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Argentina: La lucha continúa

26 de noviembre del 2003

Argentina: Los trabajadores del Metro obtuvieron el reconocimiento del trabajo insalubre y su implementación. Hoy la lucha sigue en pie pero con un triunfo bajo el brazo: las seis horas
La lucha subterránea contra el trabajo insalubre


Agencia de Noticias Red Acción

Con el inicio de la dictadura, las condiciones laborales de los empleados tranviarios fueron atacadas progresivamente. En los 90', se les extendió la jornada de trabajo y se despidieron a miles, a la par que los trabajadores resistían. Hoy la lucha sigue en pie pero con un triunfo bajo el brazo: las seis horas.

Después de una larga lucha, los trabajadores del subte, con excepción de los boleteros, comenzaron a trabajar seis horas. Con la oposición de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), el gobierno de la ciudad de Bs.As. y la empresa Metrovías, los trabajadores obtuvieron el reconocimiento del trabajo insalubre y su implementación. "Fue un triunfo espectacular", se alegra Roberto Pianelli, delegado de la línea E y trabajador de Metrovías desde hace diez años. La concesión del subterráneo fue desde sus inicios un "cross de derecha" para los trabajadores. Más de 4.300 fueron despedidos en 1994 y quedaron en planta sólo 1.600, la mayoría empleados nuevos. En pleno apogeo de la flexibilización laboral, los trabajadores eran contratados y despedidos periódicamente. Y la jornada laboral de seis horas que había regido durante más de 60 años de existencia del subterráneo pasó a ser de ocho, como si fuera un trabajo salubre (ver recuadro "Un medio ambiente laboral estructuralmente nocivo").

En 1946 el entonces presidente Juan Domingo Perón estableció la jornada laboral de seis horas, y que luego sostuvo el presidente Héctor Cámpora en 1973. La última dictadura militar llevó la jornada a siete horas en 1976, pero luego Raúl Alfonsín volvió a reducirla a seis. En los 90', el grupo Roggio (ver "Estado S.A.") profundizó las condiciones de trabajo de los 70', obligando a los trabajadores a desarrollar tareas insalubres durante ocho horas diarias por nueve años.

Desde 1994, la lucha de los empleados estuvo centralizada en frenar los despidos masivos permanentes que sufrían. "La pelea era por la estabilidad, se despedía y se tomaba gente nueva todo el tiempo", cuenta Pianelli.. Recién en 1997 pudieron frenar los despidos. Pero en 1998 la UTA impone un convenio colectivo "en baja", es decir, que dispone peores condiciones de trabajo.

En 1999 asume un nuevo cuerpo de delegados, que peleó contra el convenio, y a partir del año 2000 comienza la disputa por el reconocimiento del trabajo insalubre y las seis horas. En la legislatura porteña, los diputados Raúl Puy, Jorge Altamira y Enrique Rodríguez impulsaron el proyecto de ley 871 para reducir la jornada y fue votada en el recinto el 22 de agosto de 2002.

Sin embargo, el jefe de gobierno Aníbal Ibarra la vetó porque Metrovías iba a despedir a más de 300 trabajadoras mujeres si se declaraba insalubre el lugar de trabajo. "Fue una chicana de la empresa que se basó en una ley del año 30' que protegía a las mujeres y niños de tareas como la minería. Pero ahora usaron esa ley al revés, es decir, para perjudicarlas. Entonces, basándonos en tratados internacionales de la Organización Mundial del Trabajo a los que suscribe nuestra Constitución Nacional se pudo evitar los despidos de las compañeras", cuenta Roberto.

Pese a esto, el proyecto por las 6 horas volvió a presentarse en octubre del 2002. El 24 de ese mes, mientras se realizaba una sesión clandestina - ya que no se permitía el acceso público a la legislatura, la Infantería reprimió puertas afuera a los trabajadores tranviarios que querían ingresar. Como resultado, Miguel Blanco, guarda de la línea E, sufrió un traumatismo de cráneo severo, al igual que Walter Pérez del Polo Obrero. Y en menos de una hora, las cinco líneas de subte pararon los servicios.

Este año el conflicto se agudizó y los ocupados comenzaron a llevar a cabo paros sorpresivos en las horas pico y acciones coordinadas con organizaciones de desocupados (ver " 'Lo que nosotros queremos es laburo genuino' ").

El 17 de septiembre el gobierno porteño, en plena campaña por el ballotage, ratificó, a través de la resolución 1121, "la insalubridad de las condiciones y medios ambientes de trabajo de la empresa Metrovías en los subterráneos". Sin embargo, durante un mes más los empleados tuvieron que trabajar ocho horas, aunque cobraron dos horas extras por día. Si bien a partir de fines de octubre, las seis horas vuelven a ser un hecho para la mayoría de los trabajadores, los boleteros quedaron afuera de la resolución. "Ahora vamos por las seis horas de los compañeros que atienden las boleterías", anuncia Roberto.




