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La vieja Europa

6 de noviembre del 2003

Entrevista a Gianni Mina
"Hace años que la prensa italiana dejó a un lado la ética"

Enrique Ubieta Gómez
Rebelión


Para los enamorados de la historia Italia es un país interminable. Cada excavación descubre los cimientos de una era anterior, cada esquina de cada ciudad conserva una columna romana, un castillo medieval, una escultura renacentista. Los turistas van y vienen, hablan todas las lenguas. Pero la Italia posmoderna parece olvidar la historia. Ya no existe corrupción, aseguran, los grandes empresarios ya no compran a los políticos para que sirvan sus intereses: ahora ellos mismos son políticos. Berlusconi, el presidente empresario, apoya la guerra en Irak, y dice que Mussolini no fue tan malo. Le obsesiona su alianza con Bush. Y sigue los consejos de Aznar. Cuba es una isla anacrónica, fantasmal, que debe desaparecer. La campaña mediática contra la Revolución cubana alcanzó este año en Italia una intensidad desproporcionada; incluso una parte de la llamada izquierda fue cómplice de la desinformación y de la guerra de calumnias. Gianni Mina, un reconocido intelectual italiano, reflexiona sobre las verdaderas causas de esta inusitada obsesión en torno a Cuba que comparten comunistas arrepentidos y neofascistas.

E.U.G.: Resulta inevitable que hablemos de la campaña mediática que se ha desatado en Europa contra la Revolución cubana. ¿Esta campaña se inicia como resultado de un suceso concreto, por ejemplo la detención de los disidentes, o cree que existe una elaboración más amplia y compleja que la determina?

Gianni Mina: Creo que estamos frente a una campaña más elaborada y compleja. George W. Bush tiene que pagar una deuda electoral. Ganó las elecciones que había perdido gracias al trabajo sucio de algunos cubano-americanos de Miami, en particular de la Fundación cubano americana. La victoria electoral de Bush fue tan difícil y forzada, que adquirió una deuda con ellos. Y era inevitable que empezara a pensar en cómo acabar de una vez con la Revolución cubana. La operación tuvo muchas particularidades; fueron cuidados hasta los más mínimos detalles. Empezaron a conceder menos visas, violando el acuerdo de veinte mil visas al año y dando en cinco meses, por ejemplo, de octubre a febrero, menos de quinientas. Para esa misma época tenían que haber dado 8 000 visas. Enviaron a La Habana a James Cason, un funcionario que había trabajado antes en regiones o estados donde era muy delicada la posición de Estados Unidos, un típico funcionario de la CIA. Iba con una dotación de 50 millones de dólares para construir la oposición interna, lo cual afectaba incluso la existencia de una posible oposición sincera en Cuba. Y transformó a todos en asalariados, en personas compradas. La democracia no se compra. Desde un punto de vista moral, e incluso práctico, esto no podía conducir a nada serio. Antes ya se había producido el juicio a los cinco cubanos que están en Miami, a quienes se condenó a penas inauditas por combatir el terrorismo. Son todas situaciones preparatorias de algo que tenía que ser definitivo. Y lo definitivo creo que era un nuevo Mariel. Provocar una situación en la cual algunos miles de cubanos se lanzaran en balsas hacia Estados Unidos, y ellos tener la excusa para intervenir militarmente. Me parece que los intelectuales latinoamericanos comprendieron bien esa maniobra, la posibilidad de una invasión militar, algo que no pasaba en más de treinta años, creo que desde Bahía de Cochinos y desde la Crisis de los Mísiles no se había dado una situación análoga. Hacía 19 años que no secuestraban aviones y los desviaban. En quince días se desviaron tres aviones y el ferri de Regla. Si aquí desvían en quince días tres aviones de Alitalia y el ferri de Messina, creo que las fuerzas de la seguridad del Estado intervienen y piden leyes especiales. No digo si pasa en Estados Unidos, si desvían allí tres aviones civiles y el ferri de New Orleans. Esto debiera suponer una actitud equilibrada y responsable de Europa...

E.U.G.: Usted me habla de los intereses de Bush, de su deuda personal y del conflicto entre Estados Unidos y Cuba, pero ¿cuáles son los intereses de Europa?

