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Argentina: La lucha continúa

SOBRE HEROES Y TUMBAS

Por: Hugo Presman

ARGENPRESS.info

Hugo Presman analiza la situación política nacional, sin concesiones. Una buena nota para meditar y comprometerse.
Las mujeres de pañuelos blancos dando vuelta alrededor de la Pirámide de Mayo. Una multitud cortando una ruta. Una marea humana que se traslada en un tren para invadir Buenos Aires, cuando caen las primeras horas de la noche. Un grupo de obreros haciéndose cargo de una fábrica. Centenares de personas reuniéndose en un predio para subsistir intercambiando bienes. Comedores comunitarios donde comen chicos cuyos padres están desocupados. Algunas asambleas barriales sobrevivientes viendo como hacer tareas comunes con los cartoneros o buscando solución a las carencias del hospital de la zona. Héroes anónimos sobre las tumbas que fue dejando el neoliberalismo. Sectores inmensos de la población resistiendo desde la muerte civil que significa la exclusión. Denostados, despreciados, ignorados por el poder y franjas de clase media que lo rechazan como la imagen en la que no quieren verse retratados, destino impredecible y azaroso en un país colonial. Ironizados desde la prensa canalla.
Esa que le pide certificados de pureza mientras comen de la mano de los que fugaron las riquezas del país.
Una sociedad constituida en los suburbios de los incluidos. Condenada a muerte por el gatillo fácil de la cirugía mayor sin asistencia. Por las reformas estructurales concebidas como un ensanchamiento de las diferencias.
Ahí están los piqueteros surgidos cuando se remató YPF y se abandonó a los pueblos surgidos a su vera. Cutral Co y Plaza Huincul en Neuquén, General Mosconi y Tartagal en Salta. Y el método que avanzó y avanzó hasta rodear la presuntuosa Capital. Los cartoneros caminando con sus distintos modelos de carritos. Incluso con changuitos de esos que se utilizan en los supermercados, inútiles para esos menesteres pero prácticos para depositar en ellos los cartones y botellas de plásticos recogidos en la selección de las bolsas negras. Familias enteras, con hijos de todas las edades, como un ejército nocturno removiendo la basura de los incluidos. Ordenados, modestos, honestos sin la presuntuosa prepotencia de los inversionistas defraudados. No tienen un Nito Artaza. Tienen Cooperativas y un Jardín para aquellos que quieren dejar sus chicos más pequeños a la salida del tren blanco. Ese que parte de José León Suárez, muy cerca de los antiguos basurales donde el Poder de entonces fusil clandestinamente sin escrúpulos.
Ahí están los piqueteros, convirtiendo las calles y los barrios en el escenario que en la ' otra Argentina' representaban las fábricas. En un piquete, en el tren de los cartoneros, se puede hacer la autopsia del país que se destruyó. Obreros, empleados, técnicos, profesionales, colectiveros, pequeños propietarios, empleadas domésticas, testimonian la presencia de los que perdieron el país y su futuro con la implementación de políticas demenciales. Incluso muchos de ellos participaron en un principio del sueño menemista del Primer Mundo. Están reconstruyendo desde la indigencia y la marginación una sociedad diferente. Hay herramientas que han sido bastardeadas como el trueque o vaciadas como las asambleas barriales. Pero son hitos de una sociedad que se negó a concurrir a su propio funeral.
Una sociedad construida desde los pies. Pies viejos que dan vuelta alrededor de la Pirámide de Mayo. Pies jóvenes que acompañan a los pies cansados. Pies de todas las edades que avanzan por las calles cortando rutas, diciendo con su presencia que resisten la condena a la indigencia perpetua, luchando con dignidad. Pies de todas las edades caminando incansablemente las noches de la Capital donde está la mayor renta per capita del país, empujando carritos. Pies niños buscando en la basura la comida y la infancia. Pies pequeños que buscan el alimento en los comedores o en las escuelas. Pies que recorren una geografía rica y devastada. Pies padres que quieren, a pesar de todas las inclemencias sociales, que sus hijos estudien. Pies que ponen en pie las máquinas de las fábricas abandonadas. Pies que se sujetan al lado de las máquinas para no ser arrancados de un pasado productivo. Pies que llevan al trueque artesanías y variedades culinarias. Pies movidos por el corazón y el cerebro. Pies que mientras caminan, prueban que aquellas que gastaron sus suelas y sus almas en la Plaza de Mayo tienen émulos que luchan por la vida, en las peores condiciones, para revertir un destino prefigurado. Con su misma tenacidad. Con su misma persistencia. Y tal vez, más temprano que tarde, tendrán el reconocimiento que están bosquejando una epopeya en las condiciones más adversas, haciendo suya la consigna de la dignidad de los pañuelos blancos: 'la única lucha que se pierde es aquella que se abandona'.
