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La vieja Europa

18 de febrero del 2003

Movilizaciones en el estado español
Más de siete millones de personas salieron a la calle para decir "No a la guerra"


Rebelión / Resumen Latinoamericano / Indymedia / Apdha
La amenaza de una guerra en Irak y el apoyo del Gobierno fascista español al posible ataque de EEUU ha hecho levantarse a más de un millón y medio de personas en Barcelona, a dos millones en Madrid y a varios millones más en el resto del estado. En conjunto han resultado ser de las más multitudinarias de toda Europa, junto con las de Berlín y Londres. La marcha contra la guerra en la capital sólo ha sido equiparable a la celebrada por el golpe del 23-F.
Madrid se desbordó

La gente se salió del recorrido establecido. No cabía y se fue expandiendo por las calles colindantes hasta abarcar (y llenar) cuantas calles, grandes y pequeñas, había alrededor de la manifestación. Todo el centro de Madrid quedó colapsado durante más de cinco horas. La ciudad resultó pequeña para los dos millones de manifestantes.

Decenas de actores, erigidos en líderes del movimiento popular contra la guerra, encabezaron la marcha. Su pancarta decía: 'No a la guerra'. Varios miles de personas después, representantes de movimientos sociales y del Foro Social de Madrid sostenían otra en la que se leía 'Paremos la guerra contra Irak'. La tercera era portada por los políticos de la oposición y los líderes sindicales. Decía: 'No a la intervención del Estado español'. El colapso del centro de Madrid impedía todo movimiento de la cabecera de la marcha hacia el final del recorrido, la Puerta del Sol. Los actores tuvieron que tomar un atajo para estar presentes en la lectura del manifiesto, que corrió a cargo de Pedro Almodóvar, Leonor Watling y Fernando Fernán Gómez.

El comienzo de la manifestación estaba previsto a las seis de la tarde. Una hora antes ya no cabía un alfiler entre Atocha y Cibeles -un kilómetro y medio-. A las 18,00 h.

(hora de comienzo), todo el recorrido previsto, de Atocha a Sol –dos kilómetros y medio- estaba colapsado. No había desplazamiento posible. Y la gente seguía llegando a la glorieta de Atocha por todas las calles que desembocan en ella.

"Esto se ha desbordado. No nos lo esperábamos", reconocía un policía municipal.

El Ayuntamiento no había reforzado los servicios de transporte público, que funcionan con menos frecuencia los fines de semana. Si la calle estaba abarrotada de gente, el subsuelo -por el metro- y los trenes de Cercanías no lo estaban menos. Desde varios kilómetros llegaban columnas de manifestantes andando. Javier cuenta que vio, a las 16.30 en la Plaza de Legazpi, varios miles de personas que venían a pie desde el barrio de San Fermín, o quizá de más al sur, ante la imposibilidad de hacerlo en transporte público. Santiago relataba la odisea de intentar coger un tren de cercanías desde Alcalá de Henares, horas antes de la manifestación. Carmen confesó que casi le "da algo" en el metro de Antón Martín, y Mirta contó unas 400 personas en el vagón de tren en el que bajaba de Torrelodones a Madrid.

Los asistentes podían contarse por familias. Niños de la mano, a hombros y en carrito, adolescentes que discuten un punto de encuentro si se pierden, parejas adultas que recuerdan las primeras manifestaciones del 1º de mayo, la del 23-F. Indumentarias variadas, desde abrigos de piel y peinados de peluquería a ropa desgastada y rastas.

Manifestantes contra el Gobierno y manifestantes simplemente contra la guerra.

Para Carmelo, ésta no fue una manifestación política. Él votó al PP, pero se manifestaba contra una "catástrofe humanitaria". Su amigo Agustín le rebatía diciendo que la "guerra es una decisión política". Los dos coincidían en que "estar junto a EEUU en esto no dignifica a un Gobierno".

Mercedes, de 40 años, llevaba un niño de cada mano. También es la primera manifestación para ellos -el mayor tiene siete años-. "¿Que por qué los traigo? Para que vean que ésta es una forma de reivindicar, y que aunque sus gobernantes digan una cosa, ellos pueden pensar otra".

Y la pregunta clave es: ¿Servirá de algo? Respuesta mayoritaria: "Espero que sí".