Gianni Mina: Yo soy un viejo luchador contra la pena de muerte y los sucesos acaecidos me amargan mucho, pero no puedo ignorar que habían transcurrido ya tres años de moratoria en los que no se había ejecutado ninguna sentencia de muerte en Cuba, en Estados Unidos sí. Algo verdaderamente serio estaba pasando, no podía pensarse que de repente la Revolución cubana se había vuelto cínica y cruel. Te voy a explicar por qué desde mi punto de vista se produjo esa reacción en Europa. Aznar fue ayudado en su campaña electoral por los cubanos anticastristas de Miami y esto es una vieja maldición. Porque el mismo Clinton no hizo lo que le había prometido a García Márquez, no respetó su promesa de resolver el problema cubano, ¿ por qué? Porque los cubanos de Miami habían pagado una parte de la campaña electoral de Clinton. Todo esto parece muy mediocre, pero es que en la política moderna el consenso se compra. Y yo creo que Aznar hizo lobby contra la Revolución cubana en Europa y en la Comunidad Europea por esa razón, para quitarse de encima su compromiso con la Fundación cubano americana. El presidente italiano Silvio Berlusconi en política internacional no tiene una gran personalidad y en estos momentos hace lo que Aznar hace, y más que todo le importa ser aceptado por George W. Bush. Es una actitud muy provinciana, muy mediocre para un estadista. Pero no todos los presidentes tienen personalidad. En la democracia, tal como aquí se entiende, en una sociedad dominada por la economía especulativa, el político es elegido por las finanzas especulativas, puede tener o no personalidad, debe seguir las órdenes que le vienen del poder transnacional. Muchos jefes de estado de países importantes son sorprendentemente poco brillantes. España e Italia presionaron, hicieron el lobby y después otros países siguieron esta línea. La población ha tenido una información incorrecta y deshonesta. Y te das cuenta de que a pesar de todos sus errores en política internacional, la CIA es muy eficiente en un aspecto: la campaña mediática. Pueden equivocarse al calcular las consecuencias de una invasión a Irak, o al interpretar la posible reacción del mundo árabe, pero ellos saben cómo vender un producto, en este caso el producto Cuba, y creo que algunas de las fuerzas de izquierda europeas e italianas en particular, lo cual para mí es muy mortificante, aceptaron acríticamente toda la campaña sin verificarla, y en algunos casos como en Italia, esto incluye a algunos ex comunistas que tienen una obsesión contra Cuba. No saben cómo vencer el remordimiento de haber sido comunistas. Habría que hablar con un experto psicólogo, es un complejo, porque yo soy responsable de lo que el Partido Comunista hizo en mi país, y en mi país, te lo digo yo que soy católico y nunca fui comunista, todas las conquistas sociales que tenemos y que le permiten a este país poder decir que es democrático, se deben en buena parte al trabajo del Partido Comunista Italiano, combatientes sociales maravillosos que le dieron a esta sociedad una dignidad. Pero existió Stalin. Bueno, si seguimos ese razonamiento, en el capitalismo existieron muchos Stalin. Porque, ¿a quién le damos la responsabilidad del apartheid en Sudáfrica, de los desaparecidos en Argentina, del genocidio en Guatemala, o en Indonesia? Es un producto del capitalismo. Ese militante de la izquierda italiana siente remordimiento por haber sido comunista, y el capitalista italiano no siente ninguna responsabilidad por lo horrores que ha producido el capitalismo ni por los que produce actualmente. Pero esto es un problema profundo. La obsesión que sienten los ex comunistas contra Cuba es, en primer lugar, una cuestión sicológica, una equivocada interpretación de su mala conciencia. Y en segundo lugar, es un acto de oportunismo político. Este tipo de izquierda quiere regresar al gobierno en Italia y cree que no lo puede hacer sin la aprobación de la Bolsa de Londres, dominada por la masoneria, a donde todos los jefes de estado neoliberales que son electos van en procesión a solicitar permiso y que, además, sin la aprobación de una parte del poder norteamericano, no puede gobernar. Hace ya casi sesenta años que terminó la guerra que perdimos, los alemanes se quitaron de encima el control norteamericano. Bueno, sabemos lo que fue el nazismo pero ahora somos otra nación, dicen los alemanes, y no pedimos permiso a nadie. Reunieron las dos Alemanias sin pedirle permiso a nadie, y en pocas semanas Alemania devino la más grande nación de Europa. En Italia no, sigue el complejo, creo que existe un pacto secreto que descubrimos sólo cuando ocurren algunos hechos dolorosos, como las masacres perpetradas hace algunos años por organizaciones fascistas de Milán, de Bolonia, y siempre ves que los que ponen la bomba son muchachos de la extrema derecha que reciben dinero, a quienes llenan la cabeza de falsos ideales, pero que en realidad quienes maniobran todo esto son sectores oscuros de la vida italiana completamente ligados a los intereses norteamericanos. Por eso también creo que tenemos bases militares ilegales desde el punto de vista de la Constitución italiana, estas son cosas de las cuales no sabemos la verdad hasta el fondo. Por otra parte, la Comunidad Europea se rasgó las vestiduras por primera vez en muchos años frente a Estados Unidos por la cuestión de Irak, pero sus intereses, o su falta de intereses, de perspectiva, no le permite establecer una distancia definitiva con los Estados Unidos (podría, porque el euro ya es una moneda fuerte, pero sicológicamente, políticamente, no se siente capaz) y tenía que buscar una excusa para el acercamiento. Cuba era un argumento bastante fácil para producir ese acercamiento sin afectar otras cosas que a Europa le interesan mucho más. Desde luego, es una actitud muy inmoral.

