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La vieja Europa

30 de diciembre del 2003

Entrevista a Armen Beniaminov, el joven que consiguió izar la bandera de la Unión Soviética en el mástil de la Duma el 7 de noviembre. Delegado al congreso del PCFR
Estamos vivos. vamos a luchar, vamos a vencer

Luisa Gladisheva
Sovietskaya Rossia
Traducido para Rebelión por Josafat Sánchez Comín

Armen llegó a la redacción tras un agotador interrogatorio de más de 4 horas en la fiscalía. La brutal paliza que le propinaron el 7 de noviembre (aniversario de la revolución de Octubre. N de T) por izar la bandera de la Unión Soviética sobre el edificio del parlamento, ha dejado mella en su salud. Ha adelgazado bastante en este último mes y medio, lo que le hace parecer más delgado y esbelto.

¿De vuelta al trabajo? - le preguntamos, alegres de volver a verle y poder estrechar su mano, que no ha perdido su vigor juvenil.

- En cuanto me dieron el alta en el hospital, me zambullí de nuevo en el trabajo, pese a no haber podido participar en la campaña electoral, siendo que figuraba como candidato por las listas del partido. _ Parece excusarse por su obligada estancia en el hospital, y no oculta su alegría de verse de nuevo entre los suyos. Su rostro enjuto y pálido, con sus hermosos y orgullosos rasgos parece brillar con una inexplicable profunda luz que solo poseen unos pocos afortunados. Tenemos mucho trabajo- dice Armen- La gente desdichada, extenuada de soportar la vida actual, esperaban la victoria de los comunistas y patriotas, confiaban en que las cosas podían cambiar.

Las elecciones nos han quitado hasta la más mínima esperanza de que la vida pudiese mejorar en la realidad y no de palabra, de las que ya estamos hartos hasta la nausea. La pregunta ¿Qué hacer? No tiene hoy nada de retórico. No podemos no hacer nada, cuando Rusia se descompone, cuando ante nuestros ojos pierde su independencia económica y su soberanía estatal. El partido está viviendo un momento muy complicado y tenemos que saber que hacer y como. Dentro de poco se celebrará el congreso o más exactamente su fase culminante. Creo que el diálogo debe ser sincero, valiente, sin hipocresías. Es imprescindible que así sea. La situación es muy complicada, tanto alrededor del partido, como dentro. El régimen emplea todas sus armas, para destruir a la oposición, a la principal y permanente amenaza de su existencia. Pero no lo está consiguiendo. Está claro que lanzarán nuevos ataques contra el PCFR, nos lanzarán a sus más feroces, sucios y sutiles politólogos, nos verterán una nueva oleada de calumnias y mentiras, se reforzará el terror informativo. Ante los comunistas se presentan una cantidad ingente de tareas programáticas de responsabilidad en la defensa de los intereses de los trabajadores. Para poder afrontarlas, para poder conseguir aquello por lo que luchamos, y saber plantar cara al régimen, yo estoy convencido de que hay que abandonar los métodos de trabajo del PCUS y volver al bolchevismo. Tenemos que aprender a decirnos la verdad, por amarga que esta sea. Aprender a no ofendernos cuando la oigamos. Si hay cuestiones por resolver, deberemos discutirlas hasta que queden claras y nos formemos un punto de vista común para su resolución. En la situación actual, no nos podemos quedar en un simple recuento de votos, de quién está a favor y quién en contra. Esto no nos sirve y hay que entenderlo.

- Es probable que en el congreso que se avecina del PCFR, en lugar de extraer enseñanzas de las duras lecciones y de los errores y fallos cometidos, del análisis crítico y constructivo de los resultados de las elecciones a la Duma, haya quien llevado por el equívoco sincero, o por sus ambiciones personales intente conducir los debates a un intercambio de acusaciones o ajuste de cuentas, culpando de todo lo ocurrido el pasado 7 de diciembre a la dirección del partido y a su líder, G. Ziuganov, sembrando la división y la discordia . ¿Cuál es su opinión como joven comunista, del camino a seguir y de cómo actuar?

-
Estoy en el partido desde 1995, y para mi lo es todo en la vida. Es la única fuerza real capaz de enfrentarse al poder antipopular, a la división del país, defendiendo los intereses generales. Es mi opinión personal. He estudiado a fondo las obras de Lenin, desde que estaba en la universidad, y lo sigo haciendo. Directamente nos concierne todo lo que Lenin decía sobre la participación del partido en las campañas electorales, sobre el trabajo de la Duma, de lo que advertía a los bolcheviques. Estudio, como siempre recomendaba Vladimir Ilich, como aprender de la vida real, de lo que nos enseña la gente, de cómo aumentar la conciencia de clase de los trabajadores. El socialismo ha sido y seguirá siendo nuestro objetivo.