Néstor Kirchner , las víctimas y las contiendas
En los últimos 60 días las víctimas entraron en la Casa Rosada. Madres, piqueteros, sindicales combativas, familiares de atentados terroristas como las de la AMIA, fueron recibidas con consideración y honores. Algunos se fueron con promesas, otros con avances concretos. Mientras eso sucede, los beneficiarios excluyentes de las casi tres décadas infames, hacen turno. Un símbolo del cambio de aire.
Partiendo de un país devastado, con un estado destruido, con una crisis social y económica con escasos antecedentes mundiales, con un esmirriado 22% de origen, el gobierno sorprendió con una audacia política que se convierte en extremada prudencia cuando transita el campo económico. Y mientras reivindica a las víctimas del terrorismo de estado y del neoliberalismo, las dos caras de un mismo horror, va dejando heridos en distintas áreas. Fuerzas armadas, policías, servicio penitenciario, PAMI con los pactos espurios entre justicialistas y radicales, Corte Suprema, Cámara Federal, privatizadas, empresarios desairados, sectores menemistas y duhaldistas afectados.
La negociación con el Fondo encierra una parte de los secretos futuros. Si no se acuerda adecuadamente, las cuentas políticas de los sectores heridos se dirimirá con virulencia en el campo económico donde le intentarán cobrar sin misericordia las ofensas infringidas. La frase del presidente Kirchner en el encuentro con el combativo y certero Presidente Venezolano Hugo Chávez, debe ser repetida e internalizada infatigablemente: 'Es necesario llevar este mensaje al mundo desarrollado, para que de una vez y para siempre se comprenda que no se puede seguir condenando a nuestros pueblos a la pobreza y a la marginación para simular el cumplimiento de una deuda impagable'.
El gobierno hace las cosas más elementales, que parecen sorprendentes y hasta revolucionarias en función que desde hace treinta años todo se ha puesto patas para arriba. Se ha bombardeado al sentido común hasta el cansancio, con una predica demencial que ha sostenido que para caminar mejor hay que cortarse las piernas, que para oír hay que amputarse las orejas, que para ver bien lo mejor es ser ciego. Cuando Kirchner propone usar las piernas para caminar, las orejas para escuchar, los ojos para ver suena como música sorprendente. En última instancia el Estado está entre otras cosas, pero principalmente para ir en amparo de las víctimas. En el neoliberalismo las víctimas son derrotados que merecen su destino. Es por eso que en ésta concepción ideológica, que no supera en profundidad a un manual de ventas, las víctimas pagan con el abandono el resultado desfavorable de su competencia en el mercado. Los que adscriben a esta posición no necesitan preocuparse por los que sufren el fracaso y convierten al darwinismo en política estatal. Son los mismos que le cuentan las costillas a Eugenio Zaffaroni, pero nunca se preocuparon por la solvencia jurídica y moral de Julio Nazareno. Los que miraban complacientes el desfalco del país mientras engordaban sus cuentas bancarias. Los que piden 'mano dura' con el ladrón de pasacasette, pero seguridad jurídica para los que saquean desde los bancos o las tarifas de las privatizadas. Los que creen que la inseguridad es consecuencia de los ladrones minoristas fracasados, pero que los mayoristas son dignos de imitar. Porque ellos son 'exitosos' y el éxito es el metro de todas las cosas. Los que confunden intencionada y maliciosamente, justicia con venganza, se olvidan sibilinamente que no hay un sólo caso en que los familiares de las víctimas del terrorismo de estado hayan hecho justicia por mano propia. Son los que quieren seguridad edificada sobre los cadáveres de los otros.
