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Argentina: La lucha continúa

Feria Crece desde el pie
Yerba buena y cambio social

La Primera Feria Nacional de Organizaciones Populares y Solidaridad fue una oportunidad para conocer movimientos sociales que intentan salir de la oscuridad y la falta de reconocimiento. El lazo que puede unir a la basura, la concentración económica, las redes sociales, la producción y la solidaridad, entendida como una nada inocente construcción política.

Agencia www.lavaca.org

La Argentina era un territorio oscuro, con cadáveres arrojados en las provincias, esqueletos en el mar, barcos hundiéndose, y una frase: "27 años de neoliberalismo". Sobre la frase, una calavera cruzada con dos huesos, símbolo pirata que cualquier niño entiende y -tal vez- algunos adultos también.
Sobre ese mapa lúgubre, colocado en plena Plaza Houssay, representantes de diferentes zonas del país fueron poniendo provincias coloridas y leyendas. Los de Buenos Aires escribieron: "Si el presente es lucha, el futuro es nuestro". Sobre una cartulina dibujaron símbolos de lo que creen es una reconstrucción. "Dignidad piquetera", "Ni olvido ni perdón" (con un pañuelo blanco), un dibujo de una manifestación con una pancarta que dice "Asamblea popular", otra con carteles de "Brukman". Otras leyendas: "Biblioteca popular", "Fábricas recuperadas", el dibujo de un incendio en la escuela Vucetich (de la que egresan los oficiales de la Policía Bonaerense), una tumba ("RIP Fanchiotti", por el policía acusado por los homicidios de Santillán y Kosteki), otro cartel: "Darío y Maxi presentes", un mate sonriendo, "piquete y cacerola", "autogestión", una marcha pidiendo "educación, tierra y salud" y otra pidiendo "tierra y libertad".
Se trata de símbolos. Cada provincia colocó el suyo y así la Primera Feria Nacional de Organizaciones Populares y Solidaridad, llamada Crece desde el pie dejó señalado en la Plaza Houssay de Buenos Aires un programa de acción buscando la visibilidad de movimientos de todo el país. No siempre se logró.
En parte, porque el público no se enteró de la existencia de la feria pese a los avisos en los diarios (o quizás por eso mismo: puede dudarse sobre el efecto que tienen esos anuncios, y quizás otras formas de difusión menos rumbosas hubiesen sido más efectivas). Y además, porque en algunos casos los movimientos de base quedaron eclipsados por las organizaciones no gubernamentales que les funcionan como apoyo.
De todos modos, el encuentro resultó una oportunidad para que se registraran la riqueza de iniciativas productivas y solidarias que 27 años de neoliberalismo no han podido hundir, y para que los verdaderos protagonistas de esa resistencia se conocieran y se conectaran entre sí.
En los stands podían verse productos (una yerba misionera maravillosa, lanas de oveja y sobre todo de llama de una calidad sorprendente, productos orgánicos) y también historias y experiencias. Los chaqueños del Grupo Unión y Salud, por ejemplo, que trabajan en prevención no sólo de enfermedades específicas (sida, cáncer de mamas) sino a partir de la alimentación, la planificación familiar, y hasta el reciclado de basura.
El tema del reciclado de basura (para hacer posapavas, adornos e incluso buzos y toda clase de prendas a partir de botellas de plástico) se vio en varias mesas: puede sospecharse que representa una gran metáfora sobre la política argentina. Ejemplo: El Ceibo es una Cooperativa de Recuperadores de residuos sólidos urbanos, que reúne a 104 familias del barrio porteño de Palermo. Blanca Ortiz, una señora con nietos okupa de casas tomadas desde los tiempos de la dictadura, sostiene: "Yo fregaba pisos, pero me integré a este movimiento para aprender de mis compañeros, porque me parece más digno, más sufrido y más ejemplo que la gente antes de agarrar un arma busque en la basura algo para vender por unos pesitos. La vida digna: algo innovador en esta época ¿no le parece?" Blanca inesperadamente se abre el tapado gris para mostrarse a pleno, con un chaleco violeta y anaranjado. El violeta significa "transformación" y el naranja "servicio" según la jerga ecológica. ¿Transformación solo de la basura? "No -se ríe Blanca- en este país hay que transformar todo".
Detrás de Blanca, pasa el padre Pichi Messengeier, uno de los fundadores del movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo a fines de los '60 y actual vicepresidente del Secretariado de Enlace de Comunidades Autogestionarias. También miraba los stands Eduardo Murúa, del Movimiento de Empresas Recuperadas. El puesto de Red Puna, con sus lanas, fue uno de los centros de atracción.
