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La vieja Europa

27 de noviembre del 2003

La fabricación ideológica del antisemitismo

Ramón Pérez Almodóvar
Rebelión

Los medios de comunicación occidentales han reiniciado una campaña con el objetivo de imponer el miedo a la población –miedo a lo árabe y, especialmente, a lo islámico-, y, de paso, amortiguar la contestación de la mayor parte de la población europea a la invasión de Irak y la ocupación de Palestina y contrarrestar los efectos que producen argumentos -Edward Said, Noam Chomsky, Tariq Ramadán, etc.- que combaten el pensamiento único, el neocanibalismo.

Ayudados por los recientes atentados en Turquía, qué coincidencia, –ahora sólo basta esperar a ver cuándo decide el Gobierno turco implicarse con su ejército en la invasión de Irak-, los medios de comunicación occidentales difunden el miedo a lo islámico, a lo árabe, y presentan como víctimas, las eternas víctimas, las víctimas eternas, a los judíos.

Tras el Financial Times, The Wall Street Journal o el lamentable Corriere della Sera, propietario del grupo Rizzoli, propietario de gran parte del diario El Mundo, donde publica sus artículos el islamófobo Gabriel Albiac, el diario El País abre la sección Internacional, el domingo 23 de noviembre, con una doble página bajo el siguiente cintillo: Racismo en Europa.

El título de la página 2, de una línea y a cinco columnas (y porque no hay más) dice: "Europa se reencuentra con el fantasma del antisemitismo". Debajo de la foto que ilustra la información, una sinagoga cerca de París parcialmente destruida por una bomba, un despiece a tres columnas, con el siguiente título: "La UE ocultó un informe que vincula a musulmanes con actos xenófobos".

En la página 3, el título se coloca a cuatro columnas y dos líneas: "Una encuesta revela que una cuarta parte de los alemanes tiene prejuicios antijudíos". Sirve de apoyo a la información principal una información a una columna titulada: La comunidad judía de España dice vivir 'asediada'.

Si se analiza el contenido de las informaciones, no deja de ser sorprendente que Europa, la Europa de los 15 que próximamente será la Europa de los 25, se reduzca a dos países, fundamentalmente: Francia, al que se dedica la página 2, y Alemania, para el que queda la página 3. La anecdótica columna dedicada a la situación de los judíos en España no deja de ser eso, una anécdota.

Primera mentira lograda mediante una metonimia.

Leyendo y releyendo las informaciones no hay manera de encontrar ese consenso europeo antisemita. Es más, leer el despiece titulado 'La Ue ocultó un informe que vincula a musulmanes con actos xenófobos' produce, cuando menos, cierta repugnancia. Esa información, firmada por el propio El País, es un refrito de una atroz manipulación ejecutada por el Financial Times en su edición del sábado 22 de noviembre.

Y ya se sabe que los refritos pueden producir acidez. Tras tomar todas las precauciones antes de leer la 'información', resulta bochornoso que un diario que se autodenomina serio, y que dirigen personas, sea capaz de intentar engañar tanto a sus lectores. Muchos ni siquiera se habrán tomado la molestia de leer la letra pequeña y se quedarán sólo con el titular. Se acostarán engañados, una vez más.

'La UE ocultó un informe' se debe traducir por lo siguiente: el Centro Europeo para el Control del Racismo y la Xenofobia (EUMC, en sus siglas en inglés), que tiene sede en Viena, encargó un 'dossier' al Centro de Estudios sobre Antisemitismo de la Universidad Técnica de Berlín. Según la propia y descarada información de El País, "cuando los investigadores entregaron su trabajo en octubre del año pasado, tanto la junta directiva como los miembros más veteranos del EUMC pusieron objeciones a la definición de antisemitismo usada por el centro de Berlín, que incluía algunos actos antiisraelíes. Entretanto, señalar a grupos musulmanes y propalestinos como los perpetradores de tales actos fue juzgado incendiario". Y sigue la siguiente perla del 'periodismo serio': "Existe una tendencia hacia el antisemitismo musulmán, cuando en la izquierda existe una movilización contra Israel que no siempre está libre de prejuicios, asegura alguien familiarizado con el informe". Si no fuera porque Albiac trabaja para otro medio, también podríamos decir aquí con ligereza que se trata de ese alguien, pero siendo El País, es más probable que sea Hermann Tertsch.