La derecha brutal está agazapada a la espera que los tropiezos en el campo económico disminuya significativamente el consenso del gobierno. Mientras tanto usa a sus medios periodísticos, a los jueces menemistas de la servilleta, y el caballo de Troya de Scioli para intentar condicionar al gobierno. Ambito Financiero, Radio Diez, Radio América, Canal 9, Infobae, hacen el rol del desgaste. Bonadío resucita la teoría de los dos demonios preocupándose por la idoneidad militar de los Montoneros o una presunta complicidad. Por otro lado Daniel Scioli reagrupa detrás de su figura los sectores económicos y políticos heridos o ninguneados por el Kirchnerismo. El motonauta inflado en el pasado deportivamente por los medios, el vendedor de tostadoras devenido en lobbysta de los poderosos, se va convirtiendo, sin la grandeza de Cervantes en ' El manco del espanto'.
A todo ello se suma la lentitud y falta de imaginación del gobierno en materia económica en donde los heridos se atrincherarán para librar futuras batallas. Por otra parte hay un hecho objetivo que no debe minimizarse: es necesario que los gestos se traduzcan en beneficios concretos. En menor desocupación, en mejores planes asistenciales, en obras públicas, en construcción de viviendas, en mejorías sensibles en salud y educación, en créditos a tasas preferenciales de la banca pública para las pequeñas y medianas empresas, para las recuperadas y para los microemprendimientos. Cuando haya derrame distributivo e incremento productivo, recién entonces los que consideran a nuestro país integrante de sus patrimonios, quedarán políticamente aislados.
Batalla fundamental
El domingo 24 de agosto, en las elecciones capitalinas, se vuelve a librar la lucha entre lo público, en su versión pequeña, y lo peor de lo privado. Aníbal Ibarra no concita ni entusiasmos desmedidos ni odios ancestrales. Es un moderado que convivió con las trenzas tradicionales pero sin resignar su conceptos correctos en materia de educación y de salud pública. Manejó aceptablemente el distrito más poderoso del país en medio del derrumbe de la convertibilidad. Hizo una administración mediocre que, comparada con anteriores, es significativamente superior. Su adversario principal, Mauricio Macri es la continuación del menemismo en envase paquete y de ojos celestes. Propulsor de lo privado con el fundamentalismo de la década de los noventa, usufructuador de privilegios y concesiones, pasó por la justicia acusado de contrabandista y con la cobertura judicial de aquellos años hoy puede demostrar una dificultosa inocencia. Con el desparpajo propio de la década pasada hoy reivindica la escuela y el espacio público y critica al menemismo que apoyó y votó. No sería difícil que en el ballotage manifieste simpatía por la hinchada de River, a quien en los primeros meses de su presidencia xeneize calificaba como los innombrables, confundiendo los roles de hincha y dirigente de la misma forma que como empresario superpuso sus intereses privados sobre los públicos. En el impredecible electorado porteño, resulta un éxito los porcentajes que le asignan las encuestas, teniendo en cuenta el vendaval de los últimos noventa días y el apoyo que esos vientos han despertado en la mayoría de la población.
No es indiferente el resultado de ésta elección. El triunfo de Ibarra fortalecerá a un gobierno que necesita ampliar sus bases de sustentación para enfrentar las futuras batallas. En cambio la victoria de Macri revitalizará el neoliberalismo en retirada y cuyos referentes tenuemente travestidos son Scioli, Macri y Puerta. Los que escrituraron el país a su nombre tendrían en esta hipótesis, una cabecera de playa a cien metros de la Casa Rosada.
Completando la grilla con significatividad electoral está Patricia Bullrich, cuya flexibilidad política encuentra pocos antecedentes, al punto que su promiscuidad partidaria merecería en otros aspectos de la vida, como el sexual, un calificativo de grueso calibre. Referente del ultra ortodoxo Ricardo López Murphy que ganó en la Capital el 27 de abril, las expectativas electorales de la candidata de doble apellido traducen un fuerte retroceso con relación a lo obtenido por su mentor tres meses atrás. Ese que es abanderado de las políticas que fabrican excluidos, mientras su candidata capitalina promete incluirlos. Es posible que las buenas actuaciones televisivas de 'la piba' de 47 años, le quite votos a Macri y así permita el triunfo parcial de Ibarra en la primera vuelta, contra las encuestas que aseguran el triunfo del Presidente de Boca por una diferencia pequeña.
