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Argentina: La lucha continúa

Postales del pais viejo

Por: Hugo Presman

ARGENPRESS.info
Una reflexión sobre la Argentina de estos días, contradictorios y de crisis social.

La sociedad argentina es extremadamente compleja y de una volubilidad, tal vez, sin precedentes. La devastación económica y cultural sufrida en las tres últimas décadas permitió que una encuesta realizada en la Universidad de Buenos Aires, previa a las elecciones del 27 de abril, diera como ganador a Ricardo López Murphy, muy interesado en usar el presupuesto universitario como una de las variables de ajuste, junto con el arancelamiento y el estrangulamiento de los institutos de investigación. La clase media que sobrevive con la angustia de precipitarse, en su inmensa mayoría, hacia los estratos sociales inferiores, y que sin embargo en muchos casos siempre encuentra atenuantes al fracaso en la implementación de las políticas neoliberales y no en la esencia de las mismas, constituyen el ejército de maniobras de actitudes sociales que se clonan en el tiempo. Informados (desinformados) a través de Ambito Financiero, Infobae, El Cronista, Caras, Gente, Radio 10, y por 'izquierda' por 'La Nación' y 'Clarín', suelen exhibir una supina ignorancia o pecar de ceguera cuando ello es funcional a la concreción de buenos negocios, o al mantenimiento del nivel social. Por eso sorpresivamente después de mirar para otro lado o celebrarlo entusiastamente al sultanato menemista se sumaron a la 'novedad', a la sensación de racionalidad, a la continuación del menemismo bajo otro sello que implica Ricardo López Murphy. Envueltos en la ola de optimismo que produjo la vuelta a la lógica del interés nacional de los primeros quince días de Néstor Kirchner, ahora asumen un elogio condicionado basado en la ejecutividad presidencial pero poniendo distancia acerca de no haberse dignado el Presidente a recibir a los empresarios, de haber usado la cadena oficial para ir contra el Presidente de la Corte, del resquemor que le producen la presencia de personajes como Lula, Hugo Chávez y Fidel Castro, del rechazo profundo que le provocan que los excluidos y los organismos de derechos humanos sean reconocidos a nivel gubernamental.

Situaciones emblemáticas

El neoliberalismo, en especial durante la dictadura genocida y el menemismo, implicó la devaluación de la palabra, el bastardeo de las instituciones, el saqueo económico, el asesinato, los suicidios sospechosos, los atentados, la instrumentación de los métodos más deleznables para obtener los fines.

No deja de ser una muestra más de hipocresía o de profunda ignorancia sorprenderse con el lenguaje limitado y procaz del Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Hubo abundante bibliografía y artículos periodísticos durante 13 años para saber, si se quería estar informado de los escasos valores jurídicos de la mayoría automática de la Corte Suprema. Es cierto que nadie es tan endeble como Julio Nazareno que reemplazó, votándose a si mismo, a la momia que albergaba a Ricardo Levene, encargado como una burla grotesca de presidir la investigación del atentado a la embajada de Israel. Como Alfredo Astiz, que fue condenado por lo que dijo y no por lo que hizo, Julio Nazareno ha quedado desnudo por su exposición pública y no por su actuación. Participó desde el más elevado Tribunal con los fallos más arbitrarios a través de los cuales se convalidó el saqueo de la Argentina. A el se suman Adolfo Vázquez, cuyo mérito mayor es ser amigo de Carlos Menem, Eduardo Moliné O' Connor cuyos antecedentes jurídicos son tenísticos, el insustancial Guillermo López, el experto en derecho internacional Antonio Boggiano que llegó a arrancar un fallo del libro de sentencias de la Corte, a pedido del otrora 'mago' Domingo Cavallo. El resto de la Corte, tiene un hombre que ha dejado jirones muy grandes de su antiguo prestigio como Carlos Fayt, un experto en Derecho de Familia como Augusto Cesar Belluscio, envuelto en un nunca aclarado accidente de su amante en un Hotel de París, Enrique Santiago Petracchi, el que menos imputaciones ha recibido, y Juan Maqueda designado por Eduardo Duhalde con procedimientos selectivos de prosapia menemista.

La ampliación de la Corte se efectuó, cuando amanecía la década de los noventa en pocos minutos con la indiferencia de la oposición y del pueblo en general. Con la misma pasividad con que la ciudadanía observó como una mera picardía la sanción de leyes en el Congreso, donde se regalaba el patrimonio nacional, aprobadas con ordenanzas o amigos de los legisladores dando quórum en las bancas.

Mientras se vendía el país, la voluble clase media se sentía invitada a la fiesta en donde se remataba su futuro.

Una figura paradigmática de esa clase media es Nito Artaza. Vinculado a los festejos de la época, sintió que el país le importaba cuando afectaron sus depósitos. Emprendió una cruzada reparadora, posicionándose ante la Corte a favor o en contra según le dieran o no la razón. Después de diferentes mecanismos compensatorios absorbidos por el Estado lo que significa que recaen sobre el conjunto de los argentinos, sigue insistiendo para ser uno de los pocos ganadores en un país donde la inmensa mayoría ha perdido.

Sintetiza con precisión el comportamiento de éste sector social. Indiferente a los problemas de los demás, práctica con entusiasmo las consigna de salvarse sobre el hambre de los otros y es capaz de elogiar al verdugo si es benévolo con su sector de damnificados.

