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La vieja Europa

28 de mayo del 2003

La multinacional gallega implicada en la explotación de inmigrantes
El rollito primavera de Zara

La Corriente Alterna

Hace dos semanas la policía desmanteló en Galicia una nave donde trabajaban, en condiciones infrahumanas, 19 inmigrantes chinos. Ahora se sabe que confeccionaban ropas para Zara (Inditex). Es lo que asegura su propietario, Wei-Jiong Liu (Luis el chino). La multinacional textil de Amancio Ortega deberá comparecer mañana ante el juez del caso.

Luis el chino, antes de meterse de lleno en la negocio textil, era propietario del restaurante Hong Kong. Decidió comprar la empresa Confecciones Lucía Landeira, que ya recibía encargos de una filial de Inditex, y aparcar los rollitos primavera. Cuando la policía intervino la nave donde Liu explotaba a 19 compatriotas (17 de mayo), encontró un escrito en el que constaba que antes del 30 de junio debían estar confeccionadas 28.000 prendas. Y los pedidos eran para Zara. De los 19 chinos que trabajaban en la nave del municipio coruñés de Teo, 10 tenían papeles y contrato, pero el resto eran ilegales.

Según la policía los trabajadores asiáticos laboraban en turnos de entre 15 y 16 horas diarias, comían y cenaban en el taller y algunos de ellos dormían allí hacinados.

Aunque Inditex ha negado desde un principio su relación con Wei-Jiong, el juez ha imputado a la multinacional gallega en el caso. Este miércoles uno de sus directivos deberá testificar ante el titular del juzgado número 2 de Santiago.

En lo que va de año la policía ha desarticulado al menos 24 talleres clandestinos de confección (19 en Cataluña, tres en Madrid, uno en Sevilla y el de Teo). Todos funcionaban de un modo similar: entre cinco y doce personas con turnos de hasta 17 horas, en locales que en ocasiones no tienen ni agua aunque los inmigrantes viven en ellos.

Ropa limpia

Un informe de la Campaña Ropa Limpia publicado por Intermón Oxfam denuncia que empresas textiles españolas, Inditex entre ellas, utilizan en Marruecos talleres irregulares para abaratar sus costes de producción contratando o subcontratando a personas de todas las edades que trabajan en condiciones precarias por unos sueldos ínfimos.

De confirmarse la acusación contra la multinacional gallega, las malas prácticas estarían también extendiéndose por el territorio español.