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La vieja Europa

"Les pedimos que nos mataran de una puta vez"

·Martxelo Otamendi compara la situación con el Chile de Pinochet y pide acciones para erradicar la tortura

El director de «Euskaldunon Egunkaria», Martxelo Otamendi, reveló ayer que algunos de los detenidos el pasado jueves llegaron a «pedir a los torturadores» que les mataran «de una puta vez». Era la salida que veían para ese «túnel de impunidad» que Otamendi denunció nada más salir de la cárcel de Soto del Real el pasado martes, después de permanecer cinco días incomunicado en dependencias de la Guardia Civil. Tras esta dura experiencia, pidió «una mayor implicación de todos para acabar con la tortura» porque «no podemos vivir como si estuviéramos en la época de Pinochet».

Imanol Inziarte Andoain

Una salva de aplausos recibió a Martxelo Otamendi a su llegada ayer al mediodía a las clausuradas instalaciones de "Euskaldunon Egunkaria". No era la primera vez que el director del rotativo euskaldun comprobaba con sus propios ojos el candado que ha puesto punto y final a más de doce años de proyecto. Directamente procedentes de Soto del Real, Otamendi y Luis Goia habían recibido un primer homenaje de los trabajadores hacia las tres y media de la madrugada. El director de "Egunkaria" repitió el escalofriante relato de las torturas sufridas en instalaciones de la Guardia Civil ­entre ellas, la aplicación de «la bolsa», el simulacro de ejecución con una pistola, golpes y vejaciones­ y mostró su preocupación por las cinco personas que han sido encarceladas y en especial por la situación de Pello Zubiria, que calificó de dramática.
En este sentido, indicó que, de ser cierto que Zubiria intentó suicidarse, eso «quiere decir que el túnel que vio que tenía que transitar en los siguientes tres o cuatro días le pareció tan negro que prefirió salirse en ese momento».
Y reveló que «es lo que algunos de nosotros hicimos también con los torturadores, les pedimos que nos mataran de una puta vez y nos dejaran ya de hacer sufrir».
Por ello, pidió «una mayor implicación por parte de todos para acabar con la tortura, porque no podemos vivir en Euskal Herria como si estuvieramos en la época de Pinochet». Además, subrayó que «no es posible que fuerzas de fuera vengan a Euskal Herria, detengan a gente, la lleven fuera, la torturen y la vuelvan a dejar en la calle». Recordó el caso de Joan Mari Torrealdai, uno de los detenidos con los que logró intercambiar unas palabras antes de salir de Soto del Real.
«Si a Joan Mari Torrealdai, que es una enminencia de la cultura vasca, con 60 años, le han apaleado como le han apaleado, si al director de 'Egunkaria' le han aplicado dos veces la bolsa, qué no harán con un joven o con una persona mayor que no tiene la capacidad de poder reunir como yo, como 'Egunkaria', a tantos a medios de comunicación, y cuyas denuncias de torturas quedan absolutamente en el olvido», se preguntó. Otamendi consideró que «para que no vuelva a repetirse ésto, es hora de que de una vez hagamos una especie de 'tortura nunca mais'», y reseñó que «no podemos cruzarnos de brazos», porque «si eso era malo en la época de Pinochet, es malo en 2003».
Además de este emplazamiento a fin de poner en marcha un proyecto conjunto para terminar con la práctica de malos tratos a los detenidos, el director del periódico clausurado por orden del magistrado español Juan del Olmo agradeció las muestras de apoyo recibidas y la iniciativa de sus compañeros de sacar al mercado "Egunero", una publicación que «con el tiempo deberá desarrollar un nuevo proyecto, que sería 'Egunkaria' segunda parte». En este sentido, reiteró su compromiso para ofrecer a Euskal Herria «el periódico en euskara que se merece».
Martxelo Otamendi subrayó que "Egunkaria" llevaba «una carrera ascendente estos últimos años» y denunció que esta trayectoria «ha querido ser truncada por parte de la Audiencia Nacional y por parte de algunos poderes en Madrid», pero advirtió que «no lo van a conseguir porque somos lo suficientemente cabezones». En este sentido, solicitó la unión de todos «para conseguir que, como el Ave Fénix, resurja un buen periódico en euskara».
Antes de realizar estas declaraciones, el máximo responsable periodístico del rotativo euskaldun participó en la concentración celebrada en el parque cultural Martin Ugalde de Andoain.
A su llegada, visiblemente emocionado pero con mejor aspecto que a su salida de Soto del Real, recibió el abrazo de sus compañeros y amigos. Otamendi no pudo contener su rabia e impotencia ante el cierre y descargó una patada contra la puerta de la clausurada sede.
Una jornada más se dieron cita varios cientos de personas, algunas con lágrimas en los ojos, para mostrar su respaldo a los detenidos. Entre ellos se encontraban mahaikides de Batasuna como Arnaldo Otegi, Juan Mari Elkano, Joseba Permarch y Pernando Barrena; dirigentes de EA como Gorka Knörr, Onintza Lasa y Martin Aranburu; de Zutik, Joxe Iriarte Bikila; o el secretario general de LAB, Rafa Díez; además de representantes de diversos organismos.
Los presentes se situaron en torno a dos pancartas en las que se podía leer «Egunkaria aurrera» y «Atxilotuak askatu». Durante los quince minutos que duró la protesta se profirieron consignas contra el cierre del periódico y en favor de la libertad de expresión, se pidió la libertad de los detenidos y se denunció la existencia de torturas en el Estado español.