Respuesta optimista: "Después de ver esto, los que nos quieren llevar a la guerra se lo van a pensar".

Lo que está claro es que si hay guerra, constará en los libros que fue precedida por manifestaciones históricas en contra.

Barcelona contra la guerra imperialista

La masiva afluencia de personas paralizó el inicio de la manifestación contra la guerra en Iraq, cuya cabecera no se pudo mover hasta al menos una hora después del horario previsto, las 17.00 horas. El Ayuntamiento de Barcelona y los organizadores cifraron la participación en 1.300.000 personas.

La actriz Carme Sansa leyó el manifiesto de la Plataforma 'Paremos la guerra' ante decenas de miles de personas, con la práctica totalidad del recorrido abarrotado, cuando las dos cabeceras de la marcha apenas habían avanzado un centenar de metros. La lectura del manifiesto concluyó hacia las 18.30 horas, mientras las miles de personas que abarrotaban el Paseo de Gracia y la Gran Vía hasta la Plaza Tetuán, donde acaba la marcha, avanzaban con gran dificultad.

La masiva afluencia de personas paralizó el inicio de la manifestación contra la guerra durante más de una hora, tiempo en el que la cabecera permaneció sin moverse ante la gran muchedumbre congregada en todo el recorrido, de cerca de dos kilómetros de longitud.

Sin embargo, a pesar del colapso producido, los manifestantes se comportaron con civismo y sin dejar de lanzar gritos de "no a la guerra", mientras muchos de ellos exhibían pancartas con leyendas pacifistas o hacían sonar tambores, silbatos y bocinas.

En el manifiesto leído por la actriz Carme Sansa se condenaba "cualquier ataque o intervención militar a Iraq, aunque sea con la autorización de la ONU porque sólo comportaría más muertos y más padecimiento a la población". Igualmente aseguraba que "el verdadero motor" de un posible conflicto bélico son los "intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos" y precisa que, aunque en Iraq hay "una dictadura que rechazamos, una nueva guerra agravaría aún más el sufrimiento de la población".

El texto exige al Gobierno que "no se una a esta nueva agresión imperialista y que no permita el uso de ninguna base militar" para un ataque contra Iraq, mientras pide a la Generalitat y al Parlament "un compromiso claro contra la guerra" y a favor de la paz.

Al finalizar la multitudinaria manifestación, centenares de personas ocuparon la antigua Sede de Hacienda, situada a la calle Aviñón 15. Estaba vacía desde hace 20 años y se pretende construir el "Espacio Liberado contra la Guerra". En este edificio se realizarán jornadas contra la guerra y el militarismo.

Las calles vascas rechazaron la «guerra por el petróleo»

Varios miles de personas desafiaron al frío y salieron a las calles de las capitales de Euskal Herria para expresar su rechazo a un posible ataque a Iraq y su apoyo y solidaridad con el pueblo iraquí. Los planes de guerra de Bush, apoyados por Aznar y Blair, fueron objeto de burla, bromas y duras críticas. En las manifestaciones se pudo ver a ciudadanos de todos los orígenes, razas e ideologías.

Mosin, inmigrante marroquí que dejó su tierra a la búsqueda de trabajo, se mostraba «emocionado» por la respuesta solidaria que la ciudadanía había mostrado en Pamplona. «Es algo que agradezco porque considero que son buena gente». La manifestación contra la guerra consiguió reunir en esta ciudad, a pesar del intenso frío, a más de 20.000 personas, según los organizadores. Además de numerosas consignas contra el posible ataque, los participantes en la protesta corearon gritos en los que se apuntaba al petróleo como la principal causa por la que Estados Unidos desea invadir Irak. Un argumento con el que Mosin coincide plenamente «porque es lo que le interesa a Bush, dado que en breve plazo pueden acabarse sus reservas petrolíferas». En palabras de este marroquí comprometido con la lucha contra la guerra, las consecuencias de ésta «únicamente las pagará el pueblo llano, las mujeres y los niños, y no los presidentes que están en sus sillones».

