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La vieja Europa

30 de julio del 2003

¿Qué gana Washington al ampliarse la UE?

Hans-Ulrich Bünger
Quincenario Tintají / Quito
El proceso de integración europea es, sin lugar a dudas, uno de los desarrollos más exitosos y significativos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Tan grande es su atractivo hoy en día, que a los actuales quince estados miembros están sumándose diez países más: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, la República Checa, la República Eslovaca, Hungría, Eslovenia, Malta y Chipre. No serán los Estados Unidos de Europa, sino una unión de estados que cederán a la Unión gran parte de su soberanía y legislación.

Por eso es sumamente importante el carácter distinto que tiene la Unión Europea (UE) frente a otros bloques regionales. Existe en ella el principio de la solidaridad interna: fondos regionales y de cohesión, financiados por los países más ricos de la Unión Europea, han sido destinados a los nuevos países miembros con niveles económicos y sociales más bajos para que puedan sucesivamente alcanzar el mismo nivel como los países más ricos. Algo que brilla por su ausencia en las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

España, por ejemplo, desde que ingresó en 1986 a la Unión Europea ha recibido transferencias financieras netas no reembolsables con un valor de más de cien mil millones de dólares, y seguirá recibiendo unos tres mil millones de euros anualmente hasta el 2005.

Pero no todo es positivo, sin duda la toma de decisiones internas de la UE se tornará más difícil cuando ésta cuente con 25 estados miembros. Por eso es preocupante la actitud que han tomado varios de los nuevos miembros en la guerra contra Iraq, al alinearse incondicionalmente con Estados Unidos. No solo eso, algunos de ellos también comparten con Estados Unidos el concepto del capitalismo salvaje, rudo y crudo que se contrapone al capitalismo vigente en la Unión Europea, con sus fuertes ingredientes sociales.

Ya hace tiempo, el presidente de Attac de Francia, Bernard Cassen, alertó a los europeos sobre la mentalidad de un liberalismo económico desenfrenado en estos países y la subordinación ciega a la política exterior estadounidense. Y el Herald Tribune del 9 de diciembre de 2002 tituló: "Washington es el gran ganador de la ampliación de la UE".

En este sentido tuvo razón el presidente de Francia, Jacques Chirac, cuando advirtió a los nuevos miembros que no sigan adelante con esta clase de política pues, caso contrario, las poblaciones de los países miembros actuales podrían rechazar su ingreso a la. Unión Europea.

En un mundo en el que una sola potencia pretende imponer su voluntad sobre las demás naciones cobra mayor importancia el fortalecimiento de la Unión Europea como defensor de los derechos humanos y de una economía más social, un bloque que aboga a favor del mantenimiento y fortalecimiento de las organizaciones e instituciones de Naciones Unidas y del derecho internacional.
Hans-Ulrich Bünger
Director del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS)