esa sospecha ante la miseria es casi inimitable: "Un mundo que se percibe como portada de una oferta de justicia y oportunidades para todos será más seguro"

Los bárbaros y la defensa de las fronteras

En ese mundo tan amenazante para los opulentos la política internacional de Europa es entendida como seguridad. El mundo exterior es interpretado como amenaza. Claro que la interpretación tiene mucho que ver con la extensión coactiva de un modelo económico de resultados frecuentemente catastróficos para las grandes mayorías, con las enormes desigualdades que genera, y con la "naturalización ética" de la exclusión y la miseria.

"Con las nuevas amenazas la primera línea de defensa estará a menudo en el extranjero".

La definición de una guerra global contra los pobres bajo camuflaje de "guerra antiterrorista" es una importación directa de la primigenia "Nueva Estrategia de Seguridad de los Estados Unidos".

En realidad la traslación de ideas por ese "vínculo trasatlántico" ha alcanzado la máxima intensidad en este caso. La reproducción de la doctrina estratégica de los EEUU es total aunque el documento se presenta, cínicamente, como el primer paso para una estrategia europea de seguridad.

En primer lugar nos encontramos con un idéntico discurso evasivo:

La aparición de la ONU es indirecta e inconcreta. Europa guerreará preventivamente "con un protagonismo de la ONU" y con respeto a la Carta de las Naciones Unidas.

Son las mismas referencias a los textos con marginación de las instituciones legitimadas para interpretarlos, que utilizó la Cumbre de la OTAN de Washington para expresar su intención de hacer la guerra sin autorización del Consejo de Seguridad; y también las que utilizaron los EEUU, el RU y España, para justificar la guerra de Irak.

Los eufemismos son también idénticos: "la fuerza es el último recurso". En realidad los Estados Unidos la han convertido en el único recurso. Dada la enorme capacidad resolutoria de la guerra -o de la amenaza de guerra- cuando uno es el vencedor indiscutible, y con costes nulos, en realidad ya no se negocia nada más que la rendición incondicional.

En segundo lugar las amenazas son también exactamente las mismas: proliferación, terrorismo, estados fracasados considerados como agujeros negros en los que convergen todos los males. La amenaza peor posible se define de la misma manera:

"la perspectiva más aterradora es que grupos terroristas adquieran armas de destrucción masiva". "Entonces todo intento de disuasión fracasará".

Ese es el vínculo teórico de los "estados fracasados-agujeros negros" con un terrorismo difuso e instrumental que permite criminalizar a todos lo estados rebeldes al orden internacional que imponen los Estados Unidos.

Europa, como los Estados Unidos, se considera como objetivo del terrorismo. Esto es lo que permitirá manipular el miedo, como ha hecho ya Blair en el Reino Unido. Permitirá también la implantación de sistemas legales, judiciales y penales, de excepción.

El riesgo más claro -repite como un eco la UE- es el "integrismo religioso violento". También repite, para plena satisfacción del amo, las referencias explícitas a Corea, Irán y Oriente Próximo.

Lo más escandaloso de esa asimilación total es la proclamación -bajo doble eufemismo- de la necesidad de la guerra "preventiva". El primer eufemismo es puramente verbal. Solana, consciente de que la resistencia contra la guerra de Irak se estructuró contra una guerra sin motivo, prefiere enmascarar y habla de "acción preventiva" o de "compromiso preventivo".

El segundo es mucho más de fondo. En realidad las exigencias de prevención son tan enormes que las guerras son puras guerras de agresión. No hay nada que prevenir como en el caso de Irak. Por eso el documento se refiere a "amenazas dinámicas que si no se atajan serán aún más peligrosas" y proclama que: "debemos estar preparados para actuar antes de que se produzca una crisis", y para aplicar una "estrategia que favorezca una intervención temprana, rápida y en caso necesario, contundente", o que "debemos de estar preparados para actuar antes de que se produzca una crisis, nunca es demasiado pronto para empezar a prevenir conflictos y amenazas". Es, punto por punto la doctrina Rumsfeld.

La UE, metida de lleno en un proceso de acatamiento- subordinación, establece la ampliación de las misiones Petersberg que autorizan operaciones de "gestión de crisis, interposición y mantenimiento de la paz" hacia la plena identificación con la guerra universal antiterrorista de Bush: ahora propone la autorización de "operaciones conjuntas de desarme" -es decir, la excusa de Irak- y otras que permiten el control interno de otros países: "apoyo a terceros países en la lucha contra el terrorismo y reforma del sector de seguridad".

Elogio del humanicidio

Más allá del texto del documento "Una Europa segura en un mundo mejor", la propia Cumbre de Salónica ha trabajado intensamente para "normalizar" las relaciones con los EEUU y para "superar" las tensiones derivadas de la guerra de Irak.

En primer lugar la justificación de la guerra a plena satisfacción de los Estados Unidos:
"la caída de Sadam Husein ha allanado el camino para que el pueblo irakí disfrute de un futuro pacífico, seguro y próspero".

Nada menos. Un verdadero elogio del humanicidio iraquí que va mucho más allá de las consignas habituales que recomendaban la necesidad de "pasar la página" o de "mirar el futuro", y que suponían ya una verdadera "cláusula de impunidad" para las criminales acciones de los Estados Unidos.

Ninguna barbaridad es insuperable. Lo demostraron los patriarcas políticos de la actual Europa que firmaron un artículo titulado: "Europa-EEUU: la principal baza".

En él proclamaban lo siguiente:
"Unidos (con los EEUU) seremos considerados por el resto del mundo como los intérpretes de una visión cargada de sabiduría".