La manifestación, cuya pancarta bajo el lema "Gerrarik ez - No a las guerras" fue portada por representantes de los partidos políticos, sindicatos y asociaciones que forman parte de la Plataforma contra las guerras, entidad promotora de la movilización, partió a las 18.30 desde las inmediaciones de los cines Golem y discurrió por las avenidas de Bayona y del Ejército, para finalizar junto a la estatua del Monumento a los Fueros, ubicada en el Paseo de Sarasate, donde se leyó el comunicado, mientras el gentío se agolpaba hasta la puerta de la Ciudadela, a más de un kilómetro de distancia.

Lucio Tabar, de la Plataforma contra las guerras, mostró su satisfacción, al considerar que se habían superado «todas las previsiones» de una iniciativa que demostraba el sentir mayoritario «contrario a una intervención de Estados Unidos», a la par que era una muestra de la «solidaridad con los pueblos del mundo amenazados».

También en Bilbao la ciudadanía salió a las calles para protestar contra la guerra. De muestra, un botón: cuando la cabecera ya había dado lectura al comunicado en la plaza del Arriaga, todavía seguía saliendo gente del Sagrado Corazón -punto de salida-.

Detrás de la pancarta "No a la guerra contra Irak. Gerrarik ez!", se congregaron gentes de todas las ideologías, culturas y países. Muestra de este cosmopolitismo fue la música iraquí, saharaui y bereber que sonó a lo largo y ancho de todo el recorrido. En este sentido, fueron constantes las muestras de apoyo a palestinos y saharauis. Dos pueblos, que como el iraquí, conocen a la perfección las consecuencias que traerá sobre la población un genocidio como el que próximamente quiere llevar a cabo el presidente de Estados Unidos.

Durante el recorrido se corearon consignas como «Bush hiltzaile, Aznar laguntzaile», «Aznar, no en nuestro nombre», «No más sangre por petróleo» o «Ni un euro para la guerra». Al final de la marcha se leyó un comunicado en euskara, castellano y árabe, en el que se denunciaba la política imperialista del Gobierno Bush.

Además de las miles de personas anónimas, fueron numerosas las caras conocidas que se pudieron ver en la capital vizcaína, entre las que destacaron las de los consejeros del gobierno vasco Gabriel Inclán, Javier Madrazo, Sabin Intxaurraga y Miren Azkarate, las de los miembros de Socialista Abertzaleak Arnaldo Otegi, Julen Aginako y Jone Goirizelaia, la de la secretaria del EBB, Josune Ariztondo, la de Paul Nicholshon, de EHNE, la de Mikel Noval, de ELA o la de Josu Egiraun, de Hemen eta Munduan. Por la mañana, y previamente a esta multitudinaria manifestación, los colectivos Askapena, Hemen eta Munduan y Komite Internazionalistak realizaron una representación frente a El Corte Inglés para denunciar la guerra. Para ello, hicieron una parodia de Aznar y Bush, después de la cual se tiraron al suelo cortando el tráfico durante diez minutos.

En Vitoria, la manifestación salió de la plaza Bilbao, minutos después de las 18.00, y pasaron quince minutos hasta que los participantes pudieron colocarse detrás de la pancarta que encabezaba la marcha que advertía que "Guerra no, no en nuestro nombre".

Varios manifestantes mostraban pancartas con juegos de palabras ideados a partir de los nombres de Bush y Aznar. Otros aprovecharon para recordar la situación que sufre Palestina. También ondearon banderas argentinas e ikurriñas.

Precisamente, la variedad de origen, raza, color e ideología fue una de las notas destacables. Jóvenes, niños en cochecitos empujados por sus padres, y señoras y señores mayores, todos gritaron no a la guerra.

En Donostia, la manifestación, que reunió a 15.000 personas, según los convocantes, partió de la plaza Pío XII, en Amara, y recorrió las calles Sancho el Sabio y Prim hasta el Boulevard. Los participantes erigían varias pancartas con mensajes como "Aznar lameculos de Bush", o "Los muertos de Aznar y de Bush son de primera y los de Irak de segunda". Algunos de los carteles estaban escritos también en árabe.

Al igual que en el resto de las capitales, se podía ver la amalgama de razas, edades e ideologías. La razón que les unía, sin embargo, era la misma: "No a la guerra". «Estoy contra todo tipo de violencia y la guerra es la violencia máxima. Voy a todas las manifestaciones que hay en Euskadi en contra de cualquier violencia. Nos están haciendo creer que la guerra es la mejor manera de mantener la paz, pero no es cierto, porque detrás hay intereses económicos y políticos», señalaba Karmele. Mikel, un adolescente que acudió a la manifestación con un amigo, criticaba que «no nos parece bien que muera tanta gente por petróleo». Considera que lo de las armas destructivas es una excusa. «Estados Unidos tiene más armas que Iraq, así que deberían desarmarse ellos primero», proponía. Orlando, natural de la República Dominicana, opinaba que «me parece injusto que Aznar, Bush y Blair quieran destruir a un país para robar su petróleo». Como Mikel, tampoco cree que las armas de destrucción masiva sean la verdadera razón de un posible ataque. «Los políticos creen que somos tontos. Israel ha violado muchísimas más resoluciones de la ONU que Irak y que todos los países de la Tierra, y ni la ONU, ni EEUU, ni Aznar han condenado a Israel». También corearon consignas solidarias con el pueblo palestino e incluso mencionaron la gestión de Aznar en la catástrofe de Prestige.

Cuando la cabeza de la manifestación llegó al Boulevard, cientos de personas llenaron los alrededores, mientras que la parte de atrás de la manifestación continuaba recorriendo las calles de la capital guipuzcoana. En el kiosko del Boulevard, los convocantes, la Plataforma de Gipuzkoa contra la guerra, integrada por sindicatos, partidos políticos, grupos internacionalistas, asociaciones de inmigrantes y religiosas, leyeron un comunicado, entre los aplausos de los presentes.

Además hubo otras manifestaciones en Navarra. La más significativa se celebró en Tutera, zona donde viven muchos inmigrantes. A pesar de ello, no salieron a la calle tantos como era de esperar. «Después de las redadas que ha estado haciendo la policía durante toda la semana, algunos teníamos miedo», relató a Gara Abderrahman, marroquí residente en Tutera. «Aunque estamos muy contentos, porque la respuesta de la gente nos ha sorprendido», añadió. Según Adderrahman, «a pesar de que los medios y los poderosos se empeñen en decir que los musulmanes somos malos, la gente ha respondido a la convocatoria».

Los gallegos disparan consignas contra la guerra

Los gallegos se incorporaron ayer a filas, pero no para ir a la guerra sino para disparar mensajes antibelicistas. Un batallón formado por centenares de miles de personas invadió las calles de las ciudades de Galicia blandiendo pancartas y megáfonos como únicas armas. "Menos armamento y más argumentos", corearon. La respuesta ciudadana en contra del conflicto bélico en Iraq superó las expectativas de la plataforma que convocaba las protestas, la Coordinadora Galega pola Paz, y se convirtió en una de las más numerosas de los últimos tiempos en Galicia. Las proclamas advertían que: "Nunca máis a la guerra". Las movilizaciones más numerosas fueron las de Vigo y Santiago, aunque en ciudades como Lugo, Ourense o Pontevedra se batieron récords, ya que no existen precedentes de otra manifestación tan multitudinaria.

En Vigo. Al grito de "Aznar, sicario de un yanqui sanguinario", unos cien mil vigueses, según la Policía Local -la plataforma convocante calculó doscientos mil- recorrieron desde las siete de la tarde las principales calles de la ciudad.

En Santiago encabezaban la movilización el secretario xeral de los socialistas, Emilio Pérez Touriño, y el portavoz nacional del BNG, Xosé Manuel Beiras, además de los líderes de los tres sindicatos gallegos. La Coordinadora Galega pola Paz, que agrupa a una treintena de organizaciones, cifró la concurrencia, sin embargo, en más de 60.000.

La protesta en la capital gallega fue también una de las más numerosas de la ciudad, sólo superada por la manifestación convocada el 1 de diciembre pasado por "Nunca máis" tras la catástrofe del Prestige. Bajo el lema "No a la guerra contra el pueblo iraquí" se aglutinaron desde jubilados a niños de corta edad.

El acto concluyó en la Plaza de la Quintana donde la escritora Marilar Alexandre leyó un manifiesto en el que condenaba la guerra de Iraq y reivindicaba la paz. Las consignas antibelicistas y el grito de "Nunca máis" se fundieron en uno y los manifestantes advirtieron a Bush "el petróleo está en Galicia".

