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La vieja Europa

5 de abril de 2003

Un nuevo despido colectivo e ilegal en el estado español
Pickman, historia de otra infamia

La Haine

Desde el pasado 4 de Febrero los 132 trabajadores de la fabrica de loza de la Cartuja sevillana se encuentran despedidos ilegalmente, sin trabajo, sin salario y sin ninguna cobertura social.

La fabrica de cerámicas de la Cartuja, de 163 años de antigüedad, daba trabajo hasta el pasado mes de Febrero a 132 trabajadores. La marca Pickman ha tenido desde hace décadas el monopolio de este tipo de bienes suntuarios para la clase acomodada del Estado español. Y tiene un cierto valor patrimonial para Sevilla a parte del hecho de ser la forma de subsistencia de 132 familias.
Desde que, con el cambio de régimen, esta empresa fue privatizada, ha pasado por las manos de múltiples empresarios mas interesados en especular con los activos financieros de la empresa que con la producción en sí de la fabrica. Con el móvil de revender el sello con beneficios, aprovechando los sucesivos pelotazos económicos de la España desarrollista de los 70s y 80s, varios empresarios se han aprovechado del trabajo de estos obreros y del prestigio de la marca para llenarse los bolsillos.
Su último propietario fue Ruiz de Alda, el cual se hizo con la empresa en 1988, de origen noble, antecedentes fascistas y emparentado con Loyola de Palacios. Se hizo cargo de una empresa ya endeudada. A través de un pacto con hacienda cedió el museo de la fábrica a cambio de la condonación total de su deuda. Otro pacto con la seguridad social redujo su respectiva deuda, a un 8% del total, con el compromiso por parte del empresario de mantener la actividad productiva en la fábrica.
Sin embargo, Ruiz de Alda, cambia de estrategia con respecto a anteriores propietarios. En lugar de buscar el beneficio rápido de la reventa, mantiene la producción pero va descapitalizando la empresa a favor de otras compañías. Dichas compañías, investigadas por los sindicatos, tienen todas casi la misma junta directiva, formada en gran parte por familiares del empresario.
Lo único que le interesa a este empresario es el sello Pickman. La marca registrada es la que contiene el verdadero valor en esta economía especulativa en la que nos movemos. Al mismo tiempo que descapitaliza la empresa, hipoteca el suelo y la maquinaria hasta que salta la liebre y se descubre que ha estado montando en los últimos años una fabrica en Marruecos a la que traslada la producción y el sello que hasta ahora se realizaba en la Cartuja.
El siguiente paso es abandonar a su suerte la fábrica sevillana, donde los trabajadores mantienen la producción por un tiempo hasta que se acaban las materias primas y tienen que cerrar. El capital de la empresa ha desaparecido, esta cargada de deudas y Ruiz de Alda controla las redes de distribución, por lo que seguir funcionando en régimen de cooperativa es imposible. Como última medida, y para evitar saqueos, los trabajadores de la fábrica la abandonan y sueldan sus puertas.
Previamente, Ruiz de Alda, ha dado de baja a los trabajadores de la seguridad social sin haber sido despedidos formalmente, por lo que los trabajadores se encuentran en una situación legal confusa, totalmente desprotegidos, sin salarios, sin trabajo y sin cobertura social, situación que se prolonga hasta la actualidad.
La fabrica pasa a manos publicas a través de Rumasa, que se desvincula de la producción aferrándose a la versión de que han pasado ha ser propietarios de los terrenos y la maquinaria pero que no tienen ninguna responsabilidad sobre los trabajadores o el sello Pickman que ahora se fabrica en Marruecos.
Las ventajas de esta relocalización industrial son evidentes, a todos nos son familiares las consecuencias de la búsqueda de ventajas competitivas en países menos desarrollados (o mas subdesarrollados), los costes de la producción se reducen de forma proporcional a la calidad de las condiciones laborales de los trabajadores, al tiempo que se mantiene el prestigio y los precios de la marca Pickman que siguen vendiéndose en Europa a través de la misma red de distribución.
Actualmente los trabajadores tienen pendiente una demanda cautelar contra Ruiz de Alda por despido improcedente, aunque este ni siquiera haya llegado ha notificarse. Al mismo tiempo se negocia con la Administración para que se haga cargo de la empresa. Sin embargo, estos terrenos localizados en un área, la Cartuja, de fuerte especulación por la presencia de un parque tecnológico, son mucho más beneficiosos para la administración sin fábrica que con una fabrica poco rentable. El precio que puede llegar el suelo que ahora ocupa la fábrica en el mercado puede traducirse en un buen montón de capital para la administración.
La lucha en la actualidad esta en la calle, los trabajadores llevan acampados junto a la Subdelegación del Gobierno desde mediados de Marzo, se han realizado manifestaciones y acciones mediáticas. Los ánimos están muy caldeados, la tienda que comercializa las vajillas Pickman en Sevilla apareció con las vidrieras rotas y llena de pintadas y la sede del PP ha sido objetivo reciente de una espectacular lluvia de vajillas contra su fachada.
La solidaridad es fundamental para que estas 132 familias puedan salir adelante. La gente de Sevilla apoyándoles en la calle, y fuera de la ciudad difundiendo la lucha de estos trabajadores.

Fuente: Entrevistas con obreros de Pickman