E.U.G.: ¿Es posible acceder a la verdad? ¿cuál es el papel de la prensa?

Gianni Mina: La posición de una parte de la izquierda italiana favoreció a Berlusconi, porque ha sido una de las pocas cosas en que se ha sentido respaldado. Ahora, como siempre, esto que te estoy diciendo es difícil hacérselo saber a los italianos. Digo como siempre, porque hace años que la mayor parte de la prensa italiana dejó a un lado la ética, y no por culpa de los periodistas, algunos se oponen, luchan, pero ya no es como antes, ya pasó aquella época en la que un señor decidía fundar con su esfuerzo una casa editorial, una televisora, una estación de radio, porque era el proyecto de su vida, como hicieron cuando eran jóvenes, ochenta, noventa años atrás, Rizzoli, Mondadori, los que fundaron las grandes editoriales italianas. Actualmente los diaros, la televisión y la radio son instrumentos cínicos inventados por el capital financiero, que ellos crean o compran para servir sus intereses. Son instrumentos, y no les interesa para nada promover una información honesta, construyen la información que conviene para tener más publicidad en las páginas de los diarios, o para aumentar el raiting, para agarrar más fácilmente al público. No tienen el menor interés en ser una industria editorial libre, o por lo menos equilibrada, respetuosa de la opinión y del derecho de los otros. Es un instrumento extremo para sostener los negocios, no siempre transparentes, a veces discutibles y oscuros. Claro que en esta situación el periodista no tiene diálogo con el dueño del periódico, de la radio o de la televisión, los directores le trasmiten la línea editorial, las órdenes y en ese pequeño corral el periodista combate, pero es una batalla difícil de ganar. Es un business más que todo, no les importa nada. No se trata sólo de Cuba, cuántas realidades del mundo actual son vendidas de un modo indecoroso, reductor, falso, Afganistán, Irak, ahora Irán, Chávez en Venezuela. Por malo que pueda ser Chávez, Caldera y Carlos Andrés Pérez se robaron todo el país, tanto es así que Carlos Andrés Pérez es ahora el quinto hombre más rico de América Latina, ¿qué hizo para hacerse tan rico? Todos ellos le vendieron privadamente el petróleo venezolano a las compañías norteamericanas; cuando llegó un militar que dijo no --la extracción y refinamiento del petroleo tienen que ser realizados por empresas 51 % venezolanas, como sería normal en cualquier país--, le organizaron un golpe de estado y después una huelga que duró meses, pero la información que tenemos de Chávez es que es un caudillo latinoamericano, un dictador y hasta ahora los únicos que han violado la Constitución son sus adversarios… En estos días yo acompañé a Rigoberta Menchú por algunas ciudades italianas, y ella contaba como el general genocida Ríos Mont, autor del último genocidio del siglo que acaba de finalizar, la operación "tierra arrasada", --existe un documento de la ONU que señala a los Estados Unidos como cómplices del genocidio en Guatemala, Clinton tuvo que ir a disculparse a la ciudad de Guatemala, Rigoberta no participó porque dijo que hasta que no juzgaran a los responsables ella no participaría--, ha sido autorizado por la Corte Suprema a participar en unas nuevas elecciones presidenciales (anteriormente había sido vetado a ello por sus crímenes) y posiblemente gane, porque la gente se siente aterrorizada y votará por él. Los italianos de izquierda que escuchaban a Rigoberta Menchú estaban como niños desconcertados, y me decían, Gianni, en nuestros diarios nunca se habló de eso. Nuestra prensa es hipócrita, cultiva la doble moral, asumieron el papel de acusadores de Cuba porque era una apuesta que no les costaba mucho. La política es muy cínica. Yo vi a la prensa esconder la cabeza debajo de la arena en Italia. Lo vi recientemente. Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba y Bruce Jackson, profesor de la Universidad de Buffalo, experto en derecho penal, vinieron a Italia invitados por mí, y los periodistas le hicieron una entrevista, pero como no resultó conveniente la explicación que dieron, no la publicaron. Smith habló de lo absurda que era la política norteamericana hacia Cuba y Jakcson, de los tres mil desaparecidos que existen en Estados Unidos, sí, personas desaparecidas como en cualquier dictadura latinoamericana, que no tienen contactos con la familia, ni abogados, que quizás hayan muerto. Jakscson hizo esa denuncia dramática, un intelectual norteamericano que enseña en una Universidad norteamericana, y ningún diario publicó sus declaraciones. Hace unos años la corresponsal de El País en México escribió un panfleto contra Marcos, yo que lo entrevisté dos veces, me reía leyéndolo, por el modo extremo y grotesco de exponer esa experiencia revolucionaria. Después supe que el dueño de El País había obtenido los derechos exclusivos de la impresión de todos los libros de texto escolares, de todas las escuelas de México. Y claro, ¡quería quedar bien con el gobierno mexicano!