En A Coruña el mensaje antibelicista fue cantado por más de 20.000 personas, según la Policía Local. Algunos menos se movilizaron en Ferrol -15.000 personas según la organización convocante y cerca de 3.000 según la versión oficial-, que pidieron a Federico Trillo y a José María Aznar que "dejen de rebushnar".

La movilización contra la guerra se convirtió además en Pontevedra –unas 40.000 personas- en una de las protestas de mayor trascendencia en la ciudad.

Incluso se tuvo que leer dos veces el manifiesto para que todos los manifestantes pudiesen escucharlo.

En Ourense los niños de la Ciudad de los Muchachos formaron la frase "No a la guerra" al unir sus camisetas. Fue uno de los guiños antibelicistas que se vieron en una movilización a la que acudieron unos 25.000 manifestantes. En Lugo el número de manifestantes superó los 7.000.

Incidentes en Sevilla

La manifestación contra la guerra en Sevilla alcanzó la cifra histórica de 250.000 manifestantes, algo a tener en cuenta sabiendo que Sevilla con su área metropolitana a penas alcanza el millón de habitantes. La cabecera salió a las 13 h de la Plaza Nueva, en el Ayuntamiento, y cuando ésta llegó a su destino, la Subdelegación del Gobierno en la Plaza de España, todavía estaba saliendo gente del punto de partida.

Un nutrido grupo de manifestantes que se salieron del corral de la multitudinaria manifestación en Sevilla, fue disuelto por sucesivas cargas policiales. La marcha de desobediencia que se separó de la manifestación principal consiguió evadir a la policía hasta llegar al consulado americano donde permaneció cortando la circunvalación de Sevilla durante una hora y media. Finalmente la policía cargó duramente contra los manifestantes. Las cargas siguieron hasta el Parque de Maria Luisa donde la policía acorraló y golpeó a algunos de los manifestantes. También dispararon pelotas de goma. No hubo heridos de consideración y los detenidos fueron puestos en libertad a lo largo de la tarde.

Para Nuria lo menos importante son las "250.000 personas congregadas hoy en las calles de Sevilla". Lo importante es vivir "una jornada de lucha, de lucha sin armas de fuego. Decía el poeta Celaya que la poesía es un arma cargada de futuro...Hoy hubo disparos en Sevilla". Y cita alguna de las consignas que podían leerse: "No soy libertador, los libertadores no existen, son los pueblos los que se liberan así mismos", "Con el mundo no se juega", "La mitad del mundo pide paz, la otra mitad no se puede expresar". A Feliciano le llamó la atención que al pasar por la puerta de la sede del PP aquello "parecía un lugar raro, le habían quitado todos los letreros de la puerta y fachada, pasaba totalmente desapercibida si no fuera porque estaba custodiado con un fuerte retén de policía y vallas". Adrián se lamentaba del cinismo que "hicieron gala toda la escoria social-demócrata que la pisó, y que no fueron pocos, incluso Chávez se atrevió a asomar su gran cabeza por allí".

Bloque desobediente en Sevilla

Adrián también relata como un bloque desobediente, "a eso de las 11 de la mañana, atravesó el casco histórico recogiendo gente desde San Luis y cortando el tráfico". Una vez en el Ayuntamiento se unió a la marcha, con pancartas de 'sí a la guerra' y dirigidos por un zancudo Tío Sam lanzando proclamas a Estados Unidos y rodeado por militares de uniforme". Conforme avanzó el día "la marcha desobediente desgajó involuntariamente la manifestación en dos", y al pasar frente a la sede del PP "una lluvia de gritos, insultos y algún que otro huevo llovió sobre la misma y los antidisturbios que la protegían". Al termino de la manifestación, el bloque desobediente se dirigió hacia el Consulado de EE. UU. Alrededor de 200 personas (un grupo variopinto formado por anarquistas, ecologistas, estudiantes extranjeros, ocupas,.) consiguieron burlar a los antidisturbios y llegar al lugar elegido. Una vez allí "se cortó el Paseo de las Delicias, lo que unido a los numerosos cortes de la otra manifestación en Menéndez Pelayo y en la Puerta de Jerez debió dar no pocos quebraderos de cabeza a la policía municipal". Allí permanecieron durante una hora y media hasta que la gente empezó a irse y finalmente los antidisturbios cargaron "brutalmente contra el grupo, apaleando a diestro y siniestro, algunos armados con escopetas empezaron a disparar pelotas de goma a quemarropa. Los que caían y rodaban por el suelo, eran pisoteados y apaleados, alguno incluso cayó al río por la violencia de la carga".