Hace tres días se celebró el plenario del PCFR de la región autónoma de Pskov. Al analizar la situación, los participantes llegaron a la conclusión de que el destino de Rusia no se decidirá en las elecciones, las cuales se han convertido en poco más que una farsa cruel, sino en otras formas de expresión de la voluntad popular. En este sentido se ha propuesto al CC del PCFR retomar cuanto antes el trabajo para conseguir que se celebre a nivel nacional un referéndum donde se sometan a votación las cuatro cuestiones que ya se habían formulado anteriormente, concentrar nuestra atención en los métodos extraparlamentarios de trabajo y formar a la clase obrera en su lucha contra los explotadores. Perdónenme que sea así de tajante, pero la situación lo requiere. El pleno decidió dirigirse a los delegados del congreso, exigiéndoles que no se concentren en el autolinchamiento, sino en la movilización de todos los resortes del partido para su fortalecimiento y la difusión de la conciencia revolucionaria entre el pueblo. Cesar los ataques sobre el líder del partido, G. Ziuganov, e impedir la deriva hacia la social-democracia. A nosotros, delegados al congreso, al primer secretario de la organización de Pskov, Vladimir Stepanich Nikitin, al diputado del parlamento autónomo de Pskov, presidente del comité de presupuestos, Anatoli Petrovich Koposov y a mi Armen Yosifovich Beniaminov, los comunistas de Pskov nos han encomendado votar en contra de la destitución del líder del PCFR, G. Ziuganov.

Es una decisión acertada, dictada por la honda preocupación por el destino del partido y la oposición patriótica, y por nuestra responsabilidad por el destino de Rusia, y es una posición que vamos a defender.

-Armen, hay bastantes puntos de vista entorno a como organizar el trabajo del grupo parlamentario de los comunistas en la Duma, y de si hay que presentar un candidato por el PCFR a las próximas elecciones presidenciales o abstenerse. ¿Cuál es su opinión y la opinión de sus camaradas de partido?

-Solo puede ser una. El pleno expresó una posición muy clara: "Considerar las elecciones a presidente de Rusia en las condiciones de masiva violación de la legalidad electoral con el uso de las tecnologías de dominio y aplastamiento, una farsa política. Recomendar al líder del PCFR, G. Ziuganov, no tomar parte en esta farsa, pero apoyar otra candidatura capaz de presentar batalla a los destructores de Rusia y que transmita a los electores las ideas del PCFR".

Considero que estamos obligados a mantener la unidad de nuestras filas, y a preservar a Ziuganov de la agresión del régimen, de las sucias descalificaciones que sufrirá de parte de los medios adeptos al régimen, y mantendremos el encargo de los comunistas de Pskov.

Claro que se han cometido fallos, que habrá que analizar, entender y extraer las conclusiones correctas, trazar un plan de acción. Debemos mantenernos alerta. No asumir en ningún caso las ideas e intereses ajenos al partido, mantener la calma y no calentar los ánimos, de lo contrario solo beneficiaríamos a nuestros enemigos.

Apruebo la idea de Ziuganov de dirigirse a las comunistas y a los simpatizantes del partido para pedirles consejo, para definir la línea táctica y estratégica del partido en el complicado periodo político que se avecina. Apoyo sus propuestas de organización, especialmente en lo concerniente al reforzamiento de la unidad del partido y a su relación con la vida del pueblo. No hay que centrase únicamente en desenmascarar a los delincuentes que nos gobiernan. Será más rentable para nuestra gente y nuestra causa, cuando vean a los comunistas al lado de los mineros en huelga o de los campesinos a los que arrebatan la tierra.

En la Duma actual al PCFR lo van a representar 55 diputados de la oposición de izquierdas. Claro que sería mejor si fuésemos más. Pero está es la realidad a la que nos tenemos que enfrentar. ¿Cuál es mi opinión de cómo actuar? ¿Recuerdan cuantos diputados había del partido social-demócrata en la Duma zarista? Solo seis. Debemos estudiar como defendieron los intereses de la clase obrera. He leído las memorias de uno de ellos; Alexei Badayev y su encuentro con Lenin. Así relata aquel episodio histórico:

_ De acuerdo, nos manifestaremos cuando aparezcan en la tribuna los ministros y miembros de la centuria negra (N del T. ultrareaccionarios en la Rusia zarista), le dije a Lenin, pero con eso no basta. Los obreros nos preguntan: ¿dónde están vuestras propuestas practicas, donde las proposiciones de ley?

