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Argentina: La lucha continúa

SENDEROS NACIENTES...


Pensamos que todo el proceso del que surgió y se irradio el Estallido Popular del 19 y 20 de Diciembre, fue constituyente de nuevas subjetividades que aun perduran.
Ese torrente desbordante produjo rupturas y radicalidades que más allá del aquietamiento de las aguas, mantienen una importante continuidad que se expresa en múltiples y diferentes espacios sociales.
Fue en el sucederse de estas cosas y esos tiempos que nos sumamos a la constitución de un espacio de coordinación que apreciábamos como novedoso, la Coordinadora Aníbal Verón. Allí se conjugaban una riquísima variedad de prácticas sociales, expresando una radicalidad potente. Es que lo atractivo y novedoso fluía desde el cuestionamiento profundo a las viejas prácticas de la política del sistema. Entendíamos que nos desenvolvíamos en una coordinación de nuevo tipo como la llamábamos. Esta consistía en una práctica democrática que se establecía horizontalmente desde la acción extendida que gestaba el protagonismo de cada movimiento. Respetando férreamente la independencia de cada uno de ellos. Es decir no existía ningún tipo de supremacías. Se conjugaba una relación de distintos y diferentes en situación de igualdad esencial. Así la libertad envolvente, permitía que brotaran practicas creativas que se expresaban en luchas contundentes.
El proceso social ascendente, empujaba y daba el plafón suficiente para nuevas búsquedas colectivas. Lo social resultaba así fundamentalmente lo político.
Darío y Maxi fueron expresión y exponentes de éste proceso.
Hoy resistimos a que los maten dos veces y más.
Y luego... las aguas siguieron bajando más turbias.
Es que sentimos también con fuerza que el pasado se hace presente. Es que lo viejo y decadente se disfraza con ropajes del presente. Aunque la mascara de la hipocresía no alcance para esconderse. Apreciamos entonces que el proceso de rupturas, no tuvo la contundencia suficiente, para sepultar mas profundamente lo viejo y decadente.
En su momento resistimos desde la coordinación, los embates del vanguardismo, tan débil como su caracterización de situación revolucionaria. Muchos movimientos porque rechazábamos de plano la pretensión y otros porque en realidad se arrogaban para sí ese rol.
Desde entonces, las concepciones larvadas solo trabajaban para afirmar sus intereses. Esa visión envolvente de lo colectivo empezaba a horadarse. Mas que un todo diverso y colectivo se afianzaba la pretensión de un todo subordinado al avance de lo hegemónico.
Las visiones limitantes de lo social como lo político, desenvolvían su ofensiva desde la pura y conocida política de la representación mediática, y del espectáculo como esencial.
Las ideologías ganaban terrenos en desmedro del pensamiento emancipador. Es que afloraban viejas raíces del populismo peronista, desteñido por el pasar del tiempo y reconstituido con barnices al 50 % de autonomía. El centralismo arrogante, desatado de las ataduras con que el proceso social lo maniataba, florecía exultante en sus ansias de dominación. Las disputas por la hegemonía largaban entonces la carrera. Y el poder, ese maldito poder, se acomoda en la llegada, presto para coronar de espinas a los campeones de la nada.
La rosca y la trenza se van estableciendo con la constitución de lo que se llama bloques de afinidad. Encubrimiento perverso que esconde la ideología del egoísmo y la acumulación del capitalismo, al que se dice combatir.
Es que si las verdades ya están establecidas solo se tiene que garantizar su cumplimiento y aquí la búsqueda yace sepultada y lapidada. Los personalismos entonces invaden el escenario y asumen la plena representación del espectáculo. Y ahí el afán de protagonismo mediático, corre delante de los piquetes y los neumáticos. La superestructura emergente avanza constituyente. Pautas, porcentajes, normas, reglas, son solo el establecimiento de la verticalidad parturienta de las jerarquías manifiestas.
Y cuando la solidaridad se despega del cuerpo, lo declamativo pasa a ser más importante que la práctica. Entonces el discurso queda viciado de vació.
Es que no hay pensamiento más contrarrevolucionario que aquel que pretende imponernos el transitar por caminos ya conocidos que conducen inexorablemente, hacia fracasos sabidos.
Porque a la radicalidad hermana, no la queremos dejar abandonada, no aceptamos puntajes ni porcentajes por movilización, ni tutelajes, ni representantes.
Porque la Veron dejo de ser y de su impotencia no queremos tener nada que ver.
Para seguir gozando de las libertades de la Autonomía, entendemos que es conveniente buscar senderos nacientes

POR TRABAJO, DIGNIDAD Y CAMBIO SOCIAL

MTDs RIO NEGRO, PATAGONIA ARGENTINA.

En Septiembre del 2003