Hubo además manifestaciones en todas las capitales de provincia andaluzas y en ciudades como Algeciras, Motril...

En Valencia la participación en la manifestación se estimó en 500.000 personas. Por otro lado, según las valoraciones de los organizadores de las marchas en cada ciudad, más de siete millones de personas se han manifestado a lo largo del Estado español para protestar contra la guerra y contra la politica belicista del gobierno central en una jornada de movilización sin precedentes.

Resultados oficiales de las manifestaciones del estado español

La primera columna es la cifra dada por los organizadores. Entre paréntesis los datos oficiales aportados por el gobierno o sus satélites.

Albacete ----- 25.000 ----- (25.000)
Algeciras ----- 10.000 ----- (15.000)
Almería ----- 15.000 ----- (10.000)
Ávila ----- 6.000 ----- (5.000)
Badajoz ----- 2.000 ----- (2.000)
Barcelona ----- 1.300.000 ----- (350.000)
Bilbao/Bilbo ----- 100.000 ----- (100.000)
Burgos ----- 20.000 ----- (18.000)
Cádiz ----- 100.000 ----- (45.000)
*Ceuta ----- 500 ----- (300)
Ciudad Real ----- 20.000 ----- (5.000)
Córdoba ----- 75.000 ----- (15.000)
Cuenca ----- 5.000 ----- (2.000)
Ferrol ----- 15.000 ----- (5.000)
Girona ----- 30.000 ----- (30.000)
Granada ----- 150.000 ----- (30.000)
Guadalajara ----- 6.000 ----- (4.000)
Huelva ----- 20.000 ----- (15.000)
Huesca ----- 5.000 ----- (5.000)
Jaén ----- 25.000 ----- (15.000)
A Coruña ----- 35.000 ----- (16.000)
Las Palmas ----- 100.000 ----- (30.000)
León ----- 20.000 ----- (15.000)
Lleida ----- 30.000 ----- (15.000)
Logroño ----- 55.000 ----- (50.000)
Lugo ----- 12.000 ----- (7.000)
Madrid ----- 2.000.000 ----- (660.000)
Málaga ----- 50.000 ----- (30.000)
Melilla ----- 5.000 ----- (1.700)
Motril ----- 5.000 ----- (5.000)
Murcia ----- 60.000 ----- (25.000)
Ourense ----- 25.000 ----- (25.000)
Oviedo ----- 140.000 ----- (80.000)
Palencia 15.000 ----- (5.000)
Palma de Mallorca ----- 50.000 ----- (25.000)
**Pamplona/Iruña ----- 30.000 ----- (14.000)
Ponferrada ----- 6.500 ----- (6.500)
Pontevedra ----- 35.000 ----- (30.000)
Puertollano ----- 4.000 ----- (4.000)
Salamanca ----- 20.000 ----- (20.000)
San Sebastián/Donosti ----- 15.000 ----- (15.000)
Sta. Cruz de Tenerife ----- 50.000 ----- (50.000)
Santander ----- 35.000 ----- (28.000)
S. de Compostela ----- 35.000 ----- (35.000)
Segovia ----- 10.000 ----- (10.000)
Sevilla ----- 200.000 ----- (150.000)
Soria ----- 2.500 ----- (2.500)
Talavera de la Reina ----- 2.000 ----- (2.000)
Tarragona ----- 30.000 ----- (10.000)
Toledo ----- 15.000 ----- (7.000)
Tortosa ----- 600 ----- (600)
Valencia ----- 500.000 ----- (100.000)
Valladolid ----- 30.000 ----- (25.000)
Vigo ----- 200.000 ----- (100.000)
Vitoria/Gastéiz ----- 5.000 ----- (5.000)
Zamora ----- 6.500 ----- (5.000)
Zaragoza ----- 400.000 ----- (200.000)
TOTAL ----- 7.163.600 ----- (2.506.600)

* En Ceuta la manifestación estaba prohibida por el Delegado del Gobierno
** En Pamplona hubo dos manifestaciones.

Habría que añadir, al menos, un centenar de manifestaciones y concentraciones en pueblos de todo el estado que se desarrollaron igualmente.