Lenin sonriendo respondió:

- La Duma de la centuria negra nunca aprobará ninguna ley que ayude a mejorar las condiciones de los obreros. La obligación del diputado obrero es la de recordarles cada día desde la tribuna a los de la centuria negra, que la clase obrera es fuerte y poderosa, y que no está lejos el día, cuando se levante de nuevo la revolución, y borre a toda la centuria con su gobierno y sus ministros. Claro que podemos proponer leyes y correcciones, pero todas nuestras intervenciones deben centrarse en lo importante: hay que acabar con el zarismo, enseñar su terrible arbitrariedad, denunciar la falta de derechos y la terrible explotación de la clase obrera. Es esto en realidad lo que los obreros deben oír de sus diputados.

La interpelación redactada en base a los materiales reunidos por la fracción bolchevique presentada por Badayev al ministro de comercio e industria de la Duma, comenzaba así:

"La explotación capitalista del proletariado, siempre y bajo cualquier condición tiene tendencia a adoptar una forma, cuya única frontera es el nacimiento y muerte física del obrero. La falta de derechos políticos del proletariado ruso no permite interponer frente al capital unido, una organización fuerte de obreros que pueda hacer frente a las presiones que se ejercen tras los bastidores sobre los responsables de nuestra política interior, por los cabecillas del empresariado. Todo esto sienta las bases para que la explotación adopte formas, frente a las que en más de una ocasión palidecen los horrores de la servidumbre. La tragedia de Len donde a los obreros se les daba carne de caballo, se les expulsaba a la taiga y finalmente se les fusilaba, es uno de esos ejemplos…"

Al lado de estas intervenciones de los diputados bolcheviques llenas de rabia, con uso de un lenguaje implacable, las alocuciones parlamentarias de nuestros representantes actuales en la Duma, no son sino balas de fogueo. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué somos tan inocentes y "civilizados"? Lo que tenemos hoy en Rusia no es otra cosa que capitalismo salvaje, la arbitrariedad con la clase trabajadora es terrible, pasemos pues al ataque, a trabajar como bolcheviques, a estar preparados para los sacrificios personales. Para eso el partido de los comunistas tiene experiencia histórica, métodos actualizados y la voluntad de actuar.

Contamos con gente joven que apoya al PCFR. Cada vez se ve más juventud en nuestros mítines y manifestaciones. Muchos han tomado parte en la campaña electoral, han recogido firmas de apoyo a los candidatos comunistas, han hecho de compromisarios en los colegios electorales.

Conscientemente se posicionan bajo la bandera roja, para luchar por su futuro. Comprenden que el poder actual les ha privado de educación gratuita, de trabajo, de la posibilidad de crear y mantener una familia. El poder les envenenan con alcohol y drogas, destruyéndolos física y moralmente, impidiéndoles tener perspectivas de vida. Nos inculcan que somos un pueblo acabado, con una juventud perdida, que debe desaparecer. Nos obligan a reírnos de nosotros mismos en sus programas televisivos, con sus humoristas, en que se burlan de nosotros. Para mi es muy amargo, verles reír. Días enteros abriendo fuego contra nosotros desde sus cañones televisivos. Pero es imposible embobar permanentemente al pueblo, convertirlos en zombis. Tarde o temprano se caerá la venda de los ojos.

-Armen, si en lugar de estar en diciembre fuese de nuevo 7 de noviembre, y usted después de haber sufrido la paliza de la seguridad del parlamento, de verse arrastrado haciendo golpear su cabeza por las escaleras, ¿subiría de nuevo al mástil del parlamento para izar la bandera roja de la Unión Soviética?