E.U.G.: ¿Existe algún espacio, algún hueco en el sistema que le permita a la juventud tener una información equilibrada?

Gianni Mina: A pesar de que yo no acepto sin reservas la información electrónica, porque no puedo olvidar que lo que hoy conocemos por Internet nació de una exigencia del Departamento de Defensa norteamericano, y por algo resulta interesante para ellos, una persona que tenga curiosidad, que no quiera ser solamente un ciudadano que consuma productos o que él mismo sea un producto, que quiera ser un ser humano informado, en sus redes puede encontrar muchas cosas. Y existe en el mundo lo que se llama la prensa alternativa, difícil, que circula por canales subterráneos; yo hago la revista Latinoamérica, cada tres meses, publico a los grandes autores de América Latina, a los escritores, a los misioneros católicos que trabajan en la primera línea, a profesores universitarios, y descubro cada vez que confecciono un número, que no solamente de Cuba -Cuba es un caso extremo, porque lo ven como escandaloso, por la línea que el Norte quiere imponerle al Sur--, que todos los argumentos que trato en la revista, la información que doy, proveniente de autores prestigiosos, respetables, con una historia, es diferente, es opuesta a la información que leo cotidianamente, incluso en muchos diarios de la izquierda europea, y esto sobre todo en los últimos años, lo que resulta muy preocupante. Claro, si tu tienes paciencia, ves como está terminando su mandato la ex estrella Tony Blair, ves a George W. Bush que empieza a perder ese gran apoyo que tenía, pero cuántas vidas humanas, cuánto sufrimiento, cuánta destrucción tenemos que aceptar hasta que se caen esas personas, que te repito, son sólo instrumentos de la estrategia del capital financiero, de las trasnacionales de armas, de las grandes industrias de la energía y del petróleo. En Italia quieren ahora eliminar todas las conquistas sociales que alcanzamos con la ayuda del viejo Partido Comunista. Tu te preguntas ¿por qué? La economía dice que hay que hacerlo, pero la economía la hacen los hombres. Algunos hombres, representantes del interés de unos pocos, dicen que hay que manejar la economía así. Y se impone ciegamente como una fe. Pero es insensato. Todos los imperios cayeron, y cayeron por ser presumidos, cuando la humanidad se siente con la espalda contra el muro reacciona, y nacen sin que nadie los comande movimientos como el No Global, que imprevistamente los ponen en crisis, en Seattle bloquearon la tentativa de imponer impuestos a las naciones más pequeñas. Pretendían valorar más la tecnología que ofrecen a las naciones pequeñas, que los recursos que ellos tienen en el país, que quieren robar. Si no existieran esos recursos, la tecnología no serviría de nada. No pudieron en Seattle, y ahora en Cancún tampoco. Esto se debe a un movimiento que ha surgido de la nada, y que nadie pensaba que podría nacer, que los tiene amarrados, sin ideologías, sin verdaderos jefes. Es una carencia cultural de los actuales dueños del mundo: no entienden que la humanidad produce anticuerpos. La misma sobrevivencia de la Revolución cubana con todas sus contradicciones, o sus errores, después de que pasaran tantas cosas y que mucha gente escribiera "ahora le toca a Cuba" (yo me acuerdo del 89, parecía que la caída de la Revolución cubana era cuestión de meses, Castañeda escribió La utopía desarmada, y Openhaimer La hora final de Castro, son textos que leídos ahora dan risa), evidencia que no supieron prever nada por presumidos, por no darse cuenta de que no se puede aplastar indefinidamente, de forma impune, a la mayor parte del mundo.