Luis Zamora compite por el tercer puesto, pero muy lejos de las posibilidades que tenía a fines del año pasado, cuando aún no había cometido la seguidilla de errores atribuibles, tal vez, a una falta de percepción de los cambios y a un pronunciado miedo a ser arrancado de la cómoda posición de censor opositor. Su última jugada de abstenerse en la votación por la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida recuerda aquel poema de Armando Tejada Gómez: 'Como el mundo es redondo, se aconseja / no situarse a la izquierda de la izquierda, / pues por ese camino el distraído / puede quedar de pronto a la derecha'.
Lejos, muy lejos, están en el campo poco acogedor de un sólo dígito, el dúo artístico Caram - Artaza, más cerca de la tragedia en que está sumido un radicalismo en extinción que del humorismo. Los voluntariosos militantes de Izquierda Unida esperan posicionarse cerca o por delante del partido de Irigoyen.
No olvidar que la pobreza cubre el país
Las estadísticas son frecuentemente una forma de numerar lo que se desconoce para ignorarlo en profundidad. Los números reflejan la destrucción de un país, de cuyas zonas más desamparadas salen los seres humanos que escriben con sus pies incansables una historia de dignidad y esperanza. Otros se resignan a habitar en el territorio inclemente del presente arrebatado y del futuro amputado. En el Norte del país el 80% de los chicos menores de quince años son pobres. Encabeza el patético ranking, Corrientes con el 95,3%, seguido por el Chaco con el 92,6%, Tucumán con el 91,6%, Salta el 89,4%, Jujuy con el 89%, San Luis con el 80,6%. Hay en el país, un millón trescientos mil jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan( Datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec y Consultora Equis).
En el Gran Buenos Aires, el 58,9% de los jóvenes de entre 20 y 24 años no terminó el colegio secundario. Y el 28,1% tiene sólo la primaria completa como único estudio. ¿Cuando empezó todo esto? 'Entre 1975 y 1990, el producto bruto industrial se contrajo 25%, el empleo industrial cayó el 40% y la proporción de los asalariados en el ingreso nacional pasó de 45 al 32%.....a la vez que se produjo un proceso de polarización en la distribución de los ingresos. Finalmente, el nuevo modelo económico, aplicado a partir de los noventa, no sólo profundizó las tendencias anteriores sino que introdujo una creciente vulnerabilidad de las condiciones de vida de vastos sectores de la población marcados por la precariedad laboral y el desempleo....Durante los noventa, mientras que la población económicamente activa creció el 28%, el porcentaje de ocupados plenos se incrementó en 9%, y el desempleo creció el 156,3% y el subempleo 115,4%. La pauta general fue el incremento de la productividad, con escasa generación de empleo y deterioro creciente de las condiciones laborales, en especial el sector industrial. La industria siguió perdiendo peso en el conjunto de los ocupados al pasar de 24,2% del empleo total en 1991 a 16,3% en octubre de 2000' (' Entre la ruta y el barrio' de Maristella Svampa y Sebastián Pereyra)
Sobre héroes y tumbas
Los pies viejos que transportan las mujeres de pañuelos blancos están fortalecidos por la esperanza de empezar a transitar el territorio de la justicia. Se ha abierto una de las tumbas donde el neoliberalismo intentó enterrar la impunidad del pasado. Pero para arrojar verdad sobre los años de plomo es condición imprescindible avanzar en la justicia social y política del presente. Hay que penetrar en el campo de la exclusión para rescatar a los compatriotas sometidos a las inclemencias de la desocupación y el abandono. Y habrá que recurrir para sostener políticas nacionales y populares a los pies a los cuales le borraron y hurtaron el camino, a los que fueron arrojados desaprensivamente a la banquina, a los que se los exprime en trabajos precarios como el siglo XIX. Esos pies herederos de otros pies que hace muchos años se refrescaron en la Plaza de Mayo. Esos pies del pueblo que cuando se ponen en marcha y caminan abren un sendero en la historia.