- Por supuesto. Le he dado muchas vueltas a esto en el hospital. Esto no fue un impulso improvisado de un romántico de la revolución. Tengo 31 años, y me aventuré a hacerlo de una forma consciente, tras haberlo reflexionado…

Me dicen que antes de hacerlo tenía que haber pensado en mi hijo pequeño. Pues si, en el pensaba y en el país en el que le tocará vivir. ¿Será una Rusia poderosa o moribunda? O la república de Pskov, o ¿puede que la China? Recordé a mi padre, participante de la Gran Guerra Patria (N del T. 2ª guerra mundial). Pensaba en mi querida esposa Astjik, cuyo nombre se traduce del armenio como Estrella. Por cierto, ella también ha ingresado al partido. Pensaba en mi madre, en mis familiares y amigos. Pues si vamos a callar sin oponer resistencia al régimen, sin desenmascarar sus crímenes ¿por cuánto tiempo habremos de soportar la noche negra sobre nuestro país? Hoy no basta con amar a Rusia. Hay que vivir para ella.

Cuando el barco se va a pique, no es posible ser feliz en un camarote. Muchos no pueden entender esto. Confían en poder remar, y conseguir como sea llegar a la prometedora costa. Solo juntos conseguiremos salvarnos.

Estoy seguro que no está lejos el día en que los estandartes escarlatas de la resistencia popular contra la destrucción del país, contra la injusticia y la humillación constante de nuestra existencia, volverán a arder por todo el país. Pienso que así será. Me llamaron los amigos al hospital para contarme que aquella tarde festiva de noviembre, en un pequeño pueblo de Pskov un chaval de 17 años se subió a un depósito de agua, para plantar la bandera roja. Se donde ocurrió y tengo ganas de conocerle. Le doy las gracias por su valentía, por tomar el relevo de la bandera que hicieron trizas los miembros de la seguridad de la Duma, después de que me hubieran atrapado.

- Es muy importante que el país sepa de los patriotas como tú.

-
No es fácil, pero es posible. En uno de los programas de Savik Schuster "Libertad de expresión" coincidí cerca del micrófono del directo, y tuve 20 segundos para hablar. Fueron suficientes para decir a todo el país bien alto, que el mayor error del KGB fue que en 1985 no liquidaron al traidor Gorbachov. Como es lógico ya no puede acercarme más al "micrófono libre". Se lo conté a mis amigos y fueron ellos. Logramos echarle a perder tres o cuatro programas a Schuster. El que parece tan cuidadoso y previsor, no conseguía entender de donde salíamos para aparecer cerca del micrófono. Cuando me sujetaban para que no me pudiese levantar aparece la frágil Sveta para soltar ante el micrófono: "¡Mujeres el poder mata a vuestros hijos!", ¡Luchad! Llama al micrófono a sus compañeras y las jóvenes y ardientes voces llegan a todo el país y se meten en cada casa: "Luchad, jóvenes" ¿ nos oís? ¡Luchad!.

Hasta donde yo se, en la sede de la televisión hay listas con nuestros nombres, y hay orden estricta de no permitirnos el paso a estos programas. No pasa nada. Encontraremos otros caminos. Somos muchos jóvenes y no podrán hacernos callar. El hecho de que se viesen obligados a emitir el reportaje de la bandera roja ondeando en lo más alto de la Duma y las octavillas volando donde se podía leer "Viva la revolución socialista de octubre!, por si mismo ya es una brecha en su bloqueo informativo. Les obligamos a hablar de nosotros, aunque sea con odio. En aquel momento, encadenado al mástil del parlamento me sentí el hombre más feliz del mundo. Imagínense, la plaza roja, el cielo azul, las estrellas en las torres del Kremlin, el mar de banderas rojas abajo, desde la avenida central me llegaron los gritos de jubilo de los manifestantes. Todo lo demás no me importaba. Me pareció que en ese momento toda Rusia estaba conmigo, toda la Unión Soviética.

Armen se quedo callado, inquieto. Tomó otro sorbo de te. Luego recordó Armenia. Sus ojos entristecieron. Como les ocurre a aquellos a los que arrancaron de su patria.