Es llamativo también el párrafo siguiente. "Decir tan sólo que los ataques antisemitas los provocan franceses, belgas u holandeses sería no hacer justicia al panorama en su conjunto", información entrecomillada que no se sabe muy quien a quien atribuir, quizás al Financial Times. "Algunos miembros (¿quiénes?) de la dirección del EUMC han criticado también parte de los análisis al achacar cierto antisemitismo a movimientos de izquierda y grupos antiglobalización, según la misma fuente citada por el Financial Times". La misma fuente debe ser, sin duda, alguna persona familiarizada con el informe. Desde luego, el semanario satírico El Jueves es mucho más serio en el tratamiento de estos problemas que el diario El País.

Es decir, que en el informe elaborado por un centro de estudios antisemitas ubicado en Berlín, es decir, especializado en hacer informes para difundir la existencia de antisemitismo en Europa, no sólo se habla de musulmanes, sino de propalestinos, movimientos de izquierda y antiglobalización. Y la atribución de actos xenófobos a grupos musulmanes sólo se cita una vez, mientras que la tendencia al antisemitismo es igual entre musulmanes que movimientos de izquierda. Dos veces aparece este argumento en la 'información'. Grupos propalestinos y antiglobalización como antisemitas aparecen citados una vez.

En la información principal que da cobijo a este despiece, del que debemos extraer que toda "Europa se reencuentra con el fantasma del antisemitismo", aparece colocado a la derecha el siguiente sumario: "Todo empezó a cambiar con la Infifada y al agravarse los conflictos en Oriente Próximo".

Se van juntando las piezas del puzzle de la construcción ideológica del miedo y se nos expone el resurgir del antisemitismo europeo, y, por extensión, de su causa: el pueblo palestino, la Intifada. La página en la que se atribuye el antisemitismo a Europa está dedicada íntegramente, salvo ese pequeño despiece del Financial Times que graciosamente reproduce El País, a determinados actos xenófobos en Francia... Sólo en Francia. Y no hay nada nuevo. El 80 por ciento del texto es un recordatorio de los actos vandálicos, pintadas, etc., contra intereses judíos, se incluye un recordatorio, faltaría más, al Holocausto, y se introduce como novedad un intento de arremeter contra Tariq Ramadán, al que se presenta como "predicador musulmán estrella de las juventudes islamistas de las periferias de las grandes ciudades". Ahí queda eso. Todo porque Ramadán cuestiona a dos intelectuales del pensamiento único, André Gluksmann y Bernard Henry Lévy.

Si el despiece es un refrito de la desinformación del Financial Times, sobre un informe encargado hace un año y entregado en febrero pasado (por qué se ha esperado a los atentados en Turquía para publicarlo sería una pregunta que tendrían que responder los dueños del Financial Times y, por extensión, de El País), la entera información dedicada al antisemitismo en Francia es un buen ejemplo de cómo aplicar un curso de corte y confección para hacer con retazos la página de un 'diario serio'.

Esta ofensiva en la construcción ideológica del antisemitismo viene dada sin duda por el resultado del Eurobarómetro donde la inmensa mayoría de los ciudadanos europeos considera al Estado de Israel una amenaza terrorista y uno de los principales factores de la inseguridad en el mundo. La realidad es muy tozuda.

La información dedicada a Alemania va en la misma línea. Se retoma el comentario del político expulsado de la CDU y el caso del general expulsado por apoyarlo y se refrita, en este caso, una sondeo de opinión del instituto demoscópico Forsa publicado por el diario Stern. La actual "ola de antisemitismo" en Alemania se basa en las respuestas a la siguiente pregunta: "En Alemania viven unos 82 millones de habitantes? ¿Cuántos cree que son judíos?". Y las respuestas son: el 11% responde que menos de 100.000, el 31% que hay más de 5 millones de judíos y el 26% que entre 1 y 5 millones de judíos. Según la información de El País, firmada por José Comas, "esta y otras preguntas (¿) permiten concluir que un 23% de alemanes padece 'antisemitismo latente". Pues nada, un tratamiento de una semana en la consulta del Doctor Albiac y pasarán de padecer 'antisemitismo latente' a volver a la normalidad islamofóbica.

Sólo dos apuntes más. Alguien debería aclarar a los diseñadores de propaganda que los ciudadanos no son tan tontos como ellos creen. Se debería investigar qué departamento del Pentágono o de la NSA está detrás de Al Qaeda, que se atribuye atentados en los momentos más necesarios para George W. Bush. Si en Estados Unidos evitan publicar en primera página las manifestaciones multitudinarias contra la visita de Bush a Inglaterra con el señuelo de Michael Jackson, que vuelven a sacar del cajón, en Europa son más bestias: los atentados en Turquía sirven para seguir legitimando la invasión contra esos locos islámicos y, de paso, obligar a Turquía a entrar en la guerra.

Ah, y de paso se promueve un golpe de Estado en Georgia: el oleoducto, el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhán, que transportará 50 millones de toneladas de crudo anuales hasta Turquía.