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Argentina: La lucha continúa

Los Accidentes en Pepsico


NO SON ERRORES HUMANOS, SON HORRORES EMPRESARIOS

"Gladis Noriega estaba limpiando una cinta y la cinta le tragó el brazo, se lo cortó. La compañera quedó trabada, no la podían sacar." relata María de los Ángeles, mientras su cara, su voz, el movimiento de sus manos, todo su cuerpo, reflejan el dolor y la bronca que produce el sólo hecho de imaginar la situación que se vivió en la planta el viernes 22 de marzo último.

Gladis trabajaba en Pepsico Snacks, la multinacional de productos alimenticios de Pepsi que cuando llegó al país, promediando los '90, se quedó con "BUM" y "PEHUAMAR".
No es producto de la casualidad lo que le ocurrió a Gladis, las inhumanas condiciones en que deben trabajar las mujeres fueron denunciadas en innumerables ocasiones. GLADIS NO PERDIÓ EL BRAZO PRODUCTO DE SUPUESTOS ERRORES HUMANOS, SE TRATA DE VERDADEROS HORRORES EMPRESARIOS QUE, EN FUNCIÓN DE MAXIMIZAR GANANCIAS, NO DUDAN EN SACRIFICAR LA SALUD Y LA VIDA DE LAS TRABAJADORAS.
Ella realizaba la "limpieza de las líneas de producción, tarea que anteriormente se realizaba en dos días y ahora la empresa exige que se efectúe en un turno de 8 Hs" denuncia un comunicado de los trabajadores.

María de los Ángeles, fue dejada cesante el 11 de enero de 2002, "esa semana tenía parte de enfermo por una mala medicación que me habían dado en la enfermería, ese mismo día fui a las dos de la tarde a la fábrica, no me enteré que había despidos. A la noche me reintegran a la planta y cuando llego a la puerta de la fábrica, ya había compañeros esperándonos, había bastante movimiento, de la esquina se veía. Fui a preguntar y me dijeron que no podía entrar, que me daban la baja, esa fue la última vez que entré a la fábrica." ella era contratada como gran parte de las trabajadoras que fueron echadas por la empresa a principios del año pasado. "Lo único que cobramos fue la liquidación final". Ella sintió en carne propia los ritmos de trabajo y la explotación en Pepsico.

"Cuando yo entré, por ejemplo," explica "con el tema de las extras teníamos que trabajar un turno entero, es decir estar 16 hs adentro de la fábrica. En "Selección de papas", ahí bajaban las papas que salían de la freidora, te daban unos guantes de látex. Algunas venían cargadas de aceite y te terminabas quemando." Las papas salen de la freidora a una temperatura de 200 grados.

Una nota de Andrea D'Atri, publicada en la revista "Rebelión", denunciaba que: en empaque la máquina que debiera funcionar a 80 golpes por minuto, lo hace a 120. Con respecto al color reinante en la planta, la nota explicaba que "Los ventiladores tiran permanentemente el mismo aire caliente y rancio de las freidoras"
"Nosotros trabajábamos en una planta donde había 3 freidoras, los asientos eran de acero, así que nos cocinábamos ahí adentro." Nos confirma María de los Ángeles.

Por eso no es de extrañar que ni bien Gladis perdió su brazo "la política de la empresa fue bajar y decir que limpiaran todo y que continúen trabajando". Los empresarios sólo son solidarios con su producción.
Tampoco extrañó que "Los trabajadores se pararan y dijeran: "No, momento, acá no tocan nada"." La solidaridad con la compañera fue instantánea. Como afirmó María de los Ángeles: "Esa noche no trabajaron. Luego se hicieron asambleas en la fábrica y llegaron a la conclusión de que hay cosas que ellos las tienen que tomar en sus manos, se pusieron de acuerdo en que hay que hacer un Comité de Seguridad e Higiene, que tenga un delegado por línea, para tomar los problemas, porque la empresa no se hace cargo y hace que los obreros corran estos riesgos." Además reclamaron ambulancias y médicos por turnos, entre otras cosas. Ya lo expresa el comunicado de los trabajadores: "ahora decimos basta de que se aprovechen de nuestro miedo a perder el trabajo"