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La vieja Europa

5 de mayo del 2003

Elecciones municipales y regionales en Gran Bretaña
Blair paga el precio de la guerra

G. Buster

Los resultados de las elecciones municipales en Inglaterra no han podido ser peores para Tony Blair. Su Nuevo Laborismo ha perdido 750 concejales, la mayor derrota desde 1979. Como han explicado los diputados del ala izquierda del Partido Laborista, agrupados en el "Campaign Group": "El Gobierno ha ignorado por completo a los jovenes y a la Comunidad Musulmana. Y ahora nos devuelven el cumplido".

El Nuevo Laborismo ha perdido 29 consejos municipales, incluyendo las ciudades de Brighton y Birmingham, feudos tradicionales del partido. Pero el descontento de la población hay que medirlo tambien por la bajisima tasa de participación que, a falta de alternativas electorales por la izquierda -como en Escocia-, solo acudió un 30% a las urnas. El Partido Conservador ha ganado 500 concejales, convirtiendose en la principal fuerza política municipal en Inglaterra, y los Liberales Demócratas se han situado terceros con un 30% de los votos emitidos. Más preocupante es el ascenso del ultra-derechista British National Party, que ha ganado 11 nuevos concejales, en especial en la ciudad de Burnley, en los Midlands.

En Escocia, el panorama ha sido completamente distinto. Con una participación electoral mucho mayor, los mayores triunfadores han sido el Partido Socialista de Escocia (SSP), una organización de la izquierda anticapitalista y alternativa, y los Verdes. Ambos han pasado de un diputado autonómico a 6 y 7, respectivamente. En Glasgow, la mayor ciudad de Escocia, el SSP ha obtenido 16,02% de los votos. Tommy Sheridan, el único diputado hasta ahora del SSP, lo primero que ha dicho es: "Hoy ha nacido una nueva fuerza política en Escocia, una fuerza que cree que la riqueza de Escocia pertenece al pueblo escocés".

El Nuevo Laborismo ha conservado la mayoría del Parlamento de Escocia por los pelos, pero ha perdido 6 escaños. El Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha pagado su renuncia al derecho de autodeterminación con la perdida de 8 escaños, aunque sigue siendo la segunda fuerza del Parlamento. La movilización popular ha conseguido llevar también a la Cámara escocesa a la coordinadora de la campaña contra el cierre del Hospital de Stobhill, Jean Thorner.

En Gales, las elecciones regionales han dado la victoria al Partido Laborista, que a diferencia de Inglaterra concurría a las elecciones con el programa del Viejo Laborismo, lo que le ha permitido obtener 30 de los 60 escaños en liza. Los nacionalistas de Plaid Cymru han descendido de 17 a 12 escaños, en un sonado castigo de sus electores por su ambigüedad ante la guerra, los temas sociales y su muy moderado autonomismo. La presión de la izquierda del Partido Laborista se concentrará ahora en exigir a su dirigente Rhodri Morgan que rompa la coalición con los Liberal Demócratas.

Para quienes dudan si el apoyo a la guerra de Bush tiene costes electorales, aquí esta la primera respuesta. Y la demostración de que cuando existe una alternativa creible a la izquierda de la socialdemocracia, como en Escocia, es posible no solo castigar con la abstención a los Blair y Cia, sino también movilizar a favor de un voto alternativo, como el de los Verdes, o directamente anticapitalista como el del SSP. Su victoria es una estupenda noticia y abre un debate fundamental en Inglaterra y Gales para poner en pie a partir de la Alianza Socialista (SA) una alternativa creible al Nuevo Laborismo en las próximas elecciones generales.

Aprendamos la lección para el 25 de mayo.