Martín Sosa pertenece a esa entidad. Es de Humahuaca, Jujuy. Con el bollo de hojas de coca inflándole un carrillo, cuenta: "Tenemos actvidad productiva frutihorícola (papa andina o papa criolla, orgánica, trigo, habas, arvejas, maíz, pera manzana y durazno), ganadería (ovejas y llamas) y artesanía. También trabajamos con organizaciones de comunicación. Nuestro objetivo es coordinar la actividad productiva en la Quebrada, lo frutihortícola, y en la Puna la ganadería y artesanías". El área de comunicación implica la publicidad de los productos y también la coordinación interna de los distintos movimientos que componen la Red. Hay un área de jóvenes, y un área de género: "Trabajamos con amas de casa, problemas familiares, para empezar a capacitar a toda la familia para que puedan llevar una vida mejor y salir del paso en esta situación en que estamos. Sin violencia". Violencia y planificación familiar, ahí están los "platos fuertes" de la Red. "Nosotros, además, estamos haciendo un cambio importante formando gente y agricultores de base. Tenemos técnicos, pero queremos formar a nuestra propia gente". La Red Puna reúne a 35 organizaciones, 1.300 familias, y 15 organizaciones más que están por sumarse. Tardaron 24 horas en llegar. Los que venían de La Quiaca, 27 horas. Martín lo cuenta sin quejarse.
La Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones mostraba una yerba que -puesta en práctica- permite tomar unos mates de los cuales los consumidores han perdido la memoria. Don Argentino Almeyda, boina negra y anteojos de marco grueso, pertenece a la agrupación: "El nuestro es un movimiento que nace cuando se destruyó la Cámara Reguladora de Yerba. Se destruyó con el libre mercado, y quedamos indefensos. Hubo 10 años de política de resignación que nos metió la cultura. Pero las dirigencias en general dejaron de ser creíbles, charlamos entre nosotros, y el colono que estaba muy metido para atrás, aceptó hacer asambleas en cada localidad misionera".
Resultado: los serenos colonos salieron desde el año 2000 a cortar las rutas cada semana, lo que culminó con un tractorazo de 18 días. Don Argentino es productor yerbatero. "Pero yo decía que éramos piqueteros, y algunos se me enojaban. Sin embargo, fue una gran experiencia de lucha y los colonos empezaron a entender también a los que cortaban las rutas en otras provincias". Hicieron un campamento de 52 días en Posadas. "La sociedad nos apoyó. Y la verdad es que también nos daban comida". También acamparon frente al Congreso, todo para volver a regular el mercado. "Parece increíble luchar para que se regule y que no estemos en un medio tan salvaje".
En la plaza Houssay, a 100 metros de la Facultad de Ciencias Económicas, Don Argentino da una cátedra asombrosa sobre el origen de la desigualdad: "La torta yerbatera, lo que produce esta industria, son 600 millones de pesos. Nosotros somos de 18 a 20.000 productores, y hay además 20.000 tariferos, obreros rurales. Debemos ser unos 280.000 marginados que hay en Misiones. De los 600 millones, nos llevamos 20 millones. De lo que queda, unos 120 millones se van en impuestos. Quedan limpios 460 millones en el bolsillo de 10 grandes molineros. De esos 10, seis manejan el 80 por ciento de la comercialización". El 80 por ciento de los productores tienen cinco hectáreas de yerba, producen unos 30.000 kilos anuales cada uno. Su ingreso es, entonces, de unos 1.000 (sí: mil) pesos anuales. Con eso se pretende que viva cada familia productora.
Pero también hay un costado de este asunto que implica una estafa: "La ley dice que puede haber palito en la yerba hasta un 25 por ciento, 30 a lo sumo. Pero todo lo que se vende hoy ne el mercado tiene un 40, 50 y hasta 60 por ciento de palo. Así bajan el costo. Mezclan la yerba, alteran la calidad. Usted se habrá dado cuenta: no sale la espumita, no es sabroso, se lava enseguida". El truco implica además evasión impositiva, sin contar el liso y llano fraude a los consumidores.
Don Argentino reconoce que el antecedente de lo que hacen está en las Ligas Agrarias, el Movimiento Agrario Misionero y tantas otras experiencias de lucha. "Vea, buscar una alternativa al neoliberalismo no es sólo una cuestión económica, sino que hay que ir construyendo un poder popular entre todos" dice.
La feria, que parecía tan pequeña, resultó prácticamente inabarcable. El mapa negro de la Argentina siguió rellenándose con otras provincias de colores, y leyendas reclamando libertad, tierra, igualdad, derechos humanos, diversidad. Hubo discursos y música: todo resultó un apuro para apenas dos jornadas donde al menos los viajeros pudieron conocerse, en lo que puede ser el resultado más valioso de la feria. Don Argentino tuvo la delicadeza de regalar bolsitas de papel blanco a todos los que pudo, cuyo contenido demostraría que pese a los mapas con calaveras, yerba buena nunca muere.