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Argentina: La lucha continúa

Unos 10 mil desocupados rodean el Congreso; protestas y bloqueos en Santa Fe
Kirchner inicia formalmente un mandato de 4 años en Argentina

De la Rúa rompe el silencio y declara: "todo lo que hice fue pensando en el bien del país"

STELLA CALLONI

LA JORNADA

. Al cumplirse hoy 20 años del retorno a la democracia tras casi ocho años de la dictaduras más terrible en la historia argentina, el presidente Néstor Kirchner inició discretamente su mandato constitucional por cuatro años (asumió el cargo por adelantado). También, en medio de protestas y algunos incidentes, asumieron 16 gobernadores, algunos relectos, y hubo algunos recambios en el Congreso.
En la provincia de Salta hubo heridos y detenidos cuando una manifestación de organismos de derechos humanos y sectores de izquierda chocó con policías encargados de la seguridad en la toma de posesión del relecto gobernador Juan Carlos Romero, quien tiene un pasado "oscuro". También muchos de los políticos repudiados por la población ocuparon bancas en el Congreso, como fue el caso de Eduardo Menem, hermano del peronista neoliberal Carlos Menem. Ricardo Bussi, hijo de uno de los mayores represores de la última dictadura militar (1976-83) y defensor de la política de exterminio de su padre, ocupó una banca en el Senado. Hubo pocos casos de renovación en el Congreso, y entre éstos se debe señalar contar que están el periodista Miguel Bonasso y el economista de la Central de Trabajadores Argentinos, Claudio Lozano.
Kirchner, quien goza de un alto apoyo popular desde que asumió el 25 de mayo para completar el mandato trunco del renunciante Fernando de la Rúa, quien salió en diciembre de 2001 en medio de la revuelta popular, enfrenta importantes desafíos. Estos son especialmente graves en el terreno social, en un país devastado por las sucesivas dictaduras militares, la última de las cuales fue la más cruenta, con saldo de 30 mil desapariciones, mientras sus responsables no han respondido aún ante la justicia.
Además, en plena democracia llegó el llamado "huracán neoliberal sin anestesia" que llevó adelante Carlos Menen (1989-1999), que dejó desmantelada la nación, significó el desempleo para millones de argentinos y cambió la fisonomía social del país, con un retraso en los campos de educación y salud de casi 50 años.
Kirchner reúne un apoyo en la sociedad de entre 62 y 70 por ciento, pero tiene muchos frentes abiertos, que van desde la acción de la ultraderecha hasta alguna de la izquierda radical, y las duras internas de un peronismo que parece ir hacia la división definitiva.
Las mezquindades políticas asombran en una sociedad que provocó el estallido de finales de 2001 al grito de: "que se vayan todos" (los políticos), las que hicieron naufragar en muchos aspectos las creativas formas de resistencia contra el modelo impuesto y también contra una clase política que en buena parte derivó hacia la corrupción y la falsificación democrática.
Así, el 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando ocurrió el llamado argentinazo, también estuvo signado por juegos de los punteros (cabilderos de todo tipo) políticos, que como se reveló luego dejaron "tierra liberada" para algunos saqueos, y para la actuación de "grupos de tareas" -como los que actuaron en la dictadura-, que dejaron una treintena de muertos.
De la Rúa rompió hoy el silencio, aunque no para realizar autocrítica alguna, y aseguró que "cuanto hice fue pensando en el bien del país".
A su vez, el ex presidente Raúl Alfonsín, a quien le correspondió suceder a la última junta militar y emprender la transición democrática, declaró a La Jornada que con todas sus problemas, la democracia era lo mejor que podía pasarle a un país y que era perfectible.
Alfonsín asumió sus errores y habló tanto de los golpes militares que sacudieron su gobierno como de los "golpes de mercado", pero principalmente se manifestó preocupado porque estima que Kirchner tiene muchos frentes que atender y que haría falta un diálogo con todos los sectores políticos. Dijo que espera que a este presidente le vaya bien, y sostuvo que ya se "aprendió que para llegar al poder no se puede pretender el fracaso del poder actual".
Argentina atraviesa la mayor crisis de su historia con situaciones difíciles debido a la lucha contra las mafias instaladas en el poder, pero la sociedad defiende esta democracia imperfecta, señalan analistas locales.
Por estas horas hay muchos balances y el propio Kirchner -que viajó a su provincia de Santa Cruz para asistir a la asunción del gobernador electo- de alguna manera coincidió con Alfonsín en el tema de la deuda social. Ha trascendido que el presidente ha comparado en charlas con allegados la decadencia de las asambleas barriales, por la acción de algunos grupos de izquierda que terminaron provocando su colapso, con la situación del movimiento piquetero (pobres y desocupados) surgido -dijo- de una lucha por la justicia y la dignidad.
Justamente, en una entrevista publicada por la prensa local, el subsecretario general de la presidencia, Carlos Kunkel, dijo que hay sopechas de que sectores de la policía de la provincia de Buenos Aires -vinculada a graves delitos y que busca ser depurada por el gobierno de Kirchner- instiga a grupos radicales de piqueteros para que realicen protestas violentas.
Esto, en momentos en que Kirchner es fustigado por la derecha, que agita a algunos medios por no reprimir al movimiento piquetero. El mandatario mencionó que el camino siempre debe ser el diálogo y el combate de las causas del desempleo y la desocupación, pero también advirtió que esto requiere tiempo.
Kirchner tiene por delante cuatro años de mandato en un país donde el drama social está latente y también la frustración de quienes pedían "que se fueran todos", especialmente los más corruptos, pero ahora son varios los que regresaron. Por esta razón, 10 mil desocupados rodearon el Congreso en repudio a estos personajes -como el ex canciller Carlos Ruckauf- así como hubo bloqueos carreteros y movilizaciones en Santa Fe, donde miles despidieron con duras críticas al gobernador saliente Carlos Reutemann.
Las protestas aquí y en las provincias marcaron el comienzo de un complicado periodo para un presidente que en pocos meses realizó algunas de las demandas del argentinazo en la lucha contra la corrupción, pero al que se ve solo frente a las luchas internas del propio Partido Justicialista y de algunos sectores políticos que parecen revelar que la memoria, sobre la que tanto se reclama aquí, a veces tiene luces muy cortas.