Ya he contado en alguna ocasión, como nuestros profesores en la universidad de Yerevan nos contaban que Armenia necesita la libertad, que Rusia se estaba beneficiando de nuestro cobre, molibdeno, de nuestras fábricas de calzado "Massis", que cuando todo esto pertenezca solo a Armenia, entonces renacerá. Mi hermano estudiaba entonces en Leningrado, y allí algunos profesores también les hablaban que había que desprenderse de los territorios de la Rusia zarista y de los bonetes orientales y que Rusia renacería. Así sembraban los "demócratas" las semillas del odio y la discordia. Esas semillas han germinado. Mirando a la Armenia actual veo como será la Rusia dentro de unos cinco años. De momento le salvan sus enormes distancias y sus riquezas naturales. Pero mi Armenia es pequeña, y con recursos naturales, la desgracia ya se ha apoderado de ella: la tierra ha sido vendida, el agua ha sido vendida, sus dueños ahora son italianos, el sistema energético dividido, lo mismo que intenta Chubais en Rusia. No hace mucho estuve en Yerevan. Fui a visitar a los padres de un amigo de la universidad. El ascensor en un edificio de varias plantas no funcionaba. En lugar del botón para llamarlo me encontré un extraño agujero. El padre de mi amigo me acompañó para despedirme y dijo que iba a coger la llave para llamar al ascensor. Me sorprendí. ¿Pero como, acaso funciona? "Funciona, suspiró, para los que se las apañan para reunir el dinero para pagar la electricidad. La electricidad ahora tiene varios dueños. La compran, la revenden… Han inventado candados especiales para los ascensores. Los que tienen una jubilación de 20- 30 $ al mes tiene que subir a pie mientras les aguanten las piernas." Me temo que a Rusia le espera el mismo destino.

Sabemos que cada año perdemos según la estadística unas 800.000 personas. Los representantes del poder llaman a esto cínicamente "merma natural" de la población. En cuanto nos queramos dar cuenta habrá desaparecido la región de Pskov. No resulta difícil calcular lo que podrá tardar Rusia.

El presidente y el gobierno aprovechan la menor ocasión para hacer gala del crecimiento de la economía. Este año este "aumento" en la región de Pskov supone un 2%, y si lo comparamos con el nivel de producción industrial de 1990, apenas un 42%. Claro si la economía cayó hasta no poder fabricar más que una unidad de la maquina que sea, y hoy se fabrican dos unidades, como economista estaré de acuerdo en que eso supone un aumento del 100%. Pero ¿a quién beneficia ese autoengaño?

¿Acaso podemos conformarnos con esta situación? Armen nunca aceptará lo que han hecho nuestros enemigos con nuestro poderoso país, y está dispuesto a luchar hasta el final.

El juez de instrucción (una mujer) se sorprendió de lo tranquilo que estaba durante el interrogatorio, ¿que significaban las octavillas lanzadas el 9 de mayo (aniversario de la victoria sobre el fascismo. N del T) donde se podían leer las palabras de Stalin "Nuestra causa es justa…" a que se refería?. Armen se encogió de hombros: "La historia decidirá, la gente sabrá elegir". No todos se han vendido. Queda gente justa, valiente, honrada. ¿De qué habría que temer?

- Tengo un curioso test.- Armen cambió de repente el tema de conversación.

-Ante diferentes auditorios he pedido adivinar a quien pertenece la autoría de la siguiente cita:

"Los comunistas quitaron a los pueblos la libertad de expresión, la libertad de credo, la libertad de movimientos y de elección de lugar de residencia, de elegir oficio y la posibilidad de que cada persona ocupara en la sociedad el lugar que le corresponde de acuerdo con sus capacidades. Sustituyeron esta libertad, por el terror, por los privilegios de partido, y de cargo sobre los ciudadanos." ¿Y saben a quién nombran? A Novodborskaya, Chubais, Jakamada, Niemtsov…

En la cita solo varié una palabra, en lugar de comunistas debía poner bolcheviques, y estas palabras están tomadas del Llamamiento del general Vlasov a los "hermanos y hermanas, compatriotas". Lo he sacado del libro Schik-Schikfeldt. La traición actual tiene profundas y terribles raíces.

- Hay, Armen, traición. Pero también hay heroísmo, hazañas cotidianas, gestas de la gente de a pie, destinos de la gente sencilla. Son muchos en todas las épocas y también en nuestros días, por eso Rusia continúa sin entregarse, sin ser conquistada. Llévate este libro"Relato de un auténtico hombre" como recuerdo para ti y llévaselo de regalo a aquel chaval que subió con la bandera roja al depósito de agua en su aldea de Pskov. Su autor Alexei Mariesiev no los pudo firmar, por lo que llevan la firma de su hijo, continuador de la hazaña de su padre.

Le entregamos a Armen los libros de regalo de la redacción junto con todas las cartas y telegramas que nos han llegado de apoyo para él, de los lectores del periódico. Los acepta de corazón. Sus ojos brillan, su voz tiembla de la emoción.

- Yo recuerdo, recuerdo lo que decía Alexei Mariesiev. "Estamos vivos, vamos a luchar… No en vano nos enseñaron a ser firmes y valientes, nos enseñaron a ser gente de verdad".