E.U.G.: Usted nos habla de un mundo muy complejo, en el que la información está muy manipulada, pero un mundo donde también hay esperanza, en el que ha surgido un movimiento de masas anti-globalización, ¿está apareciendo un nuevo tipo de izquierda?

Gianni Mina: Absolutamente sí. En en mi libro Un mundo mejor es posible, compilé doce entrevistas a personas como Lula, como Frei Betto, como Rigoberta Menchú, como Adolfo Pérez Esquivel, como Noam Chomsky, como Soares incluso, el viejo presidente portugués, que introdujo la democracia en su país después de la dictadura, y ahí encuentras las ideas que pueden ayudar al mundo a cambiar. Ahora estoy preparando el segundo tomo que saldrá en pocos meses, donde están Eduardo Galeano, Arundhati Roy, donde está Luis Sepúlveda, Paco Ignacio Taibo, Tarik Alí, Abel Prieto, todos representantes de raíces, de mundos políticos y culturales diversos, con propuestas de soluciones a problemas como la escasez del agua, el tráfico de niños y de órganos humanos, al problema del hambre. Las soluciones existen y es falso que esto sea un movimiento romántico. Es una responsabilidad de los presumidos países más ricos asumir en serio estas soluciones. Son soluciones modernas: la democracia participativa de Porto Alegre…

E.U.G: ¿Pero es un movimiento sólo de grandes figuras o se trata de un movimiento de masas?

Gianni Mina: Es principalmente un movimiento de masas. Y lo interesante es que las figuras no provienen de la política, vienen de la sociedad civil, son personas que enfrentaron o resolvieron antes problemas sociales, piensa en la trayectoria de Frei Betto, el enorme trabajo que este fraile dominico realizó con los muchachos de la calle en Brasil y ahora es el responsable máximo del programa Hambre Cero en el gobierno de Lula, y es que él conoce ese mundo, porque hace treinta años que está adentro, ese programa lo aplicaba antes de forma limitada en la favela a donde fue a vivir para conocer la terrible situación de esa gente, si no, no puedes comprender su no-vida. Por eso es absurda esa obsesión contra Cuba, porque Cuba es un país pobre pero digno, la no-vida, la miseria, es otra cosa; tienes que respetar a un país latinoamericano que aun bloqueado supo afrontar y resolver esos problemas sociales. Muchos de los que integran ahora el movimiento No Global y proponen nuevas ideas tienen como ejemplo, como raíz, la experiencia de la Revolución cubana. En estos momentos creo que el viento de la esperanza viene de América Latina. Con todas sus dificultades y contradicciones, Lula es algo nuevo, que sabe que tiene que manejarse lo mismo con el FMI que con el movimiento que lo llevó al poder, porque Lula es hijo de un movimiento No Global no definido todavía como tal, pero que ya lo era por su sentido. Chávez también lo es. El viento viene de América Latina. Tenemos esperanza.