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La vieja Europa

14 de enero del 2003

Seis muertos y dos heridos muy graves no parecen ser suficientes para depurar responsabilidades
Fallece el sexto inmigrante como consecuencia del incendio en la comisaría de Málaga

Rebelión

Fallece una sexta víctima del incendio que se produjo el pasado 27 de diciembre en los calabozos de la Comisaría de Policía de Málaga. Otras dos personas siguen en la UCI del Hospital Carlos Haya en estado grave.
El fallecido que se encontraba en estado crítico debido a las fuertes quemaduras sufridas a causa del incendio murió a causa de una insuficiencia cardiorespiratoria. Con esta víctima son ya seis las personas fallecidas a causa del incendio producido en la Comisaría malagueña. Según informaron ayer a Efe fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, el inmigrante fallecido ingresó muy grave en el citado hospital, ya que tenía el 30 por ciento de su superficie corporal quemada y padecía insuficiencia respiratoria y cardiocirculatoria, además de disfunción renal.
El incendio en el calabozo de la Comisaría de Policía de Málaga se ha saldado hasta el momento con seis muertos de los diecisiete que se encontraban en la celda a la espera de su repatriación tras haber sido interceptados en una patera. Mientras que otros dos inmigrantes continúan ingresados en la UCI del Hospital Carlos Haya de Málaga.
Celda cerrada
Según las fuentes policiales, el fuego fue originado intencionadamente por uno de los inmigrantes, al parecer miembro de una red dedicada a la introducción de ciudadanos extranjeros en España, que impidió salir a los demás de la celda cuando fue abierta para aprovechar la confusión e intentar la fuga después. Sin embargo este extremo no está nada claro, por cuanto los miembros del cuerpo de bomberos que actuó en el siniestro aseguraron que cuando ellos llegaron la puerta de la celda se encontraba cerrada. Hasta el momento la policía sólo ha facilitado las identificaciones personales de los tres primeros fallecidos, mientras que de los tres siguientes aún se desconocen.
Aunque diversos colectivos de inmigrantes, de derechos humanos y ONG's han pedido responsabilidades y la dimisión del delegado del gobierno. Lo cierto es que se ha utilizado el silencio como forma de intentar pasar el tiempo y que todo caiga en el olvido.
En concreto se acusa a las autoridades gubernativas de negligencia, ocultar pruebas necesarias para la investigación, al haber deportado a los testigos que quedaron indemnes, y, por último, sobre el destino de los fallecidos en el incendio, nada se sabe de lo que se ha hecho con sus cadáveres.