Otra figura emblemática es el Presidente de la UIA, Alvarez Gaianni, quién apenas asumió su cargo solicitó la derogación de los $200 de aumento, que después de mucho tiempo y en forma escalonada consiguieron los asalariados. Si no alcanzara como postal de un viejo país, su torpeza se potencia cuando uno recuerda que proviene del rubro alimenticio, el primer beneficiado de todo aumento de salarios. Se contrapone con las certeras declaraciones del actual Ministro de Trabajo quién afirmó enfáticamente: ' Se acabaron las reformas laborales'.

La declaración del default, un sinceramiento de una situación de hecho, realizada en diciembre del 2001, produjo la crítica enconada y persistente de Daniel Hadad y su séquito de incondicionales. Hoy es su canal 9, el que asume la situación de cesación de pagos. Sería interesante que se aplique los mismos calificativos que tan pródigamente desparramó.

Los feudos provinciales se revelan en sus patéticas miserabilidades. Reelección indefinida, políticas clientelísticas, asesinatos perpetrados por los poderosos contra mujeres humildes, chicos desnutridos, hambre endémico. Ingresar a Macondo es transitar la geografía de la mayor parte de las provincias argentinas.

Ahí está como paradigma de los años de escarnio, Luis Barrionuevo y su eterno socio el 'Coti' Nosiglia, atrincherando sus adláteres en el PAMI. Es el mismo que fue elegido senador y posiblemente hubiera llegado a gobernador de Catamarca, después de propagandizar el robo como medio y la 'avivada' como forma de reemplazar al trabajo en el camino de la acumulación de riquezas.

Como se gobernó el país en la década de los noventa, esta reflejado orgullosamente en Ambito Financiero del 5 de junio. Refiriéndose al nombramiento de José Estenssoro, Luis Rey de Pluspetrol recuerda: 'A Pepe, Carlos Menem lo designó para intervenir y privatizar YPF, no como una elección de él; fue un pedido que nos hizo a nosotros, los petroleros, de una persona para ese trabajo y todos dijimos Pepe es la persona'. El diario de negocios explica impúdicamente, como virtud la forma en que se desgobernó la Argentina. Fue la economía atendida por sus dueños. Sin reglas y sin un Estado poniendo límites y regulando.

Como exponente del doble mensaje, uno en campaña y otro posterior, muy típico de los últimos veinte años, ahí está Aldo Rico, nacionalista en lo militar y en lo económico que hizo campaña en las huestes de Adolfo Rodríguez Saá, apuntando contra el neoliberalismo y el menemismo. Terminado el acto electoral, se alejó de su candidato a Presidente, pudiendo suponerse que lo hacía en disidencia con la actitud dubitativa del puntano sobre por quién optar en el ballotage o tal vez por haber proclamado al ex Presidente, 'Ciudadano ilustre de San Luis', apenas a pocas horas de finalizada la primera vuelta. Evidentemente ese no debe haber sido el motivo porque en su tono de mando afirmó en el programa de Samuel Gelblung: 'No soy menemista, pero tengo por Carlos Menem consideración, simpatía y afecto'.

Arenas que la vida se llevó

En la compleja sociedad argentina, la derecha, representante de los sectores económicos concentrados es bárbara, brutal, afecta sólo a un capitalismo de rapiña. La izquierda bullanguera es infantil, incapaz de deglutir la bibliografía de sus mentores, desconocedora de la historia y propensa a confundir los deseos con la realidad. La clase media es de una enorme volubilidad política, eterna compradora de buzones. Los sectores obreros han retrocedido política y culturalmente en estos años infames. Los excluidos son los mejor organizados y creadores de las formas organizativas más originales, pero corren el peligro de aislarse y auto excluirse. Todo ello en un territorio arrasado y poblado de pobreza.

A partir de allí, y con enormes limitaciones, inicia la gestión el nuevo gobierno. Recomponer lo que se ha destruido, idear lo nuevo, rehacer el tejido social, poner al trabajo en el centro de la preocupaciones y a la industrialización como meta, junto a la educación , la salud y la vivienda como prioridades, son algunos de los prerrequisitos para volver amarillas las postales del país viejo.

Que el retroceso ha sido incalculable lo dejó exteriorizado Néstor Kirchner en San Juan cuando dijo: 'Que bajo habremos caído que nos alegramos por terminar con la indignidad de que los trabajadores no puedan cobrar sus salarios'.

Tal vez, como dice la periodista Sandra Russo : 'Hemos pasado, en conjunto, por tantos períodos de anormalidad ininterrumpidos, que nuestros parámetros pueden haber cambiados sin que nos demos cuenta, y puede ser que Kirchner, sencillamente, esté poniendo las cosas en su lugar. Hemos naturalizado tanto los mamarrachos y las deformidades, que puede ser que lo que está pasando sea apenas una entrada gelatinosa - vertiginosa - en la normalidad. Como fuere, alertas, desconcertados, hoscos, tímidos, asombrados, azorados, sonrientes, miles y miles se asoman al festival del fin de época'.

Sin lugar a dudas, es reconfortante transitar, más allá de las incertidumbres y peligros, los senderos empinados de un futuro promisorio a conquistar, que despeñarnos indefinidamente, teniendo como recompensa revolver en el fondo del pozo las migajas que nos arrojan los que se saciaron con lo que nos falta.

Es posible que si el gobierno concreta lo que promete, recorramos el tiempo difuso pero esperanzador, entre un pasado que se resiste a morir y un futuro al que le cuesta nacer. De la participación colectiva y la firmeza del gobierno depende que sea posible enterrar los infortunios del presente y avizorar un mañana distinto.


* Hugo Presman es periodista.