Un medio ambiente laboral estructuralmente nocivo

"... La empresa Metrovías expone a sus empleados a 8 horas diarias de ruidos, aire viciado, vibraciones, fatiga visual, estrés, con los consecuentes riesgos que esto trae para la salud de los trabajadores y para la seguridad de los pasajeros", explicaron los trabajadores del subte en un comunicado. A estos factores, deben sumarse los defectos en la construcción de la red de subtes como la liberación de fibras de asbestos cuando frenan las formaciones. Junto a la liberación de polvo negro de grafito de los motores, se crea un ambiente tóxico y cancerígeno. En relación al ruido, existen niveles altamente contaminantes en la línea C y en el nuevo tramo de D, según la denuncia de organizaciones de usuarios.




Estado S.A.

El pasado del grupo Roggio es parte de la historia de la formación del empresariado argentino, que supo construir sus espacios de poder alrededor del Estado.

De la mano del peronismo, y del hermano de Eva Perón, Juan Duarte, los Roggio comenzaron a participar en la construcción de escuelas, estaciones de servicio y hospitales.

Sin embargo, el gran salto lo pegaron durante la dictadura militar asociándose con empresas extranjeras o con competidoras locales cuando fue necesario. En el 82', junto a otros grupos empresarios, se endeudaron en el exterior por casi 3 millones de dólares y Domingo Cavallo (funcionario del Banco Central en aquel momento) estatizó el total de esa deuda.

Si bien los hermanos Roggio no están actualmente entre los "más más", durante el gobierno de Duahlde su holding se posicionó entre las 80 empresas más importantes en Argentina con YPF- Repsol a la cabeza, gracias a la devaluación y a la pesificación.

A partir de la década de los 70', los Roggio apostaron a la diversificación de su producción. Es así que hoy acaparan la concesión de todas las líneas de Subte (Metrovías), el negocio de la recolección de basura (Clima, Cliba, Ayres, Sur y Coslim), ferrocarril (Línea Urquiza), construcción (Roggio e Hijos), autopistas (Caminos Astrales SA), y petróleo entre otros rubros.

El 24 de marzo del 2003 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un crédito por 150 millones de dólares al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - gracias a la gestión de Ibarra, para las obras de la nueva Línea H del subte. Como si esto fuera poco, el 10 de octubre el Gobierno decidió incrementar en 3,7 millones los subsidios a los servicios "públicos" privatizados. Roggio embolsará 1,6 millones de pesos, más los 2,7 que cobra desde Enero, por medio de Metrovías y el Ferrocarril Urquiza.

"Lo que nosotros queremos es laburo genuino"

Desde hace un mes, delegados de las boleterías del subte junto a la UTP, el MTD 26 de Junio, la FTC y el MTR 12 de abril vienen desarrollando planes de lucha en reclamo por el reconocimiento de las seis horas y el trabajo genuino. El jueves 25 de Septiembre, mientras más de 300 desocupados bloqueaban las boleterías, la policía comenzó a reprimir a los manifestantes en los andenes de la estación de 9 de Julio y Corrientes. Recién el viernes 26 a las 5 de la mañana fueron liberados los ocho piqueteros y los dos pasajeros que habían sido detenidos el día anterior.

A la semana siguiente, se realizó una movilización a Plaza de Mayo con la presencia del FTC, MST, UTL, CTD, MUP, FDU, UTP, MTL, Polo Obrero, MTD 26 de Junio, MTR, FB19, Barrios de Pie, MRS, PRL, CUBa, MTD Anibal Verón y organizaciones de DDHH. Se repudió la represión ocurrida en los subtes y en el Ministerio de Trabajo de La Plata que sufrió la CTD Verón el mismo jueves 25. Y también se reclamó por el juicio y castigo de los responsables de la masacre de Avellaneda, el desprocesamiento de los luchadores sociales, y contra la represión de la protesta.

"El gobierno que se venia llenando la boca de estar del lado del pueblo, y denunciando que había intereses económicos que se habían llenado de plata en la década pasada, apenas le fuimos a pedir trabajo a esas empresas, nos reprimió y a Metrovías le cubrió las espaldas" comentó Jerónimo de la UTP durante la marcha.

Soledad del MTD 26 de Junio explicó que "Con los subsidios que tiene la empresa, está en condiciones de garantizar 800 nuevos puestos de trabajo", y Chacho Berrope del MTR 12 de Abril agregó: "Lo que nosotros queremos es laburo genuino, que las 6 horas sean una realidad en toda la Argentina para crear un turno más de trabajo y así miles de compañeros que están desempleados pueden tener trabajo